El niño que no se reconocía en el espejo, se autolesionaba y se veía obeso aunque pesara 38 kilos: “Transicionar me salvó la vida”

ATA - Sylvia Rivera • 17 de diciembre de 2025

Agustín Dante López recién entendió lo que le pasaba cuando se descubrió en Juan, el personaje interpretado en la serie “Cien días para enamorarse”. Tras esa epifanía, comprendió que los trastornos alimenticios y los impulsos suicidas tenían una raíz: su crisis de identidad de género. En una edición más del ciclo Voces, la transición desde los traumas hacia el bienestar de un varón trans a sus 21 años.

Agustín Dante López dice que lo que veía en el espejo no lo representaba, habla del bullying que sufrió en la primaria, narra con crudeza los embates de su trastorno de alimentación, cuenta que aunque la balanza declaraba 38 kilos él se sentía gordo, repasa las mentiras a su familia, los engaños en la cena, su fiesta de 15, las autolesiones o esa manera brutal de exteriorizar un dolor interno. Agustín habla de cómo una serie le despertó una epifanía, rescata la advertencia de su hermana y la voluntad de una médica, de su miedo a morir y de sus impulsos suicidas, hasta llegar a su transición. “Transicionar fue lo mejor que me pudo pasar en la vida”, define. 

Durante su relato utiliza el pronombre masculino cuando se desplaza entre los recuerdos de su niñez y adolescencia. No se trata de un error, sino de un comportamiento voluntario, el corolario de un proceso de entendimiento. “Al principio traté a ese niño en femenino como para que se entendiera a qué me refería, pero ya no”, dice. “Es algo que por lo general incomoda. La gente te dice ‘bueno, pero eras nena en ese momento’. Sí, pero ahora soy un varón y hay que entender que todo ese tiempo también lo fui, solamente que no le podía poner un nombre”. Él siempre se refiere a él como Agustín, incluso en la semblanza de esos años.

Su vida, antes y después de identificar lo que le pasaba, con enfermedades e internaciones, que siempre, a pesar de los contratiempos y las confrontaciones, estuvo secundado por un entorno familiar permeable y amoroso. “Hay muchos compañeros y compañeras trans que los echan de la casa, que la familia los golpea. Hay muchas personas trans que caen en autolesiones, que se suicidan, que caen en consumos problemáticos, que el único recurso que tienen es la prostitución. Y es terrible. Qué privilegio la familia y el entorno que tengo”, agradece.

Pero para llegar a esa comprensión, primero la infancia, el bullying y el trastorno de la conducta alimentaria. “Mi infancia fue difícil. A los tres años y medio empecé, y agradezco tanto a mi mamá que yo hoy en día le pregunto cómo me anotaste en teatro musical. Me acuerdo de que daba shows en el living de mi casa y les daba folletitos a todos para que vengan a verme y mi mamá me dijo ‘yo te vi con capacidades y vi que te gustaba, entonces te llevé’. Tenían un convenio con mi colegio, entonces empecé ahí a tomar las clases de comedia musical y me encantó”.

—La infancia estuvo atravesada por el arte, la actuación, la música.
—Todo el tiempo.

—¿Eso fue un espacio que salvó en algún punto?

—Sí. Porque yo desde muy chiquito no sentía que me encontrara cuando me miraba al espejo. Desde muy chiquito recibí mucho bullying en la escuela por mi peso. Yo de chiquito, no sé si lo podría diagnosticar por así decirlo como trastorno por atracón, pero comía mucho. Manejaba y regulaba mis emociones desde ese nivel. Y me acuerdo que recibí mucho, mucho bullying en la primaria y en el viaje de séptimo grado, que íbamos a Carlos Paz, me tenía que poner malla. Realmente no me encontraba en el espejo y odiaba cómo me veía. Y me acuerdo de que en ese momento empecé a comer menos, a restringir. Mi mamá se daba cuenta y me decía “pero esto es muy poco”. Por ahí comía solo, no me gustaba comer con nadie.

—¿Ahí empezarían los trastornos de alimentación?

—Se desató muy fuerte en el viaje de séptimo grado cuando yo sabía que me tenía que poner malla y empecé a comer menos, a comer menos, y veía que gente externa, no mi familia, me decía “qué flaca que estás, qué linda que estás”. Entonces lo tomaba como algo bueno, voy por buen camino. Está bien pasar hambre, restringirme, porque la gente me ve mejor. Me sentía más lindo.

—¿Alguien en tu casa se daba cuenta de los ataques que estabas recibiendo?

—No. Yo no contaba mucho tampoco. Me lo guardaba. Como es una enfermedad tan silenciosa y tan solitaria yo lo llevaba… Si mis papás se daban cuenta realmente lo que estaba pasando iba a tener que recuperarme y era algo que yo no quería porque sabía que eso conllevaba subir de peso y yo lo veía como lo peor que me podía pasar en la vida. Subir de peso era que volviera el bullying, volviera el odio al verme al espejo.

—¿Se fue incrementando eso?

—Mucho.

—¿Qué pasó?

—Lo que me pasaba en invierno es que también en ese momento de mi vida, en séptimo grado descubrí lo que eran las autolesiones. Dentro de todos los tipos de autolesiones yo en ese momento empecé a cortarme. Me pasaba que yo en invierno como podía usar ropa grande o ropa que no se notara mi cuerpo recurría a eso, a las autolesiones, para descargar todo el dolor. Es como un dolor que no tiene explicación. No lo podía explicar. Es como un dolor en el alma. Es lo peor que le puede pasar a un ser humano: sentir tanta angustia que te lleva a ese momento de desesperación, ese impulso que decís necesito sacar el dolor que tengo adentro para expresarlo en un dolor corporal. Necesitas dejar de sentir ese dolor interno que no te deja hacer nada: no te deja bañarte, no te deja lavarte los dientes, no te deja levantarte de la cama. El TCA (Trastornos de la conducta alimentaria) es una enfermedad muy solitaria también: no te querés juntar con gente porque siempre que te juntás significa compartir algún momento, comer algo, tomar unos mates, compartir unas facturas, salir a comer.

—¿Ya se habían dado cuenta en tu casa lo que estaba pasando?

—No porque yo lo ocultaba mucho. En terapia tampoco hablaba tanto de eso. A esa edad no. De más grande empecé a hablarlo.


—Vos oscilabas entre lesiones y…

—Y el trastorno de la comida.


—¿Las lesiones uno las provoca para sacar algo de ese dolor, para hacerlo corporal?

—Sí. Tratar de sentir, es como una adicción. Una vez que empezás no podés parar. Por más feo que suene porque es horrible.


—La fantasía no era morir.

—No, era dejar de sentir ese dolor tan fuerte que sentís por dentro. Es como inexplicable. Como si te quisiera arrancar el corazón para dejar de sentir tanta angustia. Además yo era muy chico. No tenía manera de regularlo.


—¿Hoy que mirás hacia atrás entendés que ese dolor iba más allá del bullying de tus compañeros?

—Sí. Yo sentía que todo el trastorno alimenticio -lo sé ahora que ya estoy en otra etapa, que pude salir del closet- siento que fue un síntoma que se dio a partir de esconder quién era.


—¿Pero vos en ese momento lo estabas escondiendo o todavía no lo sabías?

—No sabía, no tenía un nombre para lo que me pasaba. Me acuerdo de que pude entenderlo cuando vi la serie Cien días para enamorarse. Ahí fue la primera vez que vi la figura de un varón trans, porque por lo general sabía lo que eran las mujeres trans pero no sabía que existían los varones trans. Dije “claro, me pasa esto”.


—El personaje de Maite Lanata, ¿no?

—Sí.


—¿Ahí te pudiste identificar y entender lo que te pasaba?

—Sí, ahí entendí. Yo siento un privilegiado porque mi familia lo aceptó muy rápido. Me acuerdo de que al principio, cuando supieron que yo era un varón trans, me dijeron “nos va a costar”, porque fueron 17 años de ellos pensando que tenían una hija y de repente decirles “me di cuenta de que todo lo que me había pasado y todo lo que yo sentía que no le encontraba una explicación era esto: soy un varón trans”.


—Hasta que llegaste a ese momento muchísimo dolor y muchísimos problemas también, ¿no?

—Sí. Yo me acuerdo de que antes de mi fiesta de 15, porque hice una fiesta de 15, mis amiguitas no se iban a Disney y yo tenía mucho miedo de ir solo entonces recurrí a la fiesta de 15 para festejar. Pero ese año fue mi peor etapa. Mi punto más bajo del trastorno alimenticio. Porque yo sabía que se acercaban mis 15 y que tenía que usar ese vestido y empecé a bajar mucho de peso. Realmente yo me mataba haciendo ejercicio. Hacía ejercicio mucho, mucho. Iba al teatro también muy seguido. Salía a caminar todo lo que podía. Comía lo menos que podía sin que mis papás se dieran cuenta. En mi fiesta de 15 para que te des una idea ni siquiera probé un bocado de nada de toda la comida que había. Y realmente no pude disfrutar mi fiesta porque no podía pensar en otra cosa que en cómo estaba mi cuerpo. Tenía ganas de comer, pero no quería. No me lo podía permitir.


—¿Y qué pasó?

—Empecé a comer menos. Llegué a comer dos tomates cherry por día. Tomaba mucha agua, hacía mucho ejercicio. Hasta que me acuerdo patente un día llevaba una remera cortita roja y un pantalón, un short, y ya pesaba 40 kilos y mi hermana le dijo a mi papá “vos te das cuenta de que está muy mal, ¿no?”. Mi hermana no me veía hace tres meses. Capaz mis papás que me veían todos los días no se nota cuando una persona baja tanto de peso, no te das cuenta de que es tan rápido el descenso.


—¿Tu hermana no vivía con ustedes?

—No. Y cuando me vio se horrorizó y le dijo a mi papá “está muy mal, hagan algo”. Y ahí ellos dos dijeron “tenés razón”. Me llevaron a una médica, fue todo horrible para mí, yo estaba negado a ir a ninguna médica que me ayudara porque yo no quería salir de eso. Y la médica me pesó y lo que vio fue terrible. Yo pesaba 38 kilos dos días después de pesar 40. Los sentó a mis papás, yo estaba en el medio, mi papá a la derecha, mi mamá a la izquierda, y nos dijo bueno “familia, esto es así: en este momento tu cuerpo ya no tiene nada para alimentarse. No tiene reservas. Tu cuerpo se está comiendo el músculo de tu corazón. Si vos no te internás, si vos no empezás a comer, tenés dos, tres semanas, un mes como mucho. Te vas a morir”. Yo no le creía, para mí era mentira. Además, qué locura, me acuerdo de que me seguía viendo gordo en el espejo. 38 kilos pesaba, ¿cómo me podía ver gordo?


—Van de esta médica. Plantea esto. ¿Y qué sucede ahí?

—La médica me deriva a otra médica, a Viviana Buiras. Me acuerdo de que yo sabía que Viviana me iba a pesar de nuevo y yo el día anterior no había comido nada. Nada en todo el día. Yo ya venía igual de momentos en los que no comía nada en todo el día. Por ahí como mucho me permitía dos frutillas y tomaba mate cocido, mate cocido, mate cocido, porque claramente tenía hambre.


—¿Tus papás entendieron que estabas enfermo?

—Sí. Me llevaron a esta médica. Viviana me pesó y me dijo “mirá, esto no puede ser, es muy poco”. Me dijo “hay dos opciones: o empezás a comer o te tengo que internar con sonda nasogástrica para alimentarte por ahí”. “No voy a comer -le dije-. No voy a comer”. Mi hermana se quedó mientras yo me pesaba, claramente sin ropa, y se largó a llorar de lo que vio. Era la primera vez que me veía desnudo. Se largó a llorar porque no podía creer lo que estaba viendo. Era un esqueleto. Y la médica hizo pasar a mis papás, les dijo “vamos a internarlo en el sanatorio de niños”. Nos fuimos a fijar si había cama. Yo me acuerdo de que tuve que caminar una cuadra y no la podía caminar. Iba lento porque ya no tenía energía en el cuerpo. Llegué al sanatorio de niños. Tenía que ver si había cama. Probablemente no. Había una cama. Me internaron ese día. Yo no entendía nada de lo que estaba pasando. No dimensionás la gravedad.


—¿Qué edad tenías?

—15. Yo entré muy, muy mal. Tenían miedo de que el corazón me dejara de latir porque era una posibilidad porque el cuerpo no sabían hasta cuándo iba a poder aguantar. Me internaron, me pusieron la sonda. Yo lo tomaba con humor, me reía. Mi familia lloraba preocupada, me pedían por favor que comiera y yo estaba negado. Me empezaron a pasar la alimentación. Yo me sacaba fotos todos los días para ver si engordaba. Era terrible. Me fijaba hasta cuántas calorías tenía la alimentación que me pasaban, que no era nada. Pero a mí me preocupaba hasta eso. Me acuerdo de que me ponían comida en el sanatorio y no quería.


—Te alimentaban con sonda, estabas internado, pero no había un tratamiento psicológico todavía que acompañara.

—Sí. Estaba en tratamiento psicológico pero negado completamente. Estaba negado a mejorar. Yo no quería mejorar. Yo iba a la psicóloga porque sabía que tenía que ir porque mis papás sabían que era necesario.


—¿Y por qué había empezado?

—Porque mis papás me veían mal. Yo estaba muy deprimido. No sé si ellos notaban que me cortaba o que no comía bien, pero sabían que algo no estaba bien. Y yo accedí a ir a la psicóloga pero era tedioso para mí, yo no tenía ganas de estar ahí. No tenía ganas de contarle a una desconocida todo lo que me pasaba.


—¿Vos te quemabas también?

—Me quemaba. Fumaba cada tanto porque necesitaba bajar la ansiedad de alguna manera y me quemaba, me apagaba el cigarrillo en la piel. Terrible.


—En ese momento le cuentan a tus padres...

—De los cortes. Además en el sanatorio hacía mucho calor: el 27 de noviembre, una fecha que no me voy a olvidar más, fue la primera internación. Porque después hubo muchas más.


—¿Tus papás te hablaron de eso?

—Ellos tocaban el tema y yo me enojaba. La manera en la que los trataba era horrible y yo me di cuenta con el tiempo. Uno no se da cuenta de lo egoísta que es y de lo mal que trata a la gente de su alrededor que solo se preocupan porque vos vivas.


—Estabas enfermo.

—Mucjho. Y yo me acuerdo de que pesaba 38 kilos, me veía al espejo y decía “soy obeso”.

—¿Y por qué te dan de alta?

—Me dan de alta porque consideraban que ya podía seguir la internación domiciliaria. Yo seguía con sonda. Seguí con sonda mucho tiempo. Dos meses y medio. Una cosa así. Y nada, seguí la internación domiciliaria en mi casa.


—¿Y la respetabas?

—No. Mi nutri me dio de a muy poco comida porque si me daba un plato entero yo me iba a agarrar una crisis de pánico. Empecé comiendo rodajas así de calabaza hervida. Mi mamá se daba vuelta un segundo y yo agarraba un papel tissue para sonarse la nariz, la aplastaba, la escondía abajo de la almohada o me la escondía entre las piernas. Y cuando iba al baño, mi mamá no se daba cuenta, lo tiraba en el inodoro. También lo que hacía era el alimento, lo vaciaba y lo llenaba con agua. O sea, le dejaba un poco para que quede el color.


—El de la sonda.

—Sí, el alimento que colgaba del palito. Yo estaba muy mal. No me daba cuenta de que se iban a dar cuenta en algún momento. Cuando fui a la pediatra en ese momento me pesó y dijo “no puede ser que vos estés bajando de peso con la alimentación por sonda y comiendo”. Me acuerdo de que una vez fui a dormir a la casa de mi papá que vivía a una cuadra de mi mamá, le dijo “una vez lo vi entrando al baño, vi que había menos alimento y me pareció raro”. Mi papá me preguntó “¿qué pasó con el alimento?” “No, no sé, ni idea, ¿por qué?”. Yo sabía mentir muy bien. La médica me pesó y me dijo “no puede ser, bajaste mucho de peso”. Me volvieron a internar me acuerdo en el cumpleaños de mi hermana. Horrible. Horrible. Imaginate, el día de su cumpleaños que tenga a su hermano muriéndose en un hospital. Eso era lo que pasaba, solamente que yo no me daba cuenta de la dimensión y la gravedad.


—Vos no tenías la fantasía de morir.

—En ese momento no.


—¿En algún momento sí?

—Cuando dejé la sonda, cuando me la sacaron y empecé a subir de peso. Fue horrible. Volví a la autolesión. Y tuve dos o tres internaciones más porque me vaciaba blísters de pastillas. Eran como impulsos, no sé cómo explicarlo. Eran impulsos en los que yo tomaba mucha medicación y a los 25 minutos, media hora, me daba cuenta: ¿qué hice?


—¿Y a quién se lo decías?

—A mi mamá. Yo vivía con ella. Y me acuerdo de que la última vez, que fue la peor y fue creo que hace dos años, la agarré a mi mamá y le dije “ma, me tomé como tres blísters de medicación para dormir”. Una medicación muy fuerte encima. Mi mamá, no me voy a olvidar más, se sienta en la cama, se agarra la cabeza y se larga a llorar. No podía creer que esto estuviera pasando de nuevo. Y me lleva al suelo y me dice “te vas a dormir varios días”. Yo le dije “ma, con la dosis que acabo de tomar me voy a morir creo”. Se viste, pedimos un taxi, mi mamá en un estado de shock. Yo no entendía nada.


—¿Hubo algún diagnóstico?

—Trastorno de la conducta alimentaria, depresión y ansiedad... Hay algo que no mencioné. Me acuerdo de que cada vez que yo bajaba de peso, dado que se pierde mucha grasa, mucho músculo, los pechos me empezaron a disminuir y de repente me veía al espejo y era plano. No tenía nada. Y eso me encantaba. Y cuando empecé a subir de peso, empezó todo lo contrario: trastorno por atracón de nuevo, porque fue tanto el tiempo que yo le restringí al cuerpo que me pedía, me pedía, me pedía, porque, claro, el cuerpo se prepara por si, en algún momento se vuelve a restringir, tener esa reserva. Comía todo lo que encontraba. Mezclaba cosas que vos decís “qué asco”. Mezclaba todo lo que encontraba en la cocina.


—Ahí empezó a aparecer un poco más de curvas.

—Sí. Fue terrible. Al tiempo hice mi transición.


—¿Estabas yendo al colegio? ¿Podías estudiar mientras tanto o no se podía?

—Faltaba mucho. Siempre fui un alumno 10. Muy aplicado. Y desde que me pasó el trastorno de la conducta alimentaria en el momento en el que me internaron faltaba mucho. Muchísimo. En un momento estábamos en pandemia. 2020. Yo no me conectaba a los Zoom. No quería, no quería que se viera mi cara, mi cuerpo recuperado. No podía. Porque tenías que prender la cámara. No me podía permitir eso.


—¿El bullying seguía sucediendo?

—No. No.


—Ya había otros compañeros, otra dinámica.

—Sí. Y preocupación.


—¿Entre tus compañeros también?

—Sí. De mi grupo de amigas, mis profesores, se daban cuenta. Se dieron cuenta.



—¿Fue un espacio que pudo contener y abrazar el de la secundaria?

—Sí, el colegio fue la verdad que una contención inmensa me dieron. Había una psicopedagoga. Yo cada vez que me sentía mal, me agarraba un ataque de ansiedad, un ataque de pánico, ella me permitía salir del momento de clase, ir a su oficina, tomar un café, calmarme. Y me ayudaba mucho. La verdad que el colegio en eso un diez.

—¿La pandemia te hizo mal?

—Mucho, porque yo en ese momento como la gente no me veía empecé a comer mucho y no me soportaba. No podía verme al espejo.


—¿Y en tu casa qué pensaban de eso?

—Contentísimos de que yo comiera. No lo podían creer. O sea, ellos felices de la vida.


—¿Cómo siguió?

—En 2021 conocí un grupo de amigos de casualidad porque yo estaba con una amiga que me dijo “mirá, yo en un rato me encuentro con unos amigos en el parque, yo ese día estaba re bajón, vení así te despejás un rato”. Conocí a un grupo de gente trans que iban a una asociación que se llama Varones Trans que necesito mencionarla porque son un diez. Empecé a ir a la asociación y lo agarré a Santi, el presidente de la asociación, y le dije me pasa esto, esto y esto y yo en llanto, pleno ataque. “No sé cómo decírselo a mi familia, no quiero vivir más así, necesito transicionar, necesito ser verdaderamente quien soy”. La desesperación que vos tenés de decir me di cuenta de que estuve toda mi vida así y no puedo aguantar ni un minuto más.


—¿Cuál fue el disparador para que vos lo entiendas?

—La serie. La identificación.


—¿Habías tenido alguna pareja hasta ese momento? ¿Te habías enamorado?

—Cuando era más chico sí. Yo soy bisexual y estuve en pareja con una chica y en ese momento me enamoré de un chico que también era un varón trans y fue una gran contención para mí porque él me entendía en todo. En absolutamente todo. Me acompañó cuando me hormoné. Cuando me operé.


—Te acompañó en todo el proceso.

—En todo el proceso. Vio todo mi cambio.


—¿Y la chica con la que estabas en pareja qué pasó cuando lo conociste a él?

—No, con ella corté antes, cuando terminó la internación terminamos la relación.


—¿Estuvo en riesgo tu vida de nuevo?

—Sí, muchas veces. Pero yo no lo dimensionaba. Yo decía no me morí la primera, no me morí la segunda, no me voy a morir. Y la última fue terrible. El último intento de suicidio, que no sé si llamarlo así porque fue como una desesperación que me llevó a ese impulso de decir “quiero tomar esto”, en ese momento sí pensaba que me quería morir pero yo siento muy en el fondo que no me quería porque recurrí a mi mamá para decirle “hice esto, qué hacemos, ayudame”. Estaba con la desesperación de decir “necesito estar bien, necesito arrancarme este dolor”. Buscaba llamar la atención porque no podía más ocultar y soportar todo ese dolor yo solo.


—¿Te sentías cómodo con la idea?

—Sí, muy. Tenía mucho miedo cómo se lo tomara la gente, eso sí. Tenía muchos miedos, muchas incertidumbres de cómo va a reaccionar mi familia. Yo sabía que mi familia no era capaz de echarme. Hay muchos chicos que lamentablemente la familia los echan de la casa. Pero me daba mucho miedo que no lo aceptaran.

—Pero encontrarte a vos en tu identidad, ¿qué trajo?

—Alivio. Paz y mucha felicidad. Ese dolor fue desapareciendo un montón. Fue como sanar al niño que fui, que sufrió tanto bullying y que no entendía lo que le pasaba. Siento que todo lo que pasó, toda la depresión, la ansiedad, el trastorno de la conducta alimentaria fue el síntoma que desarrollé a partir de odiarme por no entender quién era, qué me pasaba.


—Primero hablaste en el grupo. Después hablaste con tus amigos.

—Mis amigos obviamente lo súper entendieron. También es otra generación. Con mis amigos del teatro. Les conté a mis profes y fue tipo “ok, sos Agustín, ¿qué tiene? Sos Agustín y ya está”. A mí el teatro me salvó la vida porque yo me acuerdo, esto no lo dije, que empecé a comer porque en el momento que a mí me internaron yo tenía puestas, actuaba. Tenía que bailar mucho. Y mi médica me dijo “no, vos no lo podés hacer, no podés subir ni una escalera”. No tenía permitido subir escaleras realmente. Y me dijo “cuando vos empieces a comer y te recuperes un poco, podés volver al teatro”. Yo empecé a comer por eso, porque necesitaba volver al teatro. Me acuerdo de que en vacaciones de verano se hace un receso, pero hay un intensivo de teatro, de canto, de danza. Yo me acuerdo de que iba a ver a mis compañeras, me subían a upa porque no podía ni subir una sola escalera. Iba ahí y me despejaba, no pensaba en lo que me pasaba. Y empecé a comer porque necesitaba volver al teatro. Realmente a mí el teatro y la transición me salvaron la vida.


—Encontraste tu lugar en el mundo. ¿Cómo fue la charla en tu casa? ¿Cómo la decidiste?

—No tenía la valentía por así decirlo de decirles cara a cara así que recurrí a mi psicóloga de ese momento. Yo sabía que tenían una reunión con mis papás. Y le dije “¿vos podés contarles esto? Porque yo no me animo pero necesito contarlo”. “Sí”, me dijo, y lo habló ella.


—¿En ese momento ya había sucedido algo del cambio de estética?

—No, todavía no. Lo habló con mis papás. Yo sabía a qué hora salían de sesión y estaba en el teatro con mis amigas conteniéndome para ver cuál era la reacción de mis papás. Y mis papás me dijeron “nosotros te amamos, nos va a costar porque fueron muchos años pero te amamos y es lo único que importa que vos estés bien, que seas feliz y te respetamos. No tenés que preocuparte ni angustiarte por nada. Es lo que menos queremos”. Me acuerdo de que mi papá con su esposa y con las hijas de ella, que para mí son hermanas, me pusieron Toti porque como al principio les costaba decirme Agustín. Todo el mundo, toda mi familia me decía Toti. Y fue como volver a respirar. Fue como “ya está, ya pasó”. Ellos lo entienden, ellos me respetan y me acompañan. Es lo único que importaba.



—¿Les pudiste contar que elegiste Agustín por ellos?

—Sí. Y elegí Dante también porque me encanta el nombre y es una escuela en la que trabajó mi mamá.


—¿Cómo empezó el cambio en tu estética?

—Me fajaba y era terrible porque era muy riesgoso. Podía tener muchos problemas en las mamas. No podías respirar bien. Me acuerdo de que yo siempre tuve muchos esguinces por bailar y de más chico hice vóley, tenía vendas. Con las vendas me apretaba a morir hasta que no podía respirar. Y mis compañeros de la asociación de Varones Trans me decían “no podés hacer eso, existen los binders que son como unos tops deportivos que sirven para aplanar”. Pero al principio recurrí mucho a las vendas y cuando me compré mi primer binder fue increíble. Verme al espejo y verme plano. Después me miraba mis pechos cuando me estaba por bañar y era volver a la realidad de no quiero esto. Pero mientras tanto podía salir a la calle y sentirme más o menos cómodo. Y después empecé con las hormonas. Mi ex me acompañó en todo. Él ya sabía todo el proceso, entonces para mí era mucho más fácil. Me hice todos los estudios porque previamente hay que hacerse un montón de estudios.


—¿Acompañó un médico también?

—Sí, por supuesto. Un endocrinólogo y mi médica de cabecera. Yo en ese momento no les conté a mis papás, al tiempo les conté, costó un poco entenderlo porque les daba miedo. Solo por eso, no porque me quisiera hormonar. Les daba miedo por la desinformación misma de que me pasara algo malo. Cuando se quedaron tranquilos, ellos siempre me acompañaron, en todas mis decisiones ellos siempre estuvieron al lado mío. Estuviera bien, estuviera mal, ellos siempre se quedaron al lado mío y para mí eso es un privilegio que no a todos les pasa.


—¿Las hormonas son testosterona básicamente?

—Testosterona. Empecé con inyectables. Seguí con gel. Y las dejé porque no estaba pudiendo controlar mi voz, que yo me dedico al canto. Yo me dedico al teatro musical entonces no estaba pudiendo encontrar mi voz. Hasta que di con una profe de canto que era fonoaudióloga y me di cuenta de que las hormonas las podía seguir mientras estuviera supervisado con una profe de canto. No las retomé hasta ahora que estoy volviendo a tratar de retomarlas. Pero para mí fue increíble. Y ese mismo año a fin de año me operé. Me pude operar gracias a la Ley de Identidad de Género. Yo me veía al espejo y no lo podía creer.


—Te operaste de mastectomía.

—Sí. Me miraba al espejo y no lo podía creer. Fue realmente una felicidad: al día de hoy te juro que fue la mejor decisión que pude haber tomado en la vida.


—¿Dudaste, tuviste miedo antes?

—No. No. Yo sabía que lo quería. Y cuando me vi al espejo terminé de confirmarlo. Me sentía yo. O sea, por primera vez me sentía yo completamente.

—¿Dónde sentís discriminación hoy?

—En TikTok recibo muchos, muchos comentarios de odio. Muchísimos. Tengo un video que se me viralizó, tiene como 1.500.000 vistas, y los comentarios que recibo son terribles.


—¿Qué contás en el video?

—Es un video que muestro mi transición. Dice, como que alguien dice nunca vas a poder ser un hombre. Y muestro el cambio que hice como diciendo sí pude, lo pude lograr. Y hay muchos comentarios. Y mi mamá me decía no contestes. No contestes. Eliminalos. Yo le decía obvio que voy a contestar, porque necesito visibilizar que esto sigue pasando. Porque hay gente que te dice ay no, pero es delirio suyo, de la comunidad LGBT, de la comunidad travesti-trans sobre todo. Es delirio suyo que los siguen discriminando. Con esos videos dejo en evidencia que no. Que en 2025 sigue pasando.


—Hay un tema que me preocupa y tiene que ver con la medicina y con la salud. Las personas trans tienen que tener acceso a la medicina. Es fundamental que un varón trans vaya a la ginecóloga y que una mujer trans vaya al proctólogo.

—Sí. De hecho hice un video al respecto y recibí muchísimos comentarios horribles. Que yo después los uso para informar. A mí ya realmente me genera risa pero en un principio sí, es horrible. Es horrible ver cómo te mira la gente. Es horrible también tener que ir juntando data de compañeros trans a ver a qué ginecóloga voy. No me importa pagar, necesito ir a una ginecóloga que esté informada. Son muy pocas lamentablemente. No podés ir a cualquier ginecóloga. No podés ir a cualquier endocrinólogo. Porque hay mucha desinformación y hay mucha discriminación todavía en la medicina. Y en la salud mental también. Me acuerdo de que una anterior psiquiatra me dijo “yo no te puedo anotar con Agustín porque todavía no tenés el cambio de DNI”. La Ley de Identidad de Género dice que sí, que por más que no tengas el cambio de DNI te pueden anotar con tu nombre autopercibido.


—Es terrible. ¿Tenés el DNI?

—Sí. Todo el mismo año fue. El DNI, las hormonas, la operación. Fue, ay, fue un alivio para mí. Fue lo mejor que me pudo pasar en la vida transicionar.


—Nosotros hablamos antes y vos me decías que todo lo que pasó tenía que ver con encontrarte vos.

—Sí. Sí, sin dudas.


—Hoy lo entendés.

—Hoy lo entiendo. Hoy estoy menos enojado con la vida. Hoy no estoy enojado con la vida. No estoy enojado. Antes odiaba el mundo. Me odiaba a mí. Porque ni yo podía entender qué me pasaba. Y pude sanar ese niño que fui. A ese adolescente que fui que sufrió tanto.


—Tuviste la suerte de tener una familia que acompañó.

—Sí.


—Me imagino que tenés amigos y amigas que no tuvieron esa suerte.

—Y es terrible. Terrible. Hay muchos compañeros y compañeras trans que los echan de la casa. Que la familia los golpea. Hay muchas personas trans que caen en autolesiones. Hay muchas personas trans que se suicidan. Los asesinatos de las personas trans cada vez se incrementan más. Hay muchas personas trans que caen en consumos problemáticos. Que el único recurso que tienen es la prostitución. Y es terrible. Ver eso es realmente decir qué privilegio la familia y el entorno que tengo.


—¿Agus, te dejaste de lastimar?

—Sí.


—¿Estás bien hoy?

—Hoy estoy bien.


—¿Qué tenés ganas de que pase?

—De seguir trabajando de esto. Por ahí mi sueño no, algo que yo de chico pensaba era quiero ser famoso. Quiero ser famoso. Hoy en día lo veo de otra manera. Hoy en día lo veo como quiero vivir de esto. No busco ser famoso. No busco que todo el mundo me reconozca. Quiero vivir de lo que me gusta.


—¿Hoy qué estás haciendo?

—Hoy estoy en dos proyectos. Estoy en Lutero, el musical. Estoy en Caída libre, el musical. Y antes estuve en Ana es luz, el musical. Estuve en Regreso a la tierra de Oz que fue una obra que hice en vacaciones de invierno. Hice Inferno. Hice Libre cautiverio también que la terminamos hace poco la temporada.


—¿Estás noviando?

—No. Soltero.


—¿Estás con ganas de enamorarte?

—Estoy con ganas de enamorarme. No, pero realmente ver todo lo que me ha regalado esta ciudad, esta provincia, desde que llegué es increíble. Es como decir realmente esto puede pasar, los sueños se cumplen. Se puede soñar, se puede estar mejor. Y también agradezco de nuevo mucho por el espacio. Para mí es muy importante que se visibilice un varón trans en la tele. Un artista trans en la tele.


—¿Hay algo que no te haya preguntado que te parezca importante comunicar?

—Me parece que no. Quiero agradecer a mi familia. A mi papá, a la esposa de mi papá, a sus hijas, a mi mamá, a mi abuela. Mi abuela es una persona grande y el cambio que ha hecho es increíble. El amor que me tiene tu familia y la contención que me han dado. Siempre estuvieron al pie del cañón conmigo. Decisión que tomo decisión que me acompañan con amor. Para mí es muy importante y es realmente un privilegio. A mis amigos que siempre estuvieron ahí, que nunca me soltaron la mano. Y de nuevo también a la gente que me da trabajo que para un artista trans es difícil.


—Vos entendés que ese día tu hermana te salvó la vida, ¿no?

—Sí. Y mi médica también.


—¿Se los dijiste?

—No. Pero yo siento que sí, que gracias por darme eso para agradecer a mi hermana. Y para agradecerle también a Viviana Buiras, yo antes la veía como una bruja. La odiaba. Era como me estaba obligando. Y después me di cuenta de que ella me salvó la vida. Que si mi hermana y ella no se daban cuenta, no me ayudaban, yo hoy no estaría acá.


—Y esos papás que después pudieron también…

—Mis papás increíbles. Todo lo que soportaron. Pobres padres. Pero siempre con amor me acompañaron así que no puedo estar más agradecido.


https://www.infobae.com

Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 23 de diciembre de 2025
En julio, Evanna Vásquez llegó al Betances Health Center en Manhattan con la esperanza de recoger su dosis mensual de estradiol. Desde que la peruana migró a Estados Unidos y comenzó su tratamiento de afirmación de género en Nueva York hace un año, esta clínica comunitaria le ha proporcionado la atención médica que necesita. Pero esta vez, el médico la recibió con una noticia que la sorprendió: no había suministros. Con esta preocupación, llamó a Javier Tejada, el trabajador social que la ha acompañado desde su llegada a la ciudad en 2023. Tejada logró conseguir las dosis que necesitaba, gracias a donaciones, pero la incertidumbre de no saber si el próximo mes podrá acceder a su medicamento se ha vuelto constante. “Unos meses me dan el estradiol inyectable y otros en pastillas. Cada vez que consiguen una donación me contactan”, cuenta Vásquez, de 35 años. “El problema es que yo necesito una dosis doble de estradiol porque lo tengo muy bajo, y eso hace que todo sea más difícil”. El estradiol es un medicamento que contiene la hormona sexual femenina estrógeno, producida principalmente en los ovarios. En las personas trans juega un papel fundamental en la terapia hormonal de afirmación de género, que se usa para provocar cambios físicos feminizantes como el desarrollo mamario, la redistribución de la grasa corporal, la disminución del vello corporal y la reducción de la masa muscular. Que una mujer trans tenga niveles bajos de estrógeno implica una falta de desarrollo o reversión de características femeninas. Desde finales de 2024, activistas por los derechos de las personas trans en Estados Unidos reportan que la comunidad se está enfrentando a una escasez de medicamentos de afirmación de género y largos tiempos de espera para consultas médicas en clínicas que ofrecen estos servicios. Esto se intensificó en julio, tras la aprobación de la “gran y hermosa” reforma fiscal de Donald Trump, una ley que prohibió el uso de fondos federales para cubrir tratamientos de afirmación de género y recortó el presupuesto destinado a Medicaid, el programa público de cobertura médica, dejando por fuera a las personas con visas humanitarias, como Vásquez que es solicitante de asilo. Con la reducción de fondos federales, las personas que quedaron descubiertas de Medicaid están recurriendo a clínicas sin fines de lucro. De la misma manera, puesto que los migrantes indocumentados no tienen acceso a servicios de salud preventiva en Medicaid, también acuden a estas mismas clínicas porque ofrecen opciones a bajo costo o gratuitas para personas sin ingresos. Esta situación está saturando la capacidad de operación de las clínicas y extendiendo sus tiempos de espera. El impacto sobre las personas trans migrantes es significativo: alrededor de 174.000 de ellas viven en EE UU, muchas de las cuales llegaron al país escapando de la transfobia, la violencia o la falta de atención médica en sus países de origen. En América Latina, las condiciones para las personas trans son tan precarias que su expectativa de vida no supera los 35 años de edad, de acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Una avalancha de leyes antitrans La ley fiscal de Trump tiene como propósito establecido reducir los impuestos y modificar los gastos de diversos programas federales. Sin embargo, ha sido criticada por su manipulación ideológica de los presupuestos federales, y en el sector de la salud determina que está prohibido el uso de fondos federales de Medicaid para procedimientos de afirmación de género, como cirugías y medicamentos hormonales. Esta legislación se une a una creciente lista de leyes federales y estatales a lo largo del país que limitan los derechos de las personas trans y los derechos sexuales y reproductivos. A comienzos de este año, el Gobierno de Trump cortó la financiación de Planned Parenthood, la organización de salud sexual y reproductiva más grande de EE UU, que provee tratamientos de afirmación de género, para el VIH, anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual. A esto se suman más de 20 citaciones para investigar a médicos y clínicas que brindan atención médica de afirmación de género a menores por parte del Departamento de Justicia y otros 616 proyectos de ley anti-LGBTQ+ en múltiples Estados del país, de acuerdo a la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU). Por todos estos ataques y el temor a la llegada del segundo Gobierno de Trump, la demanda de medicamentos de afirmación de género —como el estradiol, la testosterona o la espironolactona— comenzó a aumentar. Trump había anunciado durante la campaña de 2024 que cortaría los fondos federales que financian los medicamentos de afirmación de género, por lo que muchas personas decidieron comprar grandes cantidades para el futuro. Ahora, no solo está habiendo una alta demanda de estos medicamentos, sino que los tratamientos en clínicas que ofrecen estos servicios también se están saturando. “Estamos recibiendo referidos de chicas que vienen de otros centros de salud, por la escasez de doctores o de profesionales de la salud a causa de los recortes de presupuesto”, asegura Denise Gutiérrez, directora del programa transgénero de Community Healthcare Network. Esta organización neoyorquina está operando con normalidad porque sus fondos no dependen del Gobierno federal, sino de subvenciones de entidades privadas y dinero de la ciudad. Cuando Lady Dariana Camas —una mujer trans ecuatoriana de 35 años que vive en el Bronx— llegó a Estados Unidos en 2022, ya estaba recibiendo un tratamiento hormonal de afirmación de género, pero no sentía la presión de hacerse cirugías como la de feminización facial para afirmar su género. Con la vuelta de la Administración Trump, vio por primera vez que sus posibilidades de acceder a esta cirugía se estaban limitando y quiso buscarla lo más pronto posible, pero cuando fue al médico en diciembre de 2024, este le dijo que no tenía disponibilidad hasta el próximo año. “Ahora con los recortes estoy empezando a sentir que tengo que hacerme la cara rápido, antes de que pase algo y me digan que no”, cuenta Camas. Como ella, otras personas trans están intentando adelantar las cirugías que quieren hacerse por el temor a que los recortes las hagan inalcanzables en un futuro cercano, según Chance Krempasky, director médico de Community Healthcare Network. Algunos activistas y clínicas de afirmación de género confían en que los gobiernos locales y estatales garanticen los derechos de las personas trans. Estados como Oregón, Connecticut y Vermont han emitido leyes de protección a las personas trans que buscan servicios de afirmación de género, mientras que ciudades como Boston y West Hollywood se han declarado santuarios para las personas transgénero o la comunidad LGBTQ+. Nueva York cuenta con leyes que protegen a las personas que buscan o brindan servicios de afirmación de género legalmente en el Estado. Recientemente, la legislatura estatal aprobó un proyecto de ley que intenta reforzar las protecciones legales para que las personas que brindan o reciben atención reproductiva o de afirmación de género estén protegidas de responsabilidades civiles o penales fuera de Nueva York. La legislación espera ser firmada por la gobernadora Kathy Hochul. Las políticas públicas locales son la única forma de sobrevivir. Mila Hellfyre Hernández, activista por los derechos de las personas trans latinas “Las políticas públicas locales son la única forma de sobrevivir”, sostiene Mila Hellfyre Hernández, activista puertorriqueña por los derechos de las personas trans latinas en Estados Unidos y vicepresidenta del Equality Empowerment Center, una organización sin ánimo de lucro que defiende los derechos de la comunidad LGBTQ+ en Florida. “Estoy hablando a nivel de ciudad, porque en las ciudades el Estado es quien tiene el control, no todo el soporte tiene que ser a nivel federal”. La emisión de políticas locales o estatales para proteger a la comunidad trans ha ocasionado que el 48% de las personas trans en EE UU migren internamente o estén considerando reubicarse a otros Estados con leyes que protejan sus derechos, según un informe publicado en mayo por el William Institute, un centro de investigación de políticas públicas centrado en cuestiones relacionadas con la orientación sexual y las identidades de género. “Muchas personas trans van a querer salir de ciertos Estados republicanos que los tienen bajo constante ataque y van a querer venir a Estados que les dan la bienvenida”, explica Jesús N. Soto, del National Alliance on Mental Illnesses. “Entonces, aunque el presupuesto estatal sí daba en el presente, en el futuro van a necesitar más”. Esto quiere decir que la capacidad de los gobiernos locales o estatales de proteger el acceso a los servicios de afirmación de género puede verse afectada por los cambios demográficos. Preocupación y temor Evanna Vásquez ha tenido que migrar dos veces. En 2017 se marchó de Perú, luego de que su familia comenzara a agredirla por expresar su identidad de género. Eligió irse a Panamá, donde trabajó por mucho tiempo como estilista. Fue ahí donde conoció a su actual esposo. Pero con la llegada de la pandemia, su peluquería cerró. Cuando el encierro se volvió más laxo, intentó volver a conseguir trabajo, pero no lo logró. Se sentía desesperada, y decidió irse a Estados Unidos. Migrar por segunda vez representaba volver a dejarlo todo: vender todas sus cosas, abrazar a sus amigas y despedirse de Sirius, Jade y Nagini, sus dos gatos y su perra. El viaje fue difícil; les robaron, perdieron sus documentos de identidad y Vásquez sufrió abusos sexuales en múltiples ocasiones en México. Pero no había tiempo para procesar el dolor, Estados Unidos se presentaba como un lugar en el que había leyes para que Vásquez cambiara su nombre, accediera a los tratamientos de salud que necesitaba y se casara finalmente con su pareja. “Vengo de un país donde nos quitan todo, para que nos lo quiten ahora en un país donde tenemos más leyes creadas para que nos respeten”, apunta. “Mi comunidad realmente necesita el apoyo del Gobierno”. El presupuesto federal destinado a la salud en 2024 fue de 1,9 billones de dólares, durante la Administración del demócrata Joe Biden. Estaba previsto que ese dinero aumentaría en un 5,8% en 2025; sin embargo, con la aprobación de la ley fiscal de Trump, el Gobierno lo redujo en un 15%, de acuerdo a un análisis del Instituto de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley. Departamentos como el de Defensa, Asuntos de Veteranos y Seguridad Nacional (DHS) —encargado de la política migratoria del presidente— tienen proyectado un aumento de presupuesto. La financiación del DHS, por ejemplo, aumentará un 65% el próximo año. Otra consecuencia de la falta de acceso a servicios de afirmación de género y el aumento de leyes antitrans es que la tasa de suicidio entre los miembros de esta comunidad puede aumentar. “Para nuestra comunidad, el acceso a la afirmación de género es visto como una medida fundamental de prevención del suicidio”, asegura William Lopera, representante de Voces Latinas, una organización dedicada a reducir la tasa de transmisión del VIH entre las comunidades migrantes. La ley fiscal de Trump “ha generado gran incertidumbre y estrés, llevando a las clientas a sentir desesperanza y a acelerar cirugías y trámites de identificación por miedo a perder el acceso futuro. Esto ha tenido un efecto directo en la salud mental de la comunidad”, añade Lopera. Para Vásquez, no poder acceder a sus medicamentos de forma regular es una gran preocupación y le recuerda de los otros periodos en los que no ha podido tomar estradiol de forma continua. Han sido momentos de cambios hormonales bruscos, dolores de cabeza, depresión y dismorfia de género. Por ahora, llega al 16 de cada mes con esperanza y preocupación, intentando vencer el temor de no poder recibir sus medicamentos. https://elpais.com
Por ATA - Sylvia Rivera 22 de diciembre de 2025
El Parlamento de Kazajistán ha dado un nuevo paso en el retroceso de los derechos LGTBIQ+ al aprobar una serie de enmiendas legales que prohíben lo que han denominado como “propaganda LGTBIQ+”, una medida que replica legislaciones similares ya vigentes en Rusia y Georgia y que ha sido duramente criticada por organismos internacionales de derechos humanos. Las enmiendas fueron aprobadas el pasado martes por el Senado, después de haber recibido el respaldo de la Cámara Baja en noviembre. El texto legal aún debe ser firmado por el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, para entrar en vigor. Según el texto legal, el objetivo declarado de la norma es “proteger a los niños de informaciones que dañan su salud y desarrollo”. Sin embargo, activistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos advierten de que este tipo de leyes suelen utilizarse para censurar cualquier mención positiva o neutral sobre la diversidad sexual y de género, reforzando el estigma y la discriminación. La norma impide la publicación de este tipo de informaciones en espacios públicos, medios de comunicación, redes de telecomunicaciones e internet, ampliando su alcance a ámbitos como la educación, la cultura, la publicidad y el cine. Impulso ciudadano y alcance legal La iniciativa legislativa surgió a raíz de una petición presentada por ciudadanos kazajos hace aproximadamente un año y medio y fue elaborada por un grupo de parlamentarios. Según explicó el diputado Yelnur Beisenbáev, uno de los promotores del proyecto, las enmiendas modifican hasta nueve leyes, entre ellas las relativas a los derechos de la infancia, las comunicaciones, la educación y los medios de prensa. Beisenbáev aseguró que el texto incluye una definición concreta de lo que denomina “propaganda de la orientación sexual no tradicional” y establece limitaciones para su difusión, aunque afirmó que la ley no contempla “la prohibición ni el rechazo” de las personas LGBTI. En la misma línea, el diputado Yedil Zabirshin subrayó que la pertenencia a la comunidad LGBTI no está penalizada en Kazajistán, a diferencia de países vecinos como Uzbekistán, donde la homosexualidad sigue siendo castigada por la ley. Críticas internacionales Organismos internacionales como Naciones Unidas, Human Rights Watch, Civil Rights Defenders y el Norwegian Helsinki Committee ya habían expresado su preocupación y rechazado la posible aprobación de esta normativa, al considerar que vulnera derechos fundamentales y fomenta la discriminación, como ocurrió anteriormente con leyes similares en Rusia y Georgia. Un patrón regional Rusia aprobó en diciembre de 2022 una ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, la pederastia y la reasignación de género en medios de comunicación, internet, publicidad, literatura y cine. Georgia, por su parte, adoptó una legislación similar en octubre de 2024. La ley georgiana contempla penas de hasta cuatro años de prisión por cirugías de reasignación de sexo y multas de hasta 4.000 laris (unos 1.500 dólares) por difundir “propaganda de relaciones homosexuales” en instituciones educativas, una medida que el Gobierno defendió como una forma de proteger “la familia y los niños”. Con la aprobación de esta ley, Kazajistán se suma a una tendencia regional que, según denuncian organizaciones de derechos humanos, supone un grave retroceso para la igualdad, la libertad de expresión y la dignidad de las personas LGTBIQ+. https://diversosmagazine.com
Por ATA - Sylvia Rivera 19 de diciembre de 2025
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU ha anunciado este jueves una serie de medidas regulatorias diseñadas para eliminar la atención médica de afirmación de género para menores. Las propuestas anunciadas este jueves suponen las medidas más profundas que esta Administración ha tomado para restringir el uso de bloqueadores de la pubertad y terapia hormonal para niño/as trans. E incluyen el recorte de la financiación federal de Medicaid y Medicare a los hospitales que brindan atención de afirmación de género a niños y la prohibición de que los fondos federales de Medicaid se utilicen para financiar dichos procedimientos. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) emitió cartas de advertencia a una docena de empresas que comercializan chalecos de sujeción pectoral y otros equipos utilizados en procesos de afirmación de género. Entre los fabricantes se encuentran GenderBender LLC, de Carson, California, y TomboyX, de Seattle. Las cartas de la FDA establecen que las fajas pectorales solo pueden comercializarse legalmente para usos médicos aprobados por la FDA, como la recuperación tras una mastectomía, informa The Associated Press. Las normas propuestas amenazarían la atención de afirmación de género para jóvenes en los estados donde sigue siendo legal. Los programas de Medicaid cubren actualmente la atención de afirmación de género en poco menos de la mitad de los estados. Al menos 27 estados han adoptado leyes que restringen o prohíben esta atención. La reciente decisión del Tribunal Supremo, que confirmó la prohibición de Tennessee, abre la puerta a que la mayoría de las demás leyes estatales permanezcan vigentes. Los anuncios de este jueves ponen en peligro el acceso en casi dos docenas de estados, donde los tratamientos farmacológicos y los procedimientos quirúrgicos siguen siendo legales y están financiados por Medicaid, con fondos federales y estatales. Las propuestas anunciadas por Kennedy y su equipo no son definitivas ni legalmente vinculantes, recuerda AP. El Gobierno federal debe pasar por un largo proceso de elaboración de normas, que incluye períodos de consulta pública y revisión de documentos, antes de que las restricciones se vuelvan permanentes. También es probable que enfrenten impugnaciones legales. Sin embargo, las normas propuestas probablemente frenarán aún más la atención a la afirmación de género a niño/as, y muchos hospitales ya han cesado dicha atención. Casi todos los hospitales de EEUU participan en los programas Medicare y Medicaid, los planes de salud más grandes del gobierno federal que cubren a personas mayores, personas con discapacidad y personas de bajos ingresos. Perder el acceso a estos pagos pondría en peligro a la mayoría de los hospitales y proveedores médicos de EEUU. Las mismas restricciones de financiación se aplicarían a un programa de salud más pequeño, el Programa Estatal de Seguro Médico para Niños, para la atención a menores de 19 años, según una nota de la Administración. Las medidas contradicen los consejos de organizaciones médicas y defensores de las personas trans. La mayoría de las principales organizaciones médicas estadounidenses, incluida la Asociación Médica Americana, ha instado a los estados a no restringir la atención a las personas trans, informa AP. Los anuncios se suman a una serie de medidas que el presidente de EEUU, Donald Trump, su Administración y los republicanos en el Congreso han tomado para atacar los derechos de las personas trans en todo el país. En su primer día en el cargo, Trump firmó una orden ejecutiva que declaraba que el Gobierno federal reconocería únicamente dos géneros: masculino y femenino. También firmó órdenes destinadas a recortar el apoyo federal para las transiciones de género de personas menores de 19 años y prohibir a atletas trans participar en deportes femeninos. Además, un proyecto de ley que expondría a los proveedores de atención médica trans a penas de prisión si atienden a personas menores de 18 años fue aprobado este miércoles por la Cámara de Representantes de EEUU y va camino del Senado. Otro proyecto de ley que se está considerando en la Cámara el jueves busca prohibir la cobertura de Medicaid para la atención de afirmación de género para niños. En EEUU, los jóvenes que se identifican con un género diferente al sexo asignado al nacer son evaluados primero por un equipo de profesionales. Algunos pueden intentar una transición social, que implica cambiar de peinado o pronombres. Otros pueden recibir posteriormente fármacos bloqueadores hormonales que retrasan la pubertad, seguidos de testosterona o estrógeno para lograr los cambios físicos deseados. La cirugía no es frecuente en menores de edad. https://www.eldiario.es
Por Mar Cambrollé Jurado 18 de diciembre de 2025
Catalunya da un paso más para blindar los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales con el fin de erradicar la LGBTIfobia. La nueva ley se ha aprobado en el Parlament con una amplia mayoría, ya que fue una iniciativa presentada por el PSC-Units, Junts, ERC, Comuns y la CUP, en colaboración con las entidades del colectivo LGBI+ y Trans. El PP y la extrema derecha de Vox y Aliança Catalana han votado en contra. La norma deroga la ley anterior, tras 11 años de aplicación, para fortalecer las garantías de igualdad de trato y no discriminación, y con la voluntad de hacer efectivo el derecho a la libre autodeterminación de la identidad y expresión de género en el ámbito público y privado. La principal novedad es que incorpora una ampliación del régimen sancionador para acabar con las conductas LGBTIfobicas y da más cobertura tanto a las víctimas durante el proceso de denuncia, a la vez que aumenta los supuestos que definen las infracciones. Las sanciones quedan tipificadas según su gravedad y pueden ir de los 300 euros hasta los 500.000 euros. La norma amplía los pretextos que pueden ser considerados una infracción, como no tratar a una persona "de manera intencionada" de acuerdo con su nombre o el género con el que se identifica o incluir en los negocios jurídicos cláusulas "que causen discriminación por razón de la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género o las características sexuales". A la vez, se prohíben las terapias de "reconversión" y se pone coto a su promoción, al tiempo que se promueve el uso de símbolos LGBTI en espacios y edificios públicos. Para proteger especialmente a las personas trans e intersexuales, la ley parte de un enfoque interseccional -también para la protección de las personas migrantes, racializadas y refugiadas- y deja por escrito el deber de las administraciones públicas de crear espacios de memoria democrática del movimiento LGTBI y de las personas trans, al tiempo que se propone reparar la invisibilización de las lesbianas. Con esta nueva legislación también se crea la Red de Servicios de Atención Integral para coordinar los servicios de atención integral LGTBI (SAI) y los puntos de información LGTBI en todo el territorio catalán y se otorga una mayor dotación de recursos para impulsar políticas públicas. El PP amenaza con llevar la ley al TC La CUP, que ya impulsó esta propuesta la legislatura anterior, pero no consiguió aprobarla por el adelanto electoral, ha celebrado que finalmente salga adelante y ha asegurado que es un "orgullo" porque supone "la defensa de los derechos humanos", aunque la diputada Pilar Castillejo ha deslizado que aún hay mucho trabajo por hacer y que se requiere de una mayor inyección de recursos. "No es una actualización, abrimos una nueva fase", ha celebrado la diputada de ERC y exconsellera de Feminismes, Tània Verge para quien esta ley es una forma de responder a la "ofensiva reaccionaria global". La parlamentaria de Junts, Laura Martínez, ha añadido que esta ley garantiza la libertad y la igualdad de todas las personas "sin excepciones", y que "el Parlament tiene la obligación de estar a la altura cuando estos derechos son vulnerados", esta vez en sintonía con la diputada de los Comuns, Susanna Segovia, pero quien ha querido apostillar que el Govern debe ahora "dar sentido" a esta ley con más recursos y nuevas políticas. Por parte del PSC, Elena Díaz, ha lamentado que haya personas que deban esconder su amor para evitar ser agredidas y ha aplaudido que la nueva norma que sea "robusta" a nivel jurídico. https://www.elperiodico.com
Por Mar Cambrollé Jurado 16 de diciembre de 2025
Un tribunal de Lima en Perù condenó este lunes a 17 años de prisión a cada uno de los tres policías que torturaron y violaron a una mujer trans en una comisaría en 2008, un caso por el que fue sancionado internacionalmente el Estado peruano. La sentencia fue leída durante la audiencia final del juicio oral iniciado en enero, y que fue transmitida por el canal del Poder Judicial. En abril de 2020, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Perú por la brutal agresión que sufrió Azul Rojas cuando tenía 34 años, tras ser detenida en una comisaría del norte de Perú. Dos años después, en un hecho histórico para la comunidad LGBT y Trans, el gobierno peruano pidió perdón a la víctima. Por pedido de la justicia interamericana, Perú siguió con las investigaciones contra los acusados, que respondían al juicio en libertad. Este lunes, el tercer juzgado penal dictó su sentencia por los delitos de tortura agravada y abuso sexual. «Se impone una condena de 17 años de prisión para los efectivos policiales Dino Ponce, Luis Quispe y Juan León», según el fallo. La justicia ordenó la reclusión inmediata de los tres condenados. Según pudo probar la fiscalía, los efectivos policiales detuvieron y agredieron a Azul Rojas en una comisaría de la localidad de Casa Grande, en la costa norte de Perú. Allí fue sometida a «maltratos físicos, psicológicos, violación sexual», indicó el Ministerio Público en un comunicado. https://elnuevodiario.com.do
Por ATA-Sylvia Rivera 12 de diciembre de 2025
Kenia Bonilla dejó en alto el nombre de Ecuador en el certamen de belleza Miss International Trans 2025, donde se coronó como la máxima ganadora. La oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas destacó en el evento desarrollado en Lima, Perú, el reciente sábado 6 de diciembre de 2025. Nueve candidatas, de diversos países, pugnaron por la corona. Kenia Bonilla irá a Países Bajos Durante la gala final del certamen, Kenia Bonilla ganó la corona absoluta. Mientras que la mexicana Mitchell Lagunes fue la primera finalista y la peruana Cirja Emiliana fue la segunda finalista. Tras la coronación, la ecuatoriana recibió como premios un iPhone 17, más de 3 mil dólares en productos de la marca Dior y pasajes de ida y vuelta para Países Bajos, donde se celebrará la edición 2026 del Miss International 2026. Cabe mencionar que Kenia recibió la corona de manos de su antecesora, la peruana Keyla Fernández. Por otra parte, la también ecuatoriana Ohanna Jiménez fue elegida como el Mejor Rostro del certamen. Deja huella en los certámenes Kenia Bonilla, nacida en Santo Domingo de los Tsáchilas, es una modelo profesional de 29 años y la primera mujer trans en competir en el Miss Universo Ecuador. Su participación en este 2025 marcó un hito de inclusión en el certamen, promoviendo la diversidad de género en Ecuador. En febrero de 2025, se postuló al casting de Miss Universo Ecuador, destacando su mensaje de autenticidad: “Soy la primera, pero no la última”. “Este no es solo un logro personal, es un paso hacia una sociedad más inclusiva, justa y representativa para todos”, dijo tras ser anunciada como candidata oficial. Entre las 20 candidatas oficiales, Bonilla brilló en la competencia preliminar en Cuenca, desfilando en trajes de baño y gala. Avanzó a las 10 semifinalistas en la final del 26 de julio en Guayaquil, aunque Nadia Mejía se coronó ganadora. Su visibilidad inspira a la comunidad LGBTI y refuerza las nuevas reglas inclusivas del concurso, sin límites de edad, estado civil o identidad de género. Cabe mencionar que en agosto de 2024 representó al país en el Miss International Queen en Tailandia, un concurso internacional para mujeres trans con participantes de 23 naciones. Sobre el Miss International Trans El certamen Miss International Trans es una “plataforma de inclusión social, visibilidad y respeto”, que trabaja con embajadoras de belleza trans a nivel mundial. Según informó la organización, esta tiene sede en Bélgica y organiza eventos de belleza LGBT en distintas naciones. La victoria de la ecuatoriana Kenia Bonilla marca un nuevo hito en la lucha de las mujeres trans del país por la igualdad y la tolerancia.
Por Mar Cambrollé Jurado 5 de diciembre de 2025
Un informe que celebra a los hombres cis que se someten a reducciones de senos “para sentirse bien” en sus cuerpos ha enojado a muchos que dicen que eso también es lo que quieren las personas trans. Un informe reciente que detalla la inmensa popularidad de la cirugía de reducción mamaria entre los hombres cis ha hecho estallar a los defensores de las personas trans por el hecho de que la atención de afirmación de género siempre ha sido celebrada para las personas cis pero demonizada para las personas trans. El Correo de Nueva York publicó un artículo el 3 de diciembre que explicaba que la cirugía de reducción mamaria es la cirugía plástica más popular entre los hombres cis del país. En algún momento de sus vidas, casi la mitad de los hombres experimentan una afección llamada ginecomastia, que es un aumento en el crecimiento de las glándulas mamarias debido a menudo a un desequilibrio hormonal. No es perjudicial para la salud física de un hombre y, por lo tanto, sólo debe “arreglarse” si hace que alguien se sienta cohibido.
Por ATA - Sylvia Rivera 4 de diciembre de 2025
El viernes, 28 de noviembre, se convirtió en un día histórico en materia de derechos, para los integrantes de la comunidad LGBT+ en Colombia. La registraduría implementó dos nuevos géneros en la cédula de ciudadanía, física y digital: la (T) para personas trans y las siglas (NB) para personas no binarias. Es la culminación de años de esfuerzo de la entidad por demostrar su “compromiso institucional de garantizar el derecho a la identificación de las personas trans y no binarias en el país”. “Desde la Casa LGBTI Sebastián Romero, en Bogotá, anunciamos el fortalecimiento de nuestra solución integral de registro civil e identificación, con la inclusión de las categorías ‘no binario’ (NB) y ‘trans’ (T) en el campo ‘sexo’ de los registros civiles y documentos de identidad. Un paso clave para reconocer y garantizar el derecho a la identificación de las personas con identidad de género diversa”, indicó la Registraduría en sus redes sociales. Ya se expidieron las primeras cédulas de personas trans y no binarias del país: Dos de las primeras personas en obtener sus cédulas con los identificadores de género T y NB fueron Tonny y Mike, precisamente, en el evento realizado en la Casa LGBTI Sebastián Romero. De acuerdo con la entidad, “el Registrador Nacional indicó que ya están listos los ajustes para que personas no binarias puedan realizar sus trámites en todas las oficinas, incluyendo la cédula digital, asegurando así acceso equitativo y eficiente a los servicios de identificación”. Un cambio que celebran Tony, Mike y el resto de personas de Colombia con identidades diversas. Y es que, de acuerdo con este último, “ha sido un camino de casi cinco años y hoy celebramos que ya somos reconocidos por el Estado". El cambio podrá realizarse en cédulas en físico y en su versión digital, en todos los puntos de la Registraduría, desde este viernes. https://www.noticiasrcn.com
Por ATA - Sylvia Rivera 1 de diciembre de 2025
La Corte Constitucional reiteró que ninguna persona trans puede ser excluida de su núcleo familiar por ejercer su derecho a la identidad de género. Esto sucedió tras fallar a favor de Fabiola, una mujer trans que acudió a la justicia tras ser rechazada y violentada por sus propios familiares. Y es que el alto tribunal reafirmó que el enfoque de género es una obligación para todas las autoridades que intervienen en controversias familiares y que, en el caso de la población trans, deben garantizarse condiciones que eviten cualquier forma de discriminación o desigualdad. Caso de Fabiola El pronunciamiento se dio tras estudiar la situación de Fabiola, quien recurrió a la tutela después de que la comisaría de familia encargada de su caso no aplicara adecuadamente este enfoque frente a episodios de violencia que ella denunció. La mujer acudió al mecanismo de amparo buscando protección frente a agresiones y malos tratos que recibía de su madre y de sus hermanos. Según ella, la entidad que debía brindar acompañamiento no aplicó el enfoque de género pese a tratarse de una persona trans, categoría que la Constitución reconoce como sujeta de especial protección. Con la tutela, el caso llegó a la Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional, que finalmente decidió amparar los derechos de la mujer, entre ellos la dignidad humana, la igualdad, el libre desarrollo de la personalidad, la identidad de género, el debido proceso y la vivienda digna. Pues en su decisión, la Corte recordó que todas las autoridades, y en especial las adscritas al sistema de justicia familiar, deben aplicar el enfoque de género de manera estricta. En el caso de personas trans, este deber se intensifica y exige evaluar cada situación, descartando cualquier trato discriminatorio o la reproducción de desigualdades históricas. El alto tribunal incluso formuló una nueva subregla, cuando una autoridad de familia no utiliza de forma correcta los enfoques diferenciales en casos que involucren personas LGBTIQ+, mujeres, adultos mayores o menores de edad, termina vulnerando los derechos fundamentales de quienes resultan afectados por esa omisión.
Por ATA - Sylvia Rivera 28 de noviembre de 2025
La drag queen favorita de la Madre Naturaleza, Pattie Gonia, lució deslumbrante en la alfombra roja el fin de semana, con un vestido hecho con la bandera trans que se vio colgada en el parque Yosemite a principios de este año. La activista y artista ambiental fue la comidilla de la Gala Out100 el domingo (23 de noviembre) después de aparecer vestida con una bandera trans de 66 pies de largo, que habían convertido en un vestido sin tirantes. Asistió a la ceremonia anual de premios junto con el ex guardaparque no binario de Yosemite Shannon “SJ” Joslin, quien supuestamente fue despedido de su trabajo en agosto después de que se izara la bandera en El Capitán, una formación rocosa en el parque nacional de California. “Estimada administración Trump: puede despedirnos, puede defender nuestros parques nacionales, puede decirnos que no somos válidos y que no deberíamos existir, y seguiremos convirtiendo su miedo y odio en amor y comunidad y ganaremos porque siempre lo hacemos”, dijo Joslin a los periodistas. Un grupo de escaladores, incluida Pattie Gonia, ayudaron a colocar la bandera en la pared de la roca como una forma de resaltar que las personas trans pertenecen “a la naturaleza, a la comunidad y a todas partes”. Un mes después, Joslin afirmó que su contrato había sido rescindido por supuestamente “no demostrar una conducta aceptable” a pesar de llevar a cabo la protesta “en mi tiempo libre, fuera de servicio, como ciudadano privado”. El ex guardabosques continuó diciendo: “Colgué una bandera trans en El Capitán. Ondeó durante un total de dos horas por la mañana y luego la quité”. Otras banderas fueron plantadas en el mismo lugar, señalaron. Cuando se le preguntó sobre su decisión de usar la bandera como vestido, Pattie dijo a la revista Out: “¿Qué mejor declaración de moda se puede hacer que decir que las personas trans son amadas? Y hacerlo mientras se ‘recicla’ algo que la administración Trump intenta demonizar”. Una semana antes, Pattie recurrió a Instagram para criticar al secretario de Guerra, Pete Hegseth, por su retórica anti-LGBTQ+, mientras realizaba más dominadas de las que se le había visto haciendo en un clip viral que resurgió recientemente. https://www.sentidog.com