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“El proceso de transición es una reestructuración de toda una vida. Muchas personas se van y otras llegan. Estoy acostumbrándome a eso”, expresó Bruna Mora.
Ella es una mujer trans que además de ser modelo, se dedica a la actuación y al arte escénico. Nació en La Paz, el 30 de junio de 1998, tiene 21 años y hace seis meses decidió mostrarse tal como era.
“Siempre fui la misma persona, sólo tenía un nombre equivocado y barba”, bromeó y alegó que “Leo era exactamente igual a Bruna, quizá un poco perdido y que no se conocía tanto. Ahora es una persona más segura y feliz”.
Actualmente, estudia la carrera de Psicología en la Universidad Católica Boliviana (UCB) y es actriz independiente. Se graduó de la Hollywood Academy of Performing Arts-HAPA de La Paz (Academia de Artes Performáticas).
En su carrera teatral trabajó como asistente de dirección en la adaptación teatral de la película Las Malcogidas de la directora Denisse Arancibia y como actriz en la obra Amor, también de Arancibia, que fue presentada recientemente en Sucre y Cochabamba.
También asiste en la dirección de 4 obras de Paloma Delaine y actúa en tres de ellas.
En 2014, incursionó en el mundo del cine en Olvidados, dirigido por el mexicano Carlos Bolado.
Recientemente ingresó al mundo del modelaje luciendo algunas marcas de ropa. Las sesiones están registradas en su cuenta de Instagram.
La reacción familiar y social
“Cuando les dije a mis padres que quería hacer la transición, ellos ya estaban con la mentalidad abierta, lo conversaron antes”, contó la actriz.
Bruna recordó que, “cuando tenía seis o siete años, solía hacer cosas simbólicamente que rechazaban el rol masculino y mis padres lo notaban. Al principio sentí resistencia de su parte. Trataban de censurarme, como la mayoría de los padres hacen. Al final terminaron apoyándome”.
La actriz también destacó la reacción de su hermano Lorenzo, de 12 años, que “fue quien me entendió más. Es sorprendente que los niños puedan ser mucho más comprensivos que los adultos”.
Sobre su círculo social, contó: “Perdí muchos amigos, eso es bueno porque ser trans es un filtro, donde sólo la gente buena se queda”.