Las mujeres trans, forman parte de los colectivos en riesgo de exclusión social y consecuentemente laboral.
La revolución que están protagonizando las mujeres trans tiene su base en la búsqueda de la igualdad, reclamando el derecho a ser diferentes.
La fundamentación de una lucha como la de las mujeres trans tiene como clave la igualdad de las diferencias. La búsqueda de una igualdad que respete las diferencias sin crear desigualdades, reflexionando sobre los puntos de partida de cada persona o grupo y dando recursos según las necesidades.
No se tiene que buscar la igualdad de oportunidades, sino la igualdad de resultados. Que todas las mujeres puedan llegar a las mismas metas es consecuencia de la distribución inteligente y solidaria de los recursos.
Las mujeres trans han protagonizado en los últimos años un desarrollo explosivo de sus posibilidades de transformación.
Han establecido un diálogo abierto entre ellas y con el resto de la sociedad, potenciando nuevas posibilidades a la transformación de las desigualdades y la búsqueda de soluciones.
Se están incorporando poco a poco a la vida social y cívica de la sociedad de la información. Las transformaciones generadas están centradas en nuevas ocupaciones, la prostitución y la búsqueda de otras posibilidades en la ocupación no son más que actividades de supervivencia.
La sociedad discrimina a las personas transe, impidiendo el acceso a la ocupación formal. El mercado laboral ha encasillado a las mujeres trans en trabajos precarios. Las mujeres están abriéndose paso a nuevas profesiones que dignifiquen su imagen.
Podemos hacer referencia a mujeres que se están formando o que trabajan en ámbitos como: gerocultoras, enfermeras, peluqueras, jardineras…
Muchas mujeres han sido expulsadas de su núcleo familiar cuando es visible su condición y esto hace que no hayan continuado los estudios hasta poder tener una titulación básica, y lo no visibilidad de la mujer trans hace que accedan a niveles más altos. De hecho, parece ser que entre las personas universitarias trans las mujeres son mayoría y con unos niveles muy altos a otros universitarios.
Todo esto nos lleva a la reflexión de que es necesaria una continua reivindicación social y política para que el colectivo de mujeres trans, que son las más desfavorecidas en cuestiones de formación y posterior empleo digno, puedan acceder al mercado laboral.
Demandando de las administraciones públicas, los partidos políticos y los sindicatos el desarrollo de Políticas Activas de Empleo para personas trans y en especial hacia las mujeres trans para incentivar la contratación por parte de las empresas, así como potenciar la creación de programas de formación profesional para este colectivo.
“…Cuando nos adentramos en la vida de las personas trans, cuando conocemos sus vivencias, sus dificultades y las limitaciones impuesta por nosotros, por nuestras sociedad, confirmamos que tienen coraje para luchar y defender su causa. Así son ellas, están curtidas ante las dificultades.”