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Desmontando ‘las mujeres trans no son mujeres’

ATA - Sylvia Rivera • 5 de febrero de 2020

Julia Serano desarticula uno a uno los discursos que pretenden apartar a las mujeres trans de la categoría de mujeres en su reciente ensayo, ‘Desmontando los argumentos tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ (Debunking “Trans Women Are Not Women” Arguments) Compartimos la traducción libre que hemos realizado desde Akntiendz Chik. ‘Desmontando los argumentos tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ -Julia Serano

Recientemente fui entrevistada por el New York Times acerca de mi trabajo y mis escritos como transfeminista. De las conversaciones que compartimos previo a la entrevista yo sabía que mi entrevistadora planeaba preguntarme acerca de los comentarios que hizo Chimamanda Ngozi Adichie a principios de año donde afirmaba que las mujeres trans no son mujeres. Así que en preparación para mi entrevista, decidí revisar mi primer libro Whipping Girl. Una mujer trans opina acerca del sexismo y el chivo expiatorio de la feminidad ( Whipping Girl. A Transsexual Woman On Sexism And The Scapegoating Of Feminity ) y crear una lista de todos los argumentos que realicé allí para contrarrestar tales afirmaciones. Había pensado elaborar algunos de esos puntos durante la entrevista, aunque tan solo unos cuantos fueron incluidos en el artículo final (ya que tuvo que ser editado debido a su extensión). Pero dado que las afirmaciones del tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ reaparecen con regularidad (y son presentadas por personas que se definen a sí mismas como feministas) pensé que bien valdría la pena compilar todos mis contrargumentos relevantes en un solo ensayo.

Preliminares: en relación al término cisgénero

A lo largo de este ensayo, utilizaré los términos cis o cisgénero para referirme a las mujeres que no son trans. He explicado la lógica detrás de esta terminología en mi sección de preguntas frecuentes sobre cis-terminología, y en dos ensayos adicionales de seguimiento a los cuales se puede acceder desde aquí. Las mujeres que insisten en que las mujeres trans no son mujeres con frecuencia rechazan ser llamadas ‘mujeres cis’ bajo el falso supuesto que hacerlo degradaría de alguna manera su femineidad -esto no es de ninguna manera el propósito de este lenguaje. El único propósito de la terminología cis es nombrar a la mayoría que permanece sin ser marcada (de manera similar a como una se referiría a las mujeres blancas, a las mujeres heterosexuales, o las mujeres que no tienen capacidades diferentes, etc.) En otras palabras, referirse a alguien como ‘cis’ significa simplemente que esa persona no es trans.

Realidades de las mujeres trans

Las mujeres trans son muy diferentes entre sí. Tal vez lo único que tenemos en común es una comprensión de sí mismas en el sentido que algo no estaba bien en que hubiéramos sido asignadas al sexo masculino al nacer y/o que más bien debimos haber sido asignadas mujeres. Mientras que algunas personas cis se niegan a tomar nuestra identidad en serio, el hecho concreto es que las personas trans se encuentran en prácticamente todas las culturas y a lo largo de toda la historia. Las estimaciones actuales sugieren que conformamos el 0.2 – 0.3% de la población. En otras palabras, simplemente existimos.

En mi propio caso, pasé un número de años tratando de dar sentido a los sentimientos inexplicables e irreprimibles que experimentaba antes de finalmente tomar la decisión de realizar la transición hace ya diecisiete años. He estado viviendo como una mujer desde entonces. Cada día de mi vida, la gente me percibe y me trata como una mujer, y como resultado de ello experimento rutinariamente el sexismo. Mientras que las feministas cis que afirman que las mujeres trans no son mujeres se obsesionan con las cuestiones de identidad («¿Cómo puede un ‘hombre’ llamarse ‘mujer’?), deliberadamente pasan por alto o minimizan el hecho de que tenemos experiencias de vida muy reales como mujeres.

Al igual que como les sucede a las mujeres en general, muchas mujeres trans son feministas. El feminismo y el activismo trans no son en modo alguno incompatibles o mutuamente excluyentes. Como feministas que reconocen la interseccionalidad, creemos que deberíamos estar luchando para acabar con todas las formas de sexismo y marginación -esto incluye tanto el sexismo tradicional como la transfobia. Forzar a las mujeres trans a ser parte de un grupo separado que es distinto al de las mujeres cis no ayuda de ninguna manera a conseguir el objetivo central del feminismo en lo que se refiere a acabar con el sexismo.

La falacia de la ‘mujer biológica’

Las afirmaciones en el sentido de que las mujeres trans no son mujeres suelen confiar en suposiciones esencialistas (y por lo tanto incorrectas) acerca de la biología. Por ejemplo, la gente podría argumentar que las mujeres trans no son «genéticamente mujeres», a pesar que no podemos determinar fácilmente los cromosomas sexuales de nadie. De hecho, la mayoría de las personas nunca se han hecho examinar sus cromosomas sexuales, y los que lo hacen a veces se ven sorprendidxs por los resultados.

Otras apelaciones comunes a la biología se centran en la capacidad de reproducción -por ejemplo, indicando que las mujeres trans no han experimentado la menstruación, o que no pueden quedar embarazadas. Todo esto ignora el hecho de que algunas mujeres cis nunca menstruan y/o no pueden quedar embarazadas.

Las afirmaciones sobre los genitales son igualmente problemáticas: los genitales de las mujeres varían mucho de una a otra persona, y al igual que con los cromosomas y las capacidades reproductivas, no podemos ver fácilmente los genitales de otras personas en los encuentros cotidianos. Si tú y yo nos encontráramos, ¿debería negarme a reconocerte o referirme a ti como mujer a menos que me muestres tus genitales? Y, francamente, ¿qué podría ser más sexista que reducir a una mujer a lo que hay entre sus piernas? ¿No es eso precisamente lo que los hombres sexistas han estado haciendo con las mujeres durante siglos?

Yo argumentaría que todas estas apelaciones a la biología son inherentemente antifeministas. Los sexistas rutinariamente descartan a las mujeres señalando diferencias biológicas reales o supuestas. Las feministas han desafiado durante mucho tiempo la cosificación de nuestros cuerpos, y han argumentado que no estamos limitadas por nuestra biología. Por lo tanto, es hipócrita que cualquiera que se define a sí misma como feminista utilice argumentos de «biología» y «partes del cuerpo» en sus intentos de descalificar a las mujeres trans.

[nota agregada el 17/7/17: Discutí en mayor detalle este tema en particular en un ensayo subsecuente, Las Personas Transy los Mitos del ‘Sexo Biológico’, Transgender People and ‘Biological Sex’ Myths. ]

La falacia de Caitlyn Jenner

En estos días, los argumentos del tipo ‘las mujeres trans no son mujeres’ invariablemente citan el caso de Caitlyn Jenner, por lo general haciendo la siguiente afirmación: «¿Cómo puede alguien como Jenner, que vivió toda su vida como un hombre y experimentó el privilegio asociado con ello, tan siquiera afirmar que ella es una mujer?» Este ejemplo en particular suele venir acompañado de apelaciones a la biología, pues mucha gente recuerda a Jenner como un atleta de decatlón físicamente masculino. Pero la idea central de esta aseveración es que las mujeres son mujeres debido a la socialización y/o sus experiencias con el sexismo.

Pero, ¿qué pasa conmigo entonces? He vivido más años de mi vida adulta como mujer que como alguien que fue percibido como un hombre, y he experimentado cualquier cantidad de sexismo desde que hice mi transición: ‘piropos’ callejeros y acoso sexual, intento de violación durante una cita, hombres hablando por encima de mí o que no me toman en serio, y así sucesivamente. ¿O qué pasa con las jóvenes trans que transicionan socialmente temprano en la vida y que nunca tienen la experiencia de ser percibidas o tratadas como hombre? Si estás aplicando el argumento de la «socialización» o de «experimentar el sexismo», entonces tienes que admitir que muchas mujeres trans también tienen esas experiencias, y por lo tanto son mujeres bajo tales criterios. Hasta las que han transicionado ya mayores como Jenner enfrentan el sexismo una vez que la gente comienza a percibirlas como mujeres. E incluso si la mujer trans en cuestión es visiblemente trans, de todas maneras experimentará gran cantidad de sexismo bajo la forma de la transmisoginia.

Si por casualidad resulta que eres una de las proponentes del argumento de ‘las mujeres son mujeres por la socialización’, entonces te pido que consideres el siguiente escenario: Una niña es forzada contra su voluntad a vivir como un niño. Al llegar a la edad adulta, después de años de socialización y privilegios masculinos, ella comienza a identificarse como mujer y empieza a vivir como mujer. ¿La aceptarías como mujer? Si tu respuesta es sí, entonces es hipócrita de tu parte el no aceptar también a las mujeres trans como mujeres. (De hecho, el escenario, «forzada contra su voluntad en la niñez» es exactamente la forma en que muchas mujeres trans describen su infancia.)

La mayoría de las veces, sin embargo, las personas que insisten en que las mujeres trans no son mujeres, emplean simultáneamente los argumentos de la biología y de la socialización, aunque sean contradictorios entre sí (es decir, si la biología es el criterio predominante, entonces la socialización no debería importar y viceversa). Al igual que sus contrapartes homofóbicas que hacen apelaciones a la biología («Dios hizo a Adán y Eva, no a Adán y Esteban»), e inmediatamente invocan hipócritamente la socialización (por ejemplo, alegando que la gente puede convertirse en gay como resultado de haber tenido profesores homosexuales o por culpa de «la agenda homosexual,») la multitud que sostiene la afirmación de que, ‘las mujeres trans no son mujeres’ nos lanzan desesperadamente todo el fregadero de la cocina en nuestra contra antes que tratar de hacer un argumento coherente.

Si bien la socialización del género es bastante real, todxs somos capaces de superar o trascender la socialización que experimentamos de niños. Y la socialización de género no se detiene simplemente cuando una llega a la edad adulta: Todxs nosotrxs estamos constantemente enfrentando presiones sociales, expectativas y obstáculos sociales relacionados con el género durante toda nuestra vida. Si crees que estas afirmaciones son verdaderas para las mujeres cis, entonces también deben ser ciertas para las mujeres trans.

Las falacias de la ‘energía masculina’ y del ‘privilegio masculino’

Una derivación del argumento de la socialización va algo así: A pesar de haber transicionado a mujer y de moverse por el mundo como mujeres, las mujeres trans de todas maneras poseen el «privilegio masculino» o la «energía masculina.» La afirmación de la «energía masculina» me parece especialmente sexista, ya que implica que los hombres poseen algún tipo de fuerza vital mágica o mística de la que las mujeres carecen o que no pueden llegar a poseer.

Este tipo de afirmaciones parecen basarse en conjeturas o proyecciones. Por ejemplo, en mis muchos, muchos años de ser percibida por el mundo como una mujer cis, nunca me he encontrado con una persona que haya dicho que detecta en mí «el privilegio masculino» o la «energía masculina». Sin embargo, al saber que soy trans, están listas a ‘leer’ esos rasgos masculinos en mi comportamiento. De hecho, si yo te dijera que una mujer en particular es transaunque no fuera cierto), podrías inclinarte a (re)interpretarla de manera similar: leyendo cualquier tendencia marimacho o de camionera que exhiba como manifestaciones de esa «energía masculina», y asumiendo que cada vez que ella se afirma o se hace valer por sí misma eso debe ser un signo de su profundamente asentado «privilegio masculino».

El privilegio masculino es algo muy real. En mi libro Whipping Girl , hablo extensamente acerca de mis propias experiencias personales cuando lo tuve, y posteriormente de cuando lo perdí después de la transición. Sin embargo, no todas las mujeres trans experimentan el privilegio masculino (por ejemplo, las que ‘transicionaron’ más jóvenes). Además, todo el propósito de hablar del privilegio (ya sea masculino, blanco, de clase media /alta, sano, o el privilegio hetero, por mencionar algunos) es sensibilizar sobre las ventajas que los miembros de la mayoría o grupo dominante experimentan debido al hecho de que no se enfrentan a un tipo particular de sexismo o marginación.

Y el hecho de que la multitud que sostiene la afirmación que ‘las mujeres trans no son mujeres’ constantemente se agolpa tras la insistencia sobre el privilegio masculino real o imaginario que se le atribuye a las mujeres trans, pero se niegan a reconocer o examinar su propio privilegio cis, demuestra que sus preocupaciones sobre el privilegio son falsas y que simplemente están utilizando el concepto para deslegitimar las identidades de las mujeres trans y sus experiencias reales vividas como mujeres.

La falacia de las mujeres trans como caricaturas de las mujeres

Esta falacia se sobrepone a la falacia de Caitlyn Jenner, y va algo así: Las mujeres trans no pueden saber lo que es ser una mujer. Por lo tanto, deben ser motivadas a la transición por una idea extremadamente superficial o estereotipada de lo que significa ser una mujer, basándose en los ideales femeninos convencionales que muchas feministas han rechazado. En otras palabras, las mujeres trans no son mujeres reales, sino que simplemente nos transformamos en «parodias» o «caricaturas» de las mujeres. Las personas que arman este caso a menudo también invocan el privilegio masculino -por ejemplo, insinuando que debe ser la «arrogancia masculina» o el «derecho que los hombres creen tiener» lo que lleva a las mujeres trans a presumir que podemos entender a las mujeres o a ‘convertirnos’ nosotras mismas en mujeres.

Existen numerosos problemas con esta línea de razonamiento:

1) Se basa en una visión altamente negativa de la expresión de género femenina (algo que he ido desmontando a lo largo de mis escritos) e implica que las mujeres cis que son convencionalmente femeninas también se están comportando de manera superficial y/o reforzando los estereotipos de género.

2) Ignora a las muchas mujeres trans que son activistas feministas y/o no son convencionalmente femeninas.

3) Las mujeres trans no realizan la transición por un deseo de ser femeninas; lo hacemos por una auto-comprensión de que somos o deberíamos ser mujeres (algo comúnmente denominado identidad de género).

4) Las mujeres trans que son convencionalmente femeninas no están de ninguna manera afirmando o insinuando que todas las mujeres deberían ser convencionalmente femeninas, o que la feminidad es todo lo que hay para ser una mujer. Al igual que las mujeres cis, las mujeres trans nos vestimos como lo hacemos para expresarnos, no para criticar o caricaturizar a otras mujeres.

5) Esta línea de razonamiento acusa a las mujeres trans de presumir arrogantemente que saben lo que las mujeres cis experimentan, siendo que no hacemos tal cosa. En realidad, son las mujeres cis que sostienen esta acusación las que arrogantemente presumen de saber lo que las mujeres trans experimentan y lo que nos motiva.

Como mujer trans, seré la primera en admitir que no puedo saber lo que cualquier otra mujer experimenta o siente en su interior. Pero el tema es que, la multitud que sostiene la afirmación de que ‘las mujeres trans no son mujeres’ tampoco pueden saber lo que cualquier otra mujer experimenta o siente en su interior! Cada mujer es diferente. Compartimos algunas experiencias superpuestas, pero también somos distintas en todos los sentidos posibles. Todas las mujeres trans que conozco reconocen esta diversidad. En contraste, son las mujeres cis que tratan de excluirnos a nosotras las que parecen tener una noción estereotipada superficial y singular de lo que constituye una mujer, o de lo que las mujeres experimentan.

Una nota final: La afirmación de, ‘las mujeres trans como caricaturas de las mujeres’ está muy relacionada con el tropo de, ‘las mujeres trans refuerzan el sexismo’, el cual he desmontado en el siguiente hilo de Twitter:

«¿Crees que las personas trans ‘refuerzan el sistema de género?’ Bueno no hay problema, te voy a desengañar de toda esa boba noción en tan sólo 3 pasos!»


La falacia de la diferencia cerebral

Cuando eres una persona trans (que no posee el privilegio cis), la gente a menudo te obliga a explicarte o a justificar tu identidad sexual. Una respuesta común es decirles algo así como, «nací con un cerebro femenino a pesar de tener un cuerpo masculino». Muchas veces, esto es una simplificación intencional de parte de la persona trans -un intento de destilar las complejidades de la experiencia trans reduciéndolas a una porción que la persona promedio cis pueda comprender fácilmente. En otros casos, la persona trans puede estar haciendo referencia a investigaciones que sugieren que, en unas pocas regiones dimórficas super-diminutas del cerebro, las mujeres trans se asemejan más a las mujeres cis que a los hombres cis. (Las personas trans difieren significativamente entre sí respecto a si creemos que estas investigaciones son preliminares de algo más o incluso si son válidas o no).

Sin embargo, algunas feministas cis extrapolan esta respuesta para afirmar que todas las personas trans seguramente sostienen creencias altamente esencialistas sobre los cerebros femeninos versus los cerebros masculinos y que, por lo tanto, somos una afrenta al feminismo. A menudo, armarán este caso al mismo tiempo que ellas mismas hacen afirmaciones esencialistas (por ejemplo, con respecto a las capacidades reproductivas) con el fin de socavar nuestras identidades (como hace Elinor Burkett en su texto tipo ‘fregadero de cocina’ con aquello de que, ‘las mujeres trans no son mujeres’.

La falacia de Rachel Dolezal

Igual que con Caitlyn Jenner, los argumentos contemporáneos del tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ casi siempre terminan nombrando a Rachel Dolezal. [Activista por los derechos afroamericanos señalada de apropiación cultural y ‘hacerse pasar’ por negra al ocultar que era de origen blanco.] La implicación es que un «hombre» que «dice ser una mujer» (sic) es tan ridículo (y habilitado por el privilegio) como una persona blanca que dice ser negra. Pero aquí está la cosa: Rachel Dolezal es una persona. En agudo contraste (como he aludido anteriormente), con las personas trans, que son parte de un fenómeno pan-cultural y trans-histórico, y comprenden aproximadamente el 0.2-0.3% de la población. [Nota: Un lector ha señalado que hay estudios recientes que sugieren podría ser del 0.6% o más] Si estás interesadx en aprender más acerca de la existencia de personas con variación de género, aquí una nota final de mi libro Excluídas: Haciendo más inclusivos los movimientos feministas y lésbicos ( Excluded: Making Feminist and Queer Movements More Inclusive ), y que hace referencia a la historia y la diversidad cultural:

La falacia de ‘las mujeres trans se niegan a reconocer las diferencias’

Aquellas que hacen un caso a partir de los argumentos de que, ‘las mujeres trans no son mujeres,’ suelen insistir en que hay una distinción entre las mujeres cis y las mujeres trans, y que sin embargo las mujeres trans se niegan a reconocer esta distinción. Considero que tales afirmaciones son interminablemente frustrantes. Nunca ni siquiera una vez en mi vida he escuchado a una mujer trans afirmar que nuestras experiencias son 100 por ciento idénticas a las de las mujeres cis. Es más, el hecho de que nosotras, en la comunidad trans, describamos a las personas como «trans» y «cisgénero», señala desde ya un reconocimiento de las posibles diferencias entre ambos grupos.

El problema no es que nosotras (es decir, las mujeres trans) nos resistamos a reconocer ninguna diferencia, sino que la multitud que sostiene los argumentos de, ‘las mujeres trans no son mujeres’ se niegan a reconocer nuestras muchas semejanzas.

Hubo una época en los años 1960 y 1970 cuando muchas feministas heterosexuales querían excluir de manera similar a las lesbianas de las organizaciones de mujeres y del feminismo. Las justificaciones que esgrimían eran similares a las que ahora se emplean contra las mujeres trans: Acusaban a las lesbianas de ser «opresivamente masculinas» y de «reforzar el sistema de clase sexual». Si lees el artículo de Wikipedia al que he vinculado en este párrafo, verás que las lesbianas lucharon en respuesta a tales acusaciones. No lo hicieron porque creyeron que eran 100 por ciento idénticas a las feministas heterosexuales. Lo hicieron porque algunas feministas intentaban excluirlas del feminismo y de la categoría de mujer. Justo como tratan de hacerlo ahora con las mujeres trans aquellas feministas que sostienen argumentos del tipo ‘las mujeres trans no son mujeres.’

Las mujeres trans son mujeres. Puede que no seamos «exactamente como» las mujeres cis, pero, de nuevo, las mujeres cis no son todas exactamente iguales entre sí. Pero lo que sí compartimos es que todas nos identificamos y nos movemos por el mundo como mujeres. Y debido a esto, todas enfrentamos regularmente el sexismo. Es en eso en lo que deberíamos centrarnos y trabajar juntas para desafiarlo. Y como dije al principio, obligar a las mujeres trans a formar parte de un grupo separado que es distinto al de las mujeres cis no ayuda en modo alguno a alcanzar el objetivo central del feminismo de terminar con el sexismo. De hecho, sólo sirve para socavar nuestra causa colectiva.

Por Julia Serano.

http://akntiendz.com

Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 25 de noviembre de 2024
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha prohibido este sábado por ley la adopción de niños rusos a ciudadanos procedentes de países donde está permitido ser una persona trans, entre ellos España. En virtud de la ley promulgada el sábado por Putin, se impedirá adoptar a los ciudadanos de países que permiten iniciar un proceso de transición a través de tratamiento médico, incluya o no una operación quirúrgica, o del cambio sexo en los documentos de identidad. "Tenemos que proteger a los pequeños que no pueden protegerse a sí mismos", ha dicho el presidente de la Duma o cámara de diputados rusos, Viacheslav Volodin, cuando los parlamentarios han aprobado la ley que "tiene como objetivo (...) excluir cualquier posibilidad de adopción de niños rusos por parte de representantes de las comunidades LGBT". Volodin ha mencionado a doce países, entre ellos Italia y España, que en su momento lideraron el número de adopciones de niños rusos, pero también Alemania, Bélgica o Suiza. "Un extranjero que ha adoptado a un niño ruso puede, después de regresar al territorio de su país, cambiar el sexo, pero lo peor es que puede cambiarlo también al niño adoptado", asevera justificando su transfobia. En septiembre pasado, la vicepresidenta de la Duma, Anna Kuznetsova, reveló que las adopciones por parte de extranjeros habían cesado por completo después de adoptar más de 100.000 menores rusos durante los anteriores 30 años. Las autoridades rusas comenzaron a endurecer en 2011 los requisitos de adopción para los países que habían legalizado el matrimonio homosexual y a los que obligaron a firmar convenios bilaterales. https://www.elperiodico.com
Por ATA - Sylvia Rivera 22 de noviembre de 2024
Las personas trans se encuentran todavía con numerosas trabas en sus procesos médicos de transición, pese a que la última ley del Gobierno introdujo medidas para atenuar esas dificultades. El primer estudio a nivel nacional en España sobre la salud de las personas trans y no binarias realizado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) revela, en ese sentido, que dos tercios de las personas que se sometieron a una operación quirúrgica tuvieron que hacerlo en la privada. El miedo a ser discriminados, las barreras sanitarias y las largas listas de espera de la sanidad pública fueron los principales motivos de esa situación. La investigación, bautizada como Transaludes recopila las respuestas de 1.823 personas trans y no binarias de las 17 comunidades autónomas: el 35% de los participantes son hombres trans; el 23%, mujeres trans; y el 42%, personas no binarias, con una edad media de unos 26 años. El estudio pretende así cuantificar el estado de salud y las dificultades por la que pasan estos colectivos a la hora de recibir servicios adecuados a sus necesidades de salud, e incluye también información sobre su experiencia en relación con su visibilidad social, las situaciones de violencia y discriminación a la que se enfrentan. "Es importante entender que la salud, y especialmente la salud mental, está muy influenciada por las situaciones de discriminación y otros tipos de violencia a los que las personas trans se enfrentan", ha subrayado María José Belza, la científica del ISCIII que ha liderado la investigación. Situaciones que no son mínimas, según muestra el estudio, que advierte de que casi la mitad de las personas participantes han sido agredidas físicamente en algún momento de su vida, algo que afectó en la salud del 80% de quienes lo padecieron y que llegó a su extremo más grave para una de cada tres personas, que intentaron suicidarse. Además, el estudio muestra que las cifras de violencia sexual contra el colectivo son mucho más elevadas que las de la población general. Dentro del ámbito de la pareja, una de cada cuatro personas trans o no binarias aseguró haber sufrido algún tipo de violencia sexual; y fuera de las relaciones de pareja, ese porcentaje se dispara hasta el 70%. Asimismo, uno de cada cinco participantes dijo haber sufrido una violación o un intento de violación, y el 11% aseguró que estas habían ocurrido bajo los efectos del alcohol y /o las drogas. El estudio muestra también que el colectivo encuentra obstáculos a la hora de acceder a los tratamientos necesarios para su transición hormonal. De hecho, el 17% de las mujeres trans sostiene que se inyectan hormonas sin receta médica y un 13% tuvo que interrumpir su transición hormonal por falta de suministro en las farmacias. Además, el 40% de los participantes aseguraron que sus profesionales de la salud no supieron como atenderles, y uno de cada diez sostuvo que el personal que le atendió creía que ser una persona trans o no binaria es una enfermedad. Algo que, según el ISCII, indica la necesidad de implementar programas de formación y sensibilización "específicos" para los profesionales sanitarios. https://www.20minutos.es
Por ATA - Sylvia Rivera 21 de noviembre de 2024
Un 40% de las personas trans y no binarias en España perciben que los profesionales sanitarios carecen de formación adecuada para atender sus necesidades. Así lo refleja el informe Transaludes: salud en personas trans y/o no binarias en España, elaborado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y presentado en el Ministerio de Sanidad este martes. El estudio aborda el estado de salud, el acceso a servicios sanitarios y las experiencias de discriminación de esta población, señalando importantes carencias en el sistema de salud. El trabajo analiza las respuestas de 1.823 personas trans y no binarias de 15 años o más, que cumplimentaron un cuestionario online de forma anónima. Un 17% de las personas trans encuestadas han tenido que cambiar de médico debido a la falta de preparación o sensibilidad. Cuatro de cada 10 personas trans considera que los médicos generales no están capacitados para atender sus necesidades en salud, además, el informe refleja experiencias de discriminación directa. El 80% de las personas encuestadas ha experimentado alguna situación de miedo o discriminación en el uso de servicios sanitarios a lo largo de su vida. Casi la mitad de los que refieren haber sufrido estas situaciones no se habían atrevido a decir abiertamente en una consulta médica que eran una persona trans o no binaria. También muchos denuncian haber sufrido transfobia y discriminación en la atención sanitaria, como recibir comentarios invasivos sobre su cuerpo, negarles el trato por su nombre y pronombres, o presionarles para someterse a un examen médico o psicológico dentro de consulta. El 80% de las personas encuestadas ha experimentado alguna situación de miedo o discriminación en el uso de servicios sanitarios a lo largo de su vida. A su vez, el 11% informa que su médico le había dicho que consideraba que ser una persona trans o no binaria era una enfermedad, lo que quiere decir que una de cada 10 personas había experimentado una patologización de su identidad, y el 5% afirma haber sufrido agresiones verbales dentro de la consulta. Un 17% de las personas trans encuestadas han tenido que cambiar de médico debido a la falta de preparación o sensibilidad, y un 12% afirma haber sido tratada con hostilidad. El informe señala que estas experiencias refuerzan la sensación de inseguridad en los entornos sanitarios y dificultan el acceso a tratamientos esenciales. Entre las barreras más comunes, el informe destaca la percepción de una falta de conocimiento por parte de los profesionales sanitarios sobre las necesidades de las personas trans. También persisten obstáculos administrativos, como el cambio de nombre y género en los historiales médicos, lo que genera estrés y complicaciones adicionales. Las personas trans presentan altas tasas de ansiedad (47%) y depresión (40%) y una prevalencia de ideación suicida que ronda entre el 70-80%. El informe revela que el estado de salud autopercibido por las personas trans es significativamente peor que el de la población general: solo un 40% considera que su salud es “buena” o “muy buena”. A esto se suman altas tasas de ansiedad (47%) y depresión (40%), además de una elevada prevalencia de ideación suicida: tres de cada cuatro personas transmasculinas, casi un 70% de transfemeninas y un 80% de las personas no binarias afirman haberlos tenido en algún momento de su vida. Más de una de cada tres personas encuestadas había cometido algún intento de suicidio en su vida. En la presentación del informe, Paco González, subdirector del Comisionado de Salud Mental, señaló que ya se están destinando fondos para fomentar una atención afirmativa y especializada en diversidad LGTBI. Por su parte, Gimena González, diputada de la Asamblea de Madrid, instó a mejorar los registros administrativos para que reflejen con mayor rapidez la identidad de las personas trans y reconoció la urgencia de incluir legalmente a las personas no binarias. https://isanidad.com
Por ATA - Sylvia Rivera 19 de noviembre de 2024
Ante la sentencia del Tribunal Supremo de Japón del 25 de octubre, que resolvió que es inconstitucional la ley que exigía que las personas que deseen cambiar legalmente de género se sometieran a cirugía reproductiva, Boram Jang, investigadora de Amnistía Internacional sobre Asia Oriental, ha declarado: “Ésta es una decisión histórica para los derechos de las personas trans en Japón y la señal alentadora más reciente de que los países de la región están reevaluando las prácticas y leyes discriminatorias que afectan a las personas LGBTI. La sentencia es un importante paso adelante, aunque la lucha por los derechos LGBTI en Japón sigue siendo una ardua batalla.” “Amnistía Internacional sigue pidiendo a las autoridades japonesas que garanticen que el reconocimiento legal de la identidad de género no está supeditado a un diagnóstico psiquiátrico, un tratamiento médico como la cirugía de reafirmación de sexo u otros requisitos abusivos o discriminatorios como no haber contraído matrimonio o no tener descendencia. Por el contrario, debe ser un proceso administrativo rápido, accesible y transparente basado en la autodeterminación individual”. El Tribunal Supremo dictó el 25 de octubre una sentencia en un caso de derecho de familia en la que declaró inconstitucional en Japón la disposición de la "Ley Especial sobre el Trastorno de Identidad de Género" que obligaba a someterse a esterilización quirúrgica como requisito previo para la reasignación de género. La decisión se basa en la determinación de que el requisito de esterilización es contrario al artículo 13 de la Constitución, que subraya la importancia del respeto a los derechos individuales.
Por ATA - Sylvia Rivera 7 de noviembre de 2024
Las personas LGBTI+ y Trans se sienten menos discriminadas que hace cuatro años, pero sufren más ataques violentos y más acoso, especialmente los jóvenes trans e intersexuales, según una encuesta que publica de la Unión Europea (UE). Los datos de ese sondeo, realizado el año pasado entre más de 100.000 personas en los 27 países de la UE más Albania, Macedonia del Norte y Serbia, reflejan una paradójica situación: hay menos discriminación, pero las agresiones y el odio han aumentado, especialmente hacia la juventud. Ese doble mensaje, que hay cierto progreso pero mucha tarea por hacer, es el que lanza la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la UE en el informe "La igualdad de las personas LGBTIQ ante una encrucijada: avances y retos". Así, el 52% de las personas LGBTI+ y Trans que viven en la UE asegura mostrar abiertamente su orientación sexual o identidad de género, en comparación con el 46% del sondeo realizado en 2019. Indicativo es que el 54% de los ahora encuestados sigue evitando dar la mano a su pareja del mismo sexo en público, por miedo a ser atacado, frente al 61 % de hace cuatro años. En España, este dato cae al 39%. Es justo esa mayor apertura la que expone a muchos ciudadanos a mayores niveles de violencia y acoso, desde ataques físicos a mensajes de odio en las redes sociales, señala la FRA. "Por un lado, tenemos un progreso gradual y lento (en relación) a la discriminación, que beneficia a unos grupos más que a otros. Por otro, persisten los niveles de violencia, o más violencia en algunos casos, dirigidos principalmente contra las personas trans e intersexuales", señala a EFE, Miltos Pavlou, experto de la FRA. Además, en España, el 66% de las personas LGBTI+ y Trans han sido ridiculizadas, molestadas, insultadas o amenazadas durante su paso por la escuela debido a su orientación sexual o su identidad sexual. Este dato muestra un enorme aumento respecto al 49% que declaró haber sufrido esas situaciones en una encuesta parecida de 2019. Agresiones físicas Los datos de la FRA señalan, sin embargo, que el porcentaje de personas LGBTI + y Trans que fueron agredidas físicamente en los cinco años previos ha crecido del 11 al 14%. Un 55% de los encuestados declaró haber sufrido acoso en el último año, 18 puntos más que en 2019. Pavlou asegura que se ha detectado una "situación muy intensa" de campañas de odio en internet, especialmente contra las personas trans. La FRA recuerda que la UE ha detectado que también desde el extranjero, especialmente Rusia, se lanzan campañas con referencias a "propaganda LGBTI+" o "ideología de género" o a que esa comunidad es una amenaza para los "valores tradicionales" o que la vincula con enfermedades mentales. En esa paradoja de avances dentro de una situación de acoso y violencia, la FRA destaca que, por ejemplo, en los colegios se habla más y de forma más positiva de temas LGBTI y Trans pero, al mismo tiempo, el acoso escolar ha crecido. Además, aunque hay avances legales que equiparan derechos, la satisfacción con los Gobiernos ha descendido, y ahora sólo el 26% de los encuestados, frente al 30 % de 2019, cree que las autoridades combaten efectivamente los prejuicios y la intolerancia. Odio contra las personas trans e intersexuales Entre todas las categorías LGBTI+, lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales, son estas dos últimas las que soportan mayores niveles de discriminación, acoso y violencia. Pavlou alerta de que las personas trans e intersexuales no son sólo una pequeña minoría estadística, sobre las que la población sabe poco, sino que en muchos casos viven "al margen de la sociedad". Así, son desproporcionadamente personas sin hogar, porque son expulsadas por sus familias. O sufren pensamientos suicidas o dificultades para acceder a la sanidad. De hecho, mientras Pavlou no duda en afirmar que la vida para un gay o una lesbiana en la UE es más fácil ahora que hace cuatro años, reconoce que esa progresión no es tan clara para las personas trans. "Son el principal objetivo de la violencia y el acoso por odio, y ese es el problema", resume. Este experto afirma que esas paradojas reflejan que se está librando una batalla y que se está en un punto de inflexión. "Estamos llegando ahí, aunque queda un largo camino, pero esta vez sabemos cómo hacerlo", asegura en referencia a las recomendaciones que hace la FRA a los países miembros. En relación a cómo se puede reducir la discriminación y la violencia, Pavlou explica que las personas LGBTI y Trans mencionan dos aspectos esenciales: visibilidad pública y participación en la sociedad, y políticas y leyes que protejan. Entre éstas, la FRA pide "tolerancia cero" contra los delitos de odio e invertir más en formación policial, enfrentar las campañas de odio en internet y que los colegios sean entornos seguros para todas las personas. https://www.publico.es
Por ATA - Sylvia Rivera 6 de noviembre de 2024
La demócrata Sarah McBride hace historia al convertirse en la primera persona trans en ocupar un escaño en el Congreso de Estados Unidos, después de ganar las elecciones de este martes para la Cámara de Representantes en Delaware. Según proyecciones de NBC News, McBride se impuso sobre el candidato republicano John Whalen III. "¡Gracias, Delaware! Gracias a sus votos y valores, me enorgullece ser su próxima representante en el Congreso. Delaware ha lanzado un mensaje claro: queremos un país que defiende la libertad reproductiva, que ofrece licencias pagadas y cuidado infantil asequible para todas las familias, que asegure el acceso universal a la vivienda y la atención médica, y que construya una democracia inclusiva para todos", ha manifestado a través de su perfil en la red social X (antes Twitter). La organización Human Rights Campaign (HRC), la mayor defensora de los derechos LGTBI+ en Estados Unidos, también ha celebrado en X el triunfo de McBride, a quien había respaldado en su candidatura. "¡Estamos tan orgullosos, congresista electa Sarah McBride! Su historia inspirará a los jóvenes LGTBI+ a soñar en grande, aspirar más alto y transformar el mundo", ha manifestado la organización. En una entrevista concedida a la cadena NBC en septiembre, McBride declaró que su principal meta en el Congreso es reducir la polarización partidista y promover iniciativas como los permisos de ausencia remunerados por motivos de salud. A sus 34 años, McBride ya había hecho historia en 2021 al ser elegida para el Senado de Delaware, convirtiéndose en la primera persona trans en ocupar un cargo como senadora estatal en Estados Unidos. https://www.publico.es
Por ATA - Sylvia Rivera 5 de noviembre de 2024
Maho Bah-Villemagne hizo historia al convertirse en el primer hombre trans en participar en un combate oficial en las categorías masculinas de boxeo en Europa. Este evento, realizado en la sala Vallier de Marsella, marcó un hito no solo en la carrera de Bah-Villemagne, sino también para la comunidad LGBTQ+ y el deporte en general. Aunque el resultado fue un empate ante el joven boxeador Evan Ferrandi, de 19 años, el enfrentamiento simbolizó mucho más que una simple pelea. Bah-Villemagne, de 30 años, llegó al ring tras una trayectoria destacada en el boxeo femenino, donde disputó 27 combates amateur y alcanzó logros como el título de vicecampeona de Francia en 2022 y el campeonato militar en el mismo año. Sin embargo, el camino hacia su debut en la categoría masculina no fue sencillo. Tras iniciar su proceso de transición médica en 2023, enfrentó un complejo recorrido legal y deportivo para conseguir una licencia masculina de la Federación Francesa de Boxeo (FFB). La preparación para este combate incluyó desafíos tanto físicos como emocionales. Bah-Villemagne relató que, a pesar de su amor por el boxeo, temía que al hacer pública su transición, el deporte no lo aceptara: "Amo tanto este deporte que no quería dejarlo. Pensé que me quedaría en el armario mucho tiempo, pero entendí que no lo lograría y que tenía que aceptar mi transición", compartió. Su decisión de perseverar y seguir luchando por su derecho a competir bajo su verdadera identidad fue respaldada por compañeros y figuras del boxeo, aunque también enfrentó el rechazo anónimo en redes sociales. Lucha por el reconocimiento El apoyo de su abogado, Michel Pautot, fue fundamental para alcanzar este objetivo. "Maho ha entregado un combate muy valioso, y este empate es un resultado que motiva para lo que viene", comentó Pautot tras la pelea. Esta primera experiencia oficial se consideró un éxito, con Bah-Villemagne demostrando su valía y reafirmando que estaba preparado para los desafíos del boxeo masculino. La participación en la pelea no solo requirió la obtención de la licencia, sino que también estuvo condicionada a que Maho completara una serie de combates adicionales y se sometiera a controles médicos regulares, especialmente para monitorear sus niveles de testosterona y asegurar que no se consideraran dopaje. A pesar de que la decisión de los jueces favoreció ligeramente a su oponente, Bah-Villemagne se mostró satisfecho con su desempeño: "Ahora golpeo más fuerte y me siento mejor, más cómodo siendo yo", afirmó. "Espero haber cerrado bocas. Para mí, ya había ganado desde el momento en que subí al ring", expresó tras el combate. Su resultado no solo representó un logro personal, sino un mensaje de resistencia y superación para otros atletas trans. Este combate simbolizó un paso importante hacia la inclusión en los deportes de élite y la visibilidad de los atletas trans. Bah-Villemagne espera que su ejemplo inspire a más personas a luchar por sus sueños y superar los estigmas. "Sé que para cambiar las mentalidades, tengo que ganar. Pero, incluso si no lo hago, quiero dar combates lo suficientemente buenos como para cambiar perspectivas", aseguró. https://www.elespanol.com
Por Mar Cambrollé Jurado 31 de octubre de 2024
La Fiscalía Provincial de Granada ha solicitado hasta dos años de cárcel para dos acusados de vejar a una persona trans. En concreto, según el escrito al que ha tenido acceso elDiario.es Andalucía, los hechos ocurrieron en 2022 cuando recibió mensajes amenazantes para que abandonase el municipio granadino en el que vive e incluso merodearon por su vivienda, después de que sus presuntos acosadores dieran con ella a través de una página web por ser una persona trans. La mujer lo denunció y ahora la Fiscalía le ampara. El Ministerio Fiscal, que aprecia un delito contra la integridad moral y pide un año y tres meses de prisión para uno de los acusados y hasta dos años de cárcel para el otro, considera probado que la pareja, de 49 y 58 años de edad, acosó a la víctima con propósitos de “vejación” y “amedrentamiento”. Algo que sucedió, además, cuando la víctima se encontraba en un proceso de transición. Según recoge la Fiscalía en su escrito de acusación, los dos acusados se pusieron en contacto con ella precisamente por su condición de ser una persona trans. En el momento en el que ocurrieron las amenazas, la víctima se anunciaba en diversas páginas webs ofreciendo sus servicios como masajista. Webs a las que accedieron los dos acusados para contactar con ella. Una vez obtuvieron su teléfono móvil, le solicitaron fotografías, su geolocalización en un pueblo de Granada y fue entonces cuando empezaron los mensajes humillantes: “A ver, puto travesti, tienes dos días para irte. Yo vivo al lado y me das asco”. La secuencia de mensajes, a través de WhatsApp, a los que ha tenido acceso este medio, tuvieron lugar el 16 de enero de 2022. Pese a que la víctima llegó a decirles que interpondría una denuncia y que se dirigía al cuartel para ello, los acusados no dejaron de intimidarla. “Tengo la ubicación y no tengo ni idea de cómo has aterrizado aquí. Hay niños viviendo en este pueblo y en mi barrio no va a estar un puto travesti”. “Sobras en este mundo” “Voy a poner la foto con tu cara y tu ubicación en el Facebook”, llegaron a escribirle pese a que la víctima insistía en que les denunciaría. Algo a lo que uno de los acusados le respondió “me suda los cojones”, añadiendo que “de igual manera vamos a ir en busca tuya para echarte de nuestro barrio”. Los acusados, para los que la Fiscalía pide penas de cárcel, le escribieron que “sobraba en este mundo” o que había “niños y personas respetables” en el pueblo y que se tenía que ir. Las amenazas no se limitaron a los mensajes escritos, sino que le enviaron un audio de una vecina del pueblo en el que consideraba a la víctima “un asco”. Al día siguiente, el 17 de enero, tras los mensajes enviados a su teléfono, uno de los acusados se personó en la vivienda de la denunciante, merodeando con su coche y llegando a bajar del vehículo. En ese momento, se asomó a la ventana y le enseñó a la víctima la conversación de WhatsApp buscando intimidarla. Por todo ello, el Ministerio Fiscal aprecia dos delitos contra la integridad moral por los que solicita prisión para ambos. Al mismo tiempo, pide a la Audiencia Provincial de Granada una multa de nueve euros diarios durante nueve y seis meses, respectivamente, y la inhabilitación para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con una labor docente, así como la imposibilidad de votar en las elecciones mientras dure la condena. El juicio está previsto que se celebre el próximo 14 de noviembre en la Audiencia de Granada, una vez que la denuncia fue admitida a trámite y el Ministerio Fiscal ha remitido su escrito de acusación. https://www.eldiario.es
Por ATA - Sylvia Rivera 29 de octubre de 2024
Desde primeros de noviembre de 2024, los mayores de 18 años en Alemania podrán cambiar sus datos en los registros oficiales, modificando su nombre y sexo, o hacer que se elimine por completo el marcador del sexo. Para poder pedir estos cambios, se han eliminado los requisitos que había hasta ahora de hacer dos evaluaciones psiquiátricas y una audiencia judicial. Los menores de edad con más de 14 años podrán hacerlo con la aprobación de los padres o mediante un recurso legal. Se trata de un procedimiento puramente burocrático sin implicaciones médicas. Más accesible y mucho menos intrusivo Kalle Hümpfner, responsable de políticas de la Asociación Trans* Alemana (BVT), celebra que el reconocimiento de género sea ahora mucho más accesible y menos costoso, además de mucho menos intrusivo. "En las evaluaciones, se obligaba a la gente a divulgar mucha información muy personal, que luego se compartía con el tribunal. Ha habido muchos informes horribles de personas que tuvieron que hablar sobre sus preferencias sexuales, sobre sus prácticas de masturbación o sobre sus elecciones de ropa interior". La parlamentaria alemana y mujer trans Nyke Slawik, que ayudó a negociar el proyecto de ley por el partido Los Verdes, elogió la ley como una reforma histórica de importancia internacional. "Creo que es una señal de esperanza en tiempos en los que las voces populistas de derecha vuelven a hacerse oír y en los que, lamentablemente, en muchos países se está produciendo un retroceso en lo que respecta a los derechos de las personas queer", dijo a DW. Richard Köhler, asesor experto de Transgender Europe and Central Asia (TGEU), afirma que la medida ha vuelto a poner a Alemania en línea con el derecho internacional de los derechos humanos y con los avances europeos de los últimos diez años. Ahora es el duodécimo país de Europa que introduce una legislación sobre autodeterminación legal de género. "Seamos realistas, es un problema que afecta a un pequeño número de personas de una manera muy personal y respetar sus decisiones no perjudica a nadie más, pero sí defiende los valores fundamentales de dignidad y libertad que todos compartimos", dice a DW. Köhler advierte que, en muchos otros países de la región, como Georgia o Rusia, se están prohibiendo las transiciones legales y médicas. Facilitar la vida de una minoría marginada Los cambios facilitan mucho la vida cotidiana práctica de las personas trans, intersexuales y no binarias. Si no coinciden la apariencia física con los datos de la documentación oficial, pueden surgir problemas al viajar al extranjero e incluso al pagar con tarjeta de crédito. Una vez que alguien ha solicitado cambiar su sexo y nombre, no se pueden realizar más solicitudes durante un mínimo de 12 meses. Los populistas de derecha han sugerido que esto va a conducir a que las personas cambien su marcador de sexo anualmente. Alterar un certificado de nacimiento genera un enorme volumen de burocracia para cambiar los documentos oficiales, desde el permiso de conducir hasta los certificados de exámenes escolares. "Es una enorme cantidad de trabajo hacer que tus documentos coincidan y nadie lo hace solo por diversión", dice Kalle Hümpfner, de la Asociación Trans* Alemana. La inclusión y las políticas de género se han convertido en temas candentes en Alemania. El Gobierno de coalición de centroizquierda, formado por los socialdemócratas (SPD), los Verdes y el neoliberal Partido Liberal Demócrata (FDP) asumió el poder a finales de 2021 con la promesa de avanzar en este aspecto e incluyó el cambio de la ley en su tratado de coalición. El bloque de oposición más grande, los conservadores demócrata-cristianos (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), así como el partido populista de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) se opusieron a la ley cuando se aprobó, en abril de 2024, tras un reñido debate parlamentario en el que se añadieron una serie de restricciones. Un debate enmarcado por el miedo Hümpfner lamenta que la ansiedad y el miedo a los fraudes de ley hayan enmarcado el debate. "Una y otra vez durante todo el proceso legislativo se han olvidado de que se trata de los derechos básicos de un grupo marginado y aún muy desfavorecido". Una preocupación que surgió durante los debates en torno a la aprobación del proyecto de ley fue sobre la posibilidad de que las mujeres trans utilicen centros de acogida para mujeres maltratadas. La Asociación de Refugios para Mujeres (FHK) dijo al periódico alemán Tagesspiegel que esto no tenía fundamento: "No conocemos un solo caso entre nuestros miembros de mujeres trans que hayan hecho un mal uso de una casa de acogida o se hayan vuelto violentas allí, y eso a pesar de que las mujeres trans han estado utilizando estos refugios regularmente durante muchos años y han encontrado protección en ellos sin mayor problema". Richard Köhler también considera que la forma en que se manejó la cuestión ha envenenado el debate público y polarizado a la población. Según él, las personas en la comunidad trans están viviendo una creciente confrontación, y llega incluso a hablar de acoso. "Estamos viendo un ataque orquestado contra la democracia, contra la igualdad, contra la diversidad en nuestra sociedad. Y es deliberado, está orquestado y está fuertemente financiado". Köhler asegura que las personas trans son blancos fáciles porque constituyen una minoría muy pequeña. El miedo de las mujeres está siendo instrumentalizado Beate von Miquel, presidenta del Consejo Nacional de Organizaciones de Mujeres Alemanas (DF) e investigadora de género, explica a DW que el tema está siendo instrumentalizado políticamente y se ha convertido en parte de una guerra cultural por parte de grupos de ultraderecha que no son precisamente conocidos por su defensa de los derechos de las mujeres. "Es realmente amargo para el movimiento de mujeres que esto se haya convertido en un tema muy divisivo. No deberíamos permitir que nos dividan", agregó. Von Miquel, cuya organización representa a 60 asociaciones y grupos de mujeres, advierte que la comunidad trans y las organizaciones de mujeres no deberían enfrentarse entre sí. "Seguiremos siendo el Consejo Alemán de Mujeres. Pero debe haber más libertad, diversidad e individualidad, hay más de una manera de vivir el género y de ser mujer" https://www.dw.com
Por ATA - Sylvia Rivera 25 de octubre de 2024
Los Premios T son unos galardones de ámbito nacional que entrega la Asociación Trans de Andalucía - Sylvia Rivera , en colaboración con el Ayuntamiento de Sevilla , y constituyen el máximo reconocimiento que se otorga en el Estado Español a las personas, entidades e instituciones que con sus acciones favorecen la defensa de la dignidad y el avance en derechos para las personas trans. En esta XI edición de los premios T, las personas galardonadas han sido: Amor Romeira , artista y colaboradora de televisión, fue la primera mujer trans que participó en un reallity dando visibilidad al colectivo trans, rompiendo barreras y prejuicios desde el año 2007. Daniel Valero , también conocido como Tigrillo , periodista, escritor y divulgador especializado en diversidad y realidades LGTBI. Actualmente también es colaborador de televisión y creador de contenido sobre temas sociales, en los que da visibilidad a la lucha contra la lgtbifobia. Deborah Santacruz , mujer trans, superviviente a la dictadura franquista y post franquista, que nunca renunció a ser quien es, su ejemplo de visibilidad sirvió para otras generaciones. Jesús Tomillero, activista y árbitro de fútbol español que hizo historia al convertirse en el primer árbitro abiertamente gay, al declarar públicamente su orientación sexual. Fundador de la asociación “Roja Directa Andalucía LGTBI”. Lola Buzón , mujer trans, actriz de la película ‘Te estoy amando locamente’. Basada los inicios del movimiento LGTBIQ+ organizado en Sevilla, donde aún pertenecer al colectivo era delito. Lola interpreta a Mar Cambrollé, activista histórica por derechos LGTBI y Trans. Saúl Castro , abogado especializado en derechos humanos, derecho antidiscriminatorio y litigio estratégico, miembro del Equipo de Diversidad Sexual y de Género de Amnistía Internacional España y fundador de la Asociación Española contra las Terapias de Conversión. La Prohibida , dragqueen, cantante y actriz, icono del mundo lgtbi+, que irrumpió el panorama artístico español a mediados de los 90 y posteriormente en distintos países de Europa y Sudamérica a través de la música y el show. Ian Bermúdez, hombre trans, activista, escritor y actor. Ha colaborado en diversas obras literarias y de teatro, donde expresa su vivencia como persona trans y rompe con los prejuicios sobre la diversidad de género, así como da visibilidad a nuevos modelos de familias Además, durante la gala, se contará con la presencia de dos grandes artistas y sus actuaciones, como son:
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