Desmontando ‘las mujeres trans no son mujeres’

ATA - Sylvia Rivera • 5 de febrero de 2020

Julia Serano desarticula uno a uno los discursos que pretenden apartar a las mujeres trans de la categoría de mujeres en su reciente ensayo, ‘Desmontando los argumentos tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ (Debunking “Trans Women Are Not Women” Arguments) Compartimos la traducción libre que hemos realizado desde Akntiendz Chik. ‘Desmontando los argumentos tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ -Julia Serano

Recientemente fui entrevistada por el New York Times acerca de mi trabajo y mis escritos como transfeminista. De las conversaciones que compartimos previo a la entrevista yo sabía que mi entrevistadora planeaba preguntarme acerca de los comentarios que hizo Chimamanda Ngozi Adichie a principios de año donde afirmaba que las mujeres trans no son mujeres. Así que en preparación para mi entrevista, decidí revisar mi primer libro Whipping Girl. Una mujer trans opina acerca del sexismo y el chivo expiatorio de la feminidad ( Whipping Girl. A Transsexual Woman On Sexism And The Scapegoating Of Feminity ) y crear una lista de todos los argumentos que realicé allí para contrarrestar tales afirmaciones. Había pensado elaborar algunos de esos puntos durante la entrevista, aunque tan solo unos cuantos fueron incluidos en el artículo final (ya que tuvo que ser editado debido a su extensión). Pero dado que las afirmaciones del tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ reaparecen con regularidad (y son presentadas por personas que se definen a sí mismas como feministas) pensé que bien valdría la pena compilar todos mis contrargumentos relevantes en un solo ensayo.

Preliminares: en relación al término cisgénero

A lo largo de este ensayo, utilizaré los términos cis o cisgénero para referirme a las mujeres que no son trans. He explicado la lógica detrás de esta terminología en mi sección de preguntas frecuentes sobre cis-terminología, y en dos ensayos adicionales de seguimiento a los cuales se puede acceder desde aquí. Las mujeres que insisten en que las mujeres trans no son mujeres con frecuencia rechazan ser llamadas ‘mujeres cis’ bajo el falso supuesto que hacerlo degradaría de alguna manera su femineidad -esto no es de ninguna manera el propósito de este lenguaje. El único propósito de la terminología cis es nombrar a la mayoría que permanece sin ser marcada (de manera similar a como una se referiría a las mujeres blancas, a las mujeres heterosexuales, o las mujeres que no tienen capacidades diferentes, etc.) En otras palabras, referirse a alguien como ‘cis’ significa simplemente que esa persona no es trans.

Realidades de las mujeres trans

Las mujeres trans son muy diferentes entre sí. Tal vez lo único que tenemos en común es una comprensión de sí mismas en el sentido que algo no estaba bien en que hubiéramos sido asignadas al sexo masculino al nacer y/o que más bien debimos haber sido asignadas mujeres. Mientras que algunas personas cis se niegan a tomar nuestra identidad en serio, el hecho concreto es que las personas trans se encuentran en prácticamente todas las culturas y a lo largo de toda la historia. Las estimaciones actuales sugieren que conformamos el 0.2 – 0.3% de la población. En otras palabras, simplemente existimos.

En mi propio caso, pasé un número de años tratando de dar sentido a los sentimientos inexplicables e irreprimibles que experimentaba antes de finalmente tomar la decisión de realizar la transición hace ya diecisiete años. He estado viviendo como una mujer desde entonces. Cada día de mi vida, la gente me percibe y me trata como una mujer, y como resultado de ello experimento rutinariamente el sexismo. Mientras que las feministas cis que afirman que las mujeres trans no son mujeres se obsesionan con las cuestiones de identidad («¿Cómo puede un ‘hombre’ llamarse ‘mujer’?), deliberadamente pasan por alto o minimizan el hecho de que tenemos experiencias de vida muy reales como mujeres.

Al igual que como les sucede a las mujeres en general, muchas mujeres trans son feministas. El feminismo y el activismo trans no son en modo alguno incompatibles o mutuamente excluyentes. Como feministas que reconocen la interseccionalidad, creemos que deberíamos estar luchando para acabar con todas las formas de sexismo y marginación -esto incluye tanto el sexismo tradicional como la transfobia. Forzar a las mujeres trans a ser parte de un grupo separado que es distinto al de las mujeres cis no ayuda de ninguna manera a conseguir el objetivo central del feminismo en lo que se refiere a acabar con el sexismo.

La falacia de la ‘mujer biológica’

Las afirmaciones en el sentido de que las mujeres trans no son mujeres suelen confiar en suposiciones esencialistas (y por lo tanto incorrectas) acerca de la biología. Por ejemplo, la gente podría argumentar que las mujeres trans no son «genéticamente mujeres», a pesar que no podemos determinar fácilmente los cromosomas sexuales de nadie. De hecho, la mayoría de las personas nunca se han hecho examinar sus cromosomas sexuales, y los que lo hacen a veces se ven sorprendidxs por los resultados.

Otras apelaciones comunes a la biología se centran en la capacidad de reproducción -por ejemplo, indicando que las mujeres trans no han experimentado la menstruación, o que no pueden quedar embarazadas. Todo esto ignora el hecho de que algunas mujeres cis nunca menstruan y/o no pueden quedar embarazadas.

Las afirmaciones sobre los genitales son igualmente problemáticas: los genitales de las mujeres varían mucho de una a otra persona, y al igual que con los cromosomas y las capacidades reproductivas, no podemos ver fácilmente los genitales de otras personas en los encuentros cotidianos. Si tú y yo nos encontráramos, ¿debería negarme a reconocerte o referirme a ti como mujer a menos que me muestres tus genitales? Y, francamente, ¿qué podría ser más sexista que reducir a una mujer a lo que hay entre sus piernas? ¿No es eso precisamente lo que los hombres sexistas han estado haciendo con las mujeres durante siglos?

Yo argumentaría que todas estas apelaciones a la biología son inherentemente antifeministas. Los sexistas rutinariamente descartan a las mujeres señalando diferencias biológicas reales o supuestas. Las feministas han desafiado durante mucho tiempo la cosificación de nuestros cuerpos, y han argumentado que no estamos limitadas por nuestra biología. Por lo tanto, es hipócrita que cualquiera que se define a sí misma como feminista utilice argumentos de «biología» y «partes del cuerpo» en sus intentos de descalificar a las mujeres trans.

[nota agregada el 17/7/17: Discutí en mayor detalle este tema en particular en un ensayo subsecuente, Las Personas Transy los Mitos del ‘Sexo Biológico’, Transgender People and ‘Biological Sex’ Myths. ]

La falacia de Caitlyn Jenner

En estos días, los argumentos del tipo ‘las mujeres trans no son mujeres’ invariablemente citan el caso de Caitlyn Jenner, por lo general haciendo la siguiente afirmación: «¿Cómo puede alguien como Jenner, que vivió toda su vida como un hombre y experimentó el privilegio asociado con ello, tan siquiera afirmar que ella es una mujer?» Este ejemplo en particular suele venir acompañado de apelaciones a la biología, pues mucha gente recuerda a Jenner como un atleta de decatlón físicamente masculino. Pero la idea central de esta aseveración es que las mujeres son mujeres debido a la socialización y/o sus experiencias con el sexismo.

Pero, ¿qué pasa conmigo entonces? He vivido más años de mi vida adulta como mujer que como alguien que fue percibido como un hombre, y he experimentado cualquier cantidad de sexismo desde que hice mi transición: ‘piropos’ callejeros y acoso sexual, intento de violación durante una cita, hombres hablando por encima de mí o que no me toman en serio, y así sucesivamente. ¿O qué pasa con las jóvenes trans que transicionan socialmente temprano en la vida y que nunca tienen la experiencia de ser percibidas o tratadas como hombre? Si estás aplicando el argumento de la «socialización» o de «experimentar el sexismo», entonces tienes que admitir que muchas mujeres trans también tienen esas experiencias, y por lo tanto son mujeres bajo tales criterios. Hasta las que han transicionado ya mayores como Jenner enfrentan el sexismo una vez que la gente comienza a percibirlas como mujeres. E incluso si la mujer trans en cuestión es visiblemente trans, de todas maneras experimentará gran cantidad de sexismo bajo la forma de la transmisoginia.

Si por casualidad resulta que eres una de las proponentes del argumento de ‘las mujeres son mujeres por la socialización’, entonces te pido que consideres el siguiente escenario: Una niña es forzada contra su voluntad a vivir como un niño. Al llegar a la edad adulta, después de años de socialización y privilegios masculinos, ella comienza a identificarse como mujer y empieza a vivir como mujer. ¿La aceptarías como mujer? Si tu respuesta es sí, entonces es hipócrita de tu parte el no aceptar también a las mujeres trans como mujeres. (De hecho, el escenario, «forzada contra su voluntad en la niñez» es exactamente la forma en que muchas mujeres trans describen su infancia.)

La mayoría de las veces, sin embargo, las personas que insisten en que las mujeres trans no son mujeres, emplean simultáneamente los argumentos de la biología y de la socialización, aunque sean contradictorios entre sí (es decir, si la biología es el criterio predominante, entonces la socialización no debería importar y viceversa). Al igual que sus contrapartes homofóbicas que hacen apelaciones a la biología («Dios hizo a Adán y Eva, no a Adán y Esteban»), e inmediatamente invocan hipócritamente la socialización (por ejemplo, alegando que la gente puede convertirse en gay como resultado de haber tenido profesores homosexuales o por culpa de «la agenda homosexual,») la multitud que sostiene la afirmación de que, ‘las mujeres trans no son mujeres’ nos lanzan desesperadamente todo el fregadero de la cocina en nuestra contra antes que tratar de hacer un argumento coherente.

Si bien la socialización del género es bastante real, todxs somos capaces de superar o trascender la socialización que experimentamos de niños. Y la socialización de género no se detiene simplemente cuando una llega a la edad adulta: Todxs nosotrxs estamos constantemente enfrentando presiones sociales, expectativas y obstáculos sociales relacionados con el género durante toda nuestra vida. Si crees que estas afirmaciones son verdaderas para las mujeres cis, entonces también deben ser ciertas para las mujeres trans.

Las falacias de la ‘energía masculina’ y del ‘privilegio masculino’

Una derivación del argumento de la socialización va algo así: A pesar de haber transicionado a mujer y de moverse por el mundo como mujeres, las mujeres trans de todas maneras poseen el «privilegio masculino» o la «energía masculina.» La afirmación de la «energía masculina» me parece especialmente sexista, ya que implica que los hombres poseen algún tipo de fuerza vital mágica o mística de la que las mujeres carecen o que no pueden llegar a poseer.

Este tipo de afirmaciones parecen basarse en conjeturas o proyecciones. Por ejemplo, en mis muchos, muchos años de ser percibida por el mundo como una mujer cis, nunca me he encontrado con una persona que haya dicho que detecta en mí «el privilegio masculino» o la «energía masculina». Sin embargo, al saber que soy trans, están listas a ‘leer’ esos rasgos masculinos en mi comportamiento. De hecho, si yo te dijera que una mujer en particular es transaunque no fuera cierto), podrías inclinarte a (re)interpretarla de manera similar: leyendo cualquier tendencia marimacho o de camionera que exhiba como manifestaciones de esa «energía masculina», y asumiendo que cada vez que ella se afirma o se hace valer por sí misma eso debe ser un signo de su profundamente asentado «privilegio masculino».

El privilegio masculino es algo muy real. En mi libro Whipping Girl , hablo extensamente acerca de mis propias experiencias personales cuando lo tuve, y posteriormente de cuando lo perdí después de la transición. Sin embargo, no todas las mujeres trans experimentan el privilegio masculino (por ejemplo, las que ‘transicionaron’ más jóvenes). Además, todo el propósito de hablar del privilegio (ya sea masculino, blanco, de clase media /alta, sano, o el privilegio hetero, por mencionar algunos) es sensibilizar sobre las ventajas que los miembros de la mayoría o grupo dominante experimentan debido al hecho de que no se enfrentan a un tipo particular de sexismo o marginación.

Y el hecho de que la multitud que sostiene la afirmación que ‘las mujeres trans no son mujeres’ constantemente se agolpa tras la insistencia sobre el privilegio masculino real o imaginario que se le atribuye a las mujeres trans, pero se niegan a reconocer o examinar su propio privilegio cis, demuestra que sus preocupaciones sobre el privilegio son falsas y que simplemente están utilizando el concepto para deslegitimar las identidades de las mujeres trans y sus experiencias reales vividas como mujeres.

La falacia de las mujeres trans como caricaturas de las mujeres

Esta falacia se sobrepone a la falacia de Caitlyn Jenner, y va algo así: Las mujeres trans no pueden saber lo que es ser una mujer. Por lo tanto, deben ser motivadas a la transición por una idea extremadamente superficial o estereotipada de lo que significa ser una mujer, basándose en los ideales femeninos convencionales que muchas feministas han rechazado. En otras palabras, las mujeres trans no son mujeres reales, sino que simplemente nos transformamos en «parodias» o «caricaturas» de las mujeres. Las personas que arman este caso a menudo también invocan el privilegio masculino -por ejemplo, insinuando que debe ser la «arrogancia masculina» o el «derecho que los hombres creen tiener» lo que lleva a las mujeres trans a presumir que podemos entender a las mujeres o a ‘convertirnos’ nosotras mismas en mujeres.

Existen numerosos problemas con esta línea de razonamiento:

1) Se basa en una visión altamente negativa de la expresión de género femenina (algo que he ido desmontando a lo largo de mis escritos) e implica que las mujeres cis que son convencionalmente femeninas también se están comportando de manera superficial y/o reforzando los estereotipos de género.

2) Ignora a las muchas mujeres trans que son activistas feministas y/o no son convencionalmente femeninas.

3) Las mujeres trans no realizan la transición por un deseo de ser femeninas; lo hacemos por una auto-comprensión de que somos o deberíamos ser mujeres (algo comúnmente denominado identidad de género).

4) Las mujeres trans que son convencionalmente femeninas no están de ninguna manera afirmando o insinuando que todas las mujeres deberían ser convencionalmente femeninas, o que la feminidad es todo lo que hay para ser una mujer. Al igual que las mujeres cis, las mujeres trans nos vestimos como lo hacemos para expresarnos, no para criticar o caricaturizar a otras mujeres.

5) Esta línea de razonamiento acusa a las mujeres trans de presumir arrogantemente que saben lo que las mujeres cis experimentan, siendo que no hacemos tal cosa. En realidad, son las mujeres cis que sostienen esta acusación las que arrogantemente presumen de saber lo que las mujeres trans experimentan y lo que nos motiva.

Como mujer trans, seré la primera en admitir que no puedo saber lo que cualquier otra mujer experimenta o siente en su interior. Pero el tema es que, la multitud que sostiene la afirmación de que ‘las mujeres trans no son mujeres’ tampoco pueden saber lo que cualquier otra mujer experimenta o siente en su interior! Cada mujer es diferente. Compartimos algunas experiencias superpuestas, pero también somos distintas en todos los sentidos posibles. Todas las mujeres trans que conozco reconocen esta diversidad. En contraste, son las mujeres cis que tratan de excluirnos a nosotras las que parecen tener una noción estereotipada superficial y singular de lo que constituye una mujer, o de lo que las mujeres experimentan.

Una nota final: La afirmación de, ‘las mujeres trans como caricaturas de las mujeres’ está muy relacionada con el tropo de, ‘las mujeres trans refuerzan el sexismo’, el cual he desmontado en el siguiente hilo de Twitter:

«¿Crees que las personas trans ‘refuerzan el sistema de género?’ Bueno no hay problema, te voy a desengañar de toda esa boba noción en tan sólo 3 pasos!»


La falacia de la diferencia cerebral

Cuando eres una persona trans (que no posee el privilegio cis), la gente a menudo te obliga a explicarte o a justificar tu identidad sexual. Una respuesta común es decirles algo así como, «nací con un cerebro femenino a pesar de tener un cuerpo masculino». Muchas veces, esto es una simplificación intencional de parte de la persona trans -un intento de destilar las complejidades de la experiencia trans reduciéndolas a una porción que la persona promedio cis pueda comprender fácilmente. En otros casos, la persona trans puede estar haciendo referencia a investigaciones que sugieren que, en unas pocas regiones dimórficas super-diminutas del cerebro, las mujeres trans se asemejan más a las mujeres cis que a los hombres cis. (Las personas trans difieren significativamente entre sí respecto a si creemos que estas investigaciones son preliminares de algo más o incluso si son válidas o no).

Sin embargo, algunas feministas cis extrapolan esta respuesta para afirmar que todas las personas trans seguramente sostienen creencias altamente esencialistas sobre los cerebros femeninos versus los cerebros masculinos y que, por lo tanto, somos una afrenta al feminismo. A menudo, armarán este caso al mismo tiempo que ellas mismas hacen afirmaciones esencialistas (por ejemplo, con respecto a las capacidades reproductivas) con el fin de socavar nuestras identidades (como hace Elinor Burkett en su texto tipo ‘fregadero de cocina’ con aquello de que, ‘las mujeres trans no son mujeres’.

La falacia de Rachel Dolezal

Igual que con Caitlyn Jenner, los argumentos contemporáneos del tipo, ‘las mujeres trans no son mujeres’ casi siempre terminan nombrando a Rachel Dolezal. [Activista por los derechos afroamericanos señalada de apropiación cultural y ‘hacerse pasar’ por negra al ocultar que era de origen blanco.] La implicación es que un «hombre» que «dice ser una mujer» (sic) es tan ridículo (y habilitado por el privilegio) como una persona blanca que dice ser negra. Pero aquí está la cosa: Rachel Dolezal es una persona. En agudo contraste (como he aludido anteriormente), con las personas trans, que son parte de un fenómeno pan-cultural y trans-histórico, y comprenden aproximadamente el 0.2-0.3% de la población. [Nota: Un lector ha señalado que hay estudios recientes que sugieren podría ser del 0.6% o más] Si estás interesadx en aprender más acerca de la existencia de personas con variación de género, aquí una nota final de mi libro Excluídas: Haciendo más inclusivos los movimientos feministas y lésbicos ( Excluded: Making Feminist and Queer Movements More Inclusive ), y que hace referencia a la historia y la diversidad cultural:

La falacia de ‘las mujeres trans se niegan a reconocer las diferencias’

Aquellas que hacen un caso a partir de los argumentos de que, ‘las mujeres trans no son mujeres,’ suelen insistir en que hay una distinción entre las mujeres cis y las mujeres trans, y que sin embargo las mujeres trans se niegan a reconocer esta distinción. Considero que tales afirmaciones son interminablemente frustrantes. Nunca ni siquiera una vez en mi vida he escuchado a una mujer trans afirmar que nuestras experiencias son 100 por ciento idénticas a las de las mujeres cis. Es más, el hecho de que nosotras, en la comunidad trans, describamos a las personas como «trans» y «cisgénero», señala desde ya un reconocimiento de las posibles diferencias entre ambos grupos.

El problema no es que nosotras (es decir, las mujeres trans) nos resistamos a reconocer ninguna diferencia, sino que la multitud que sostiene los argumentos de, ‘las mujeres trans no son mujeres’ se niegan a reconocer nuestras muchas semejanzas.

Hubo una época en los años 1960 y 1970 cuando muchas feministas heterosexuales querían excluir de manera similar a las lesbianas de las organizaciones de mujeres y del feminismo. Las justificaciones que esgrimían eran similares a las que ahora se emplean contra las mujeres trans: Acusaban a las lesbianas de ser «opresivamente masculinas» y de «reforzar el sistema de clase sexual». Si lees el artículo de Wikipedia al que he vinculado en este párrafo, verás que las lesbianas lucharon en respuesta a tales acusaciones. No lo hicieron porque creyeron que eran 100 por ciento idénticas a las feministas heterosexuales. Lo hicieron porque algunas feministas intentaban excluirlas del feminismo y de la categoría de mujer. Justo como tratan de hacerlo ahora con las mujeres trans aquellas feministas que sostienen argumentos del tipo ‘las mujeres trans no son mujeres.’

Las mujeres trans son mujeres. Puede que no seamos «exactamente como» las mujeres cis, pero, de nuevo, las mujeres cis no son todas exactamente iguales entre sí. Pero lo que sí compartimos es que todas nos identificamos y nos movemos por el mundo como mujeres. Y debido a esto, todas enfrentamos regularmente el sexismo. Es en eso en lo que deberíamos centrarnos y trabajar juntas para desafiarlo. Y como dije al principio, obligar a las mujeres trans a formar parte de un grupo separado que es distinto al de las mujeres cis no ayuda en modo alguno a alcanzar el objetivo central del feminismo de terminar con el sexismo. De hecho, sólo sirve para socavar nuestra causa colectiva.

Por Julia Serano.

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Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 22 de diciembre de 2025
El Parlamento de Kazajistán ha dado un nuevo paso en el retroceso de los derechos LGTBIQ+ al aprobar una serie de enmiendas legales que prohíben lo que han denominado como “propaganda LGTBIQ+”, una medida que replica legislaciones similares ya vigentes en Rusia y Georgia y que ha sido duramente criticada por organismos internacionales de derechos humanos. Las enmiendas fueron aprobadas el pasado martes por el Senado, después de haber recibido el respaldo de la Cámara Baja en noviembre. El texto legal aún debe ser firmado por el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, para entrar en vigor. Según el texto legal, el objetivo declarado de la norma es “proteger a los niños de informaciones que dañan su salud y desarrollo”. Sin embargo, activistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos advierten de que este tipo de leyes suelen utilizarse para censurar cualquier mención positiva o neutral sobre la diversidad sexual y de género, reforzando el estigma y la discriminación. La norma impide la publicación de este tipo de informaciones en espacios públicos, medios de comunicación, redes de telecomunicaciones e internet, ampliando su alcance a ámbitos como la educación, la cultura, la publicidad y el cine. Impulso ciudadano y alcance legal La iniciativa legislativa surgió a raíz de una petición presentada por ciudadanos kazajos hace aproximadamente un año y medio y fue elaborada por un grupo de parlamentarios. Según explicó el diputado Yelnur Beisenbáev, uno de los promotores del proyecto, las enmiendas modifican hasta nueve leyes, entre ellas las relativas a los derechos de la infancia, las comunicaciones, la educación y los medios de prensa. Beisenbáev aseguró que el texto incluye una definición concreta de lo que denomina “propaganda de la orientación sexual no tradicional” y establece limitaciones para su difusión, aunque afirmó que la ley no contempla “la prohibición ni el rechazo” de las personas LGBTI. En la misma línea, el diputado Yedil Zabirshin subrayó que la pertenencia a la comunidad LGBTI no está penalizada en Kazajistán, a diferencia de países vecinos como Uzbekistán, donde la homosexualidad sigue siendo castigada por la ley. Críticas internacionales Organismos internacionales como Naciones Unidas, Human Rights Watch, Civil Rights Defenders y el Norwegian Helsinki Committee ya habían expresado su preocupación y rechazado la posible aprobación de esta normativa, al considerar que vulnera derechos fundamentales y fomenta la discriminación, como ocurrió anteriormente con leyes similares en Rusia y Georgia. Un patrón regional Rusia aprobó en diciembre de 2022 una ley que prohíbe la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”, la pederastia y la reasignación de género en medios de comunicación, internet, publicidad, literatura y cine. Georgia, por su parte, adoptó una legislación similar en octubre de 2024. La ley georgiana contempla penas de hasta cuatro años de prisión por cirugías de reasignación de sexo y multas de hasta 4.000 laris (unos 1.500 dólares) por difundir “propaganda de relaciones homosexuales” en instituciones educativas, una medida que el Gobierno defendió como una forma de proteger “la familia y los niños”. Con la aprobación de esta ley, Kazajistán se suma a una tendencia regional que, según denuncian organizaciones de derechos humanos, supone un grave retroceso para la igualdad, la libertad de expresión y la dignidad de las personas LGTBIQ+. https://diversosmagazine.com
Por ATA - Sylvia Rivera 19 de diciembre de 2025
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU ha anunciado este jueves una serie de medidas regulatorias diseñadas para eliminar la atención médica de afirmación de género para menores. Las propuestas anunciadas este jueves suponen las medidas más profundas que esta Administración ha tomado para restringir el uso de bloqueadores de la pubertad y terapia hormonal para niño/as trans. E incluyen el recorte de la financiación federal de Medicaid y Medicare a los hospitales que brindan atención de afirmación de género a niños y la prohibición de que los fondos federales de Medicaid se utilicen para financiar dichos procedimientos. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) emitió cartas de advertencia a una docena de empresas que comercializan chalecos de sujeción pectoral y otros equipos utilizados en procesos de afirmación de género. Entre los fabricantes se encuentran GenderBender LLC, de Carson, California, y TomboyX, de Seattle. Las cartas de la FDA establecen que las fajas pectorales solo pueden comercializarse legalmente para usos médicos aprobados por la FDA, como la recuperación tras una mastectomía, informa The Associated Press. Las normas propuestas amenazarían la atención de afirmación de género para jóvenes en los estados donde sigue siendo legal. Los programas de Medicaid cubren actualmente la atención de afirmación de género en poco menos de la mitad de los estados. Al menos 27 estados han adoptado leyes que restringen o prohíben esta atención. La reciente decisión del Tribunal Supremo, que confirmó la prohibición de Tennessee, abre la puerta a que la mayoría de las demás leyes estatales permanezcan vigentes. Los anuncios de este jueves ponen en peligro el acceso en casi dos docenas de estados, donde los tratamientos farmacológicos y los procedimientos quirúrgicos siguen siendo legales y están financiados por Medicaid, con fondos federales y estatales. Las propuestas anunciadas por Kennedy y su equipo no son definitivas ni legalmente vinculantes, recuerda AP. El Gobierno federal debe pasar por un largo proceso de elaboración de normas, que incluye períodos de consulta pública y revisión de documentos, antes de que las restricciones se vuelvan permanentes. También es probable que enfrenten impugnaciones legales. Sin embargo, las normas propuestas probablemente frenarán aún más la atención a la afirmación de género a niño/as, y muchos hospitales ya han cesado dicha atención. Casi todos los hospitales de EEUU participan en los programas Medicare y Medicaid, los planes de salud más grandes del gobierno federal que cubren a personas mayores, personas con discapacidad y personas de bajos ingresos. Perder el acceso a estos pagos pondría en peligro a la mayoría de los hospitales y proveedores médicos de EEUU. Las mismas restricciones de financiación se aplicarían a un programa de salud más pequeño, el Programa Estatal de Seguro Médico para Niños, para la atención a menores de 19 años, según una nota de la Administración. Las medidas contradicen los consejos de organizaciones médicas y defensores de las personas trans. La mayoría de las principales organizaciones médicas estadounidenses, incluida la Asociación Médica Americana, ha instado a los estados a no restringir la atención a las personas trans, informa AP. Los anuncios se suman a una serie de medidas que el presidente de EEUU, Donald Trump, su Administración y los republicanos en el Congreso han tomado para atacar los derechos de las personas trans en todo el país. En su primer día en el cargo, Trump firmó una orden ejecutiva que declaraba que el Gobierno federal reconocería únicamente dos géneros: masculino y femenino. También firmó órdenes destinadas a recortar el apoyo federal para las transiciones de género de personas menores de 19 años y prohibir a atletas trans participar en deportes femeninos. Además, un proyecto de ley que expondría a los proveedores de atención médica trans a penas de prisión si atienden a personas menores de 18 años fue aprobado este miércoles por la Cámara de Representantes de EEUU y va camino del Senado. Otro proyecto de ley que se está considerando en la Cámara el jueves busca prohibir la cobertura de Medicaid para la atención de afirmación de género para niños. En EEUU, los jóvenes que se identifican con un género diferente al sexo asignado al nacer son evaluados primero por un equipo de profesionales. Algunos pueden intentar una transición social, que implica cambiar de peinado o pronombres. Otros pueden recibir posteriormente fármacos bloqueadores hormonales que retrasan la pubertad, seguidos de testosterona o estrógeno para lograr los cambios físicos deseados. La cirugía no es frecuente en menores de edad. https://www.eldiario.es
Por Mar Cambrollé Jurado 18 de diciembre de 2025
Catalunya da un paso más para blindar los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales con el fin de erradicar la LGBTIfobia. La nueva ley se ha aprobado en el Parlament con una amplia mayoría, ya que fue una iniciativa presentada por el PSC-Units, Junts, ERC, Comuns y la CUP, en colaboración con las entidades del colectivo LGBI+ y Trans. El PP y la extrema derecha de Vox y Aliança Catalana han votado en contra. La norma deroga la ley anterior, tras 11 años de aplicación, para fortalecer las garantías de igualdad de trato y no discriminación, y con la voluntad de hacer efectivo el derecho a la libre autodeterminación de la identidad y expresión de género en el ámbito público y privado. La principal novedad es que incorpora una ampliación del régimen sancionador para acabar con las conductas LGBTIfobicas y da más cobertura tanto a las víctimas durante el proceso de denuncia, a la vez que aumenta los supuestos que definen las infracciones. Las sanciones quedan tipificadas según su gravedad y pueden ir de los 300 euros hasta los 500.000 euros. La norma amplía los pretextos que pueden ser considerados una infracción, como no tratar a una persona "de manera intencionada" de acuerdo con su nombre o el género con el que se identifica o incluir en los negocios jurídicos cláusulas "que causen discriminación por razón de la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género o las características sexuales". A la vez, se prohíben las terapias de "reconversión" y se pone coto a su promoción, al tiempo que se promueve el uso de símbolos LGBTI en espacios y edificios públicos. Para proteger especialmente a las personas trans e intersexuales, la ley parte de un enfoque interseccional -también para la protección de las personas migrantes, racializadas y refugiadas- y deja por escrito el deber de las administraciones públicas de crear espacios de memoria democrática del movimiento LGTBI y de las personas trans, al tiempo que se propone reparar la invisibilización de las lesbianas. Con esta nueva legislación también se crea la Red de Servicios de Atención Integral para coordinar los servicios de atención integral LGTBI (SAI) y los puntos de información LGTBI en todo el territorio catalán y se otorga una mayor dotación de recursos para impulsar políticas públicas. El PP amenaza con llevar la ley al TC La CUP, que ya impulsó esta propuesta la legislatura anterior, pero no consiguió aprobarla por el adelanto electoral, ha celebrado que finalmente salga adelante y ha asegurado que es un "orgullo" porque supone "la defensa de los derechos humanos", aunque la diputada Pilar Castillejo ha deslizado que aún hay mucho trabajo por hacer y que se requiere de una mayor inyección de recursos. "No es una actualización, abrimos una nueva fase", ha celebrado la diputada de ERC y exconsellera de Feminismes, Tània Verge para quien esta ley es una forma de responder a la "ofensiva reaccionaria global". La parlamentaria de Junts, Laura Martínez, ha añadido que esta ley garantiza la libertad y la igualdad de todas las personas "sin excepciones", y que "el Parlament tiene la obligación de estar a la altura cuando estos derechos son vulnerados", esta vez en sintonía con la diputada de los Comuns, Susanna Segovia, pero quien ha querido apostillar que el Govern debe ahora "dar sentido" a esta ley con más recursos y nuevas políticas. Por parte del PSC, Elena Díaz, ha lamentado que haya personas que deban esconder su amor para evitar ser agredidas y ha aplaudido que la nueva norma que sea "robusta" a nivel jurídico. https://www.elperiodico.com
Por ATA - Sylvia Rivera 17 de diciembre de 2025
Agustín Dante López dice que lo que veía en el espejo no lo representaba, habla del bullying que sufrió en la primaria, narra con crudeza los embates de su trastorno de alimentación, cuenta que aunque la balanza declaraba 38 kilos él se sentía gordo, repasa las mentiras a su familia, los engaños en la cena, su fiesta de 15, las autolesiones o esa manera brutal de exteriorizar un dolor interno. Agustín habla de cómo una serie le despertó una epifanía, rescata la advertencia de su hermana y la voluntad de una médica, de su miedo a morir y de sus impulsos suicidas, hasta llegar a su transición. “Transicionar fue lo mejor que me pudo pasar en la vida”, define. Durante su relato utiliza el pronombre masculino cuando se desplaza entre los recuerdos de su niñez y adolescencia. No se trata de un error, sino de un comportamiento voluntario, el corolario de un proceso de entendimiento. “Al principio traté a ese niño en femenino como para que se entendiera a qué me refería, pero ya no”, dice. “Es algo que por lo general incomoda. La gente te dice ‘bueno, pero eras nena en ese momento’. Sí, pero ahora soy un varón y hay que entender que todo ese tiempo también lo fui, solamente que no le podía poner un nombre”. Él siempre se refiere a él como Agustín, incluso en la semblanza de esos años. Su vida, antes y después de identificar lo que le pasaba, con enfermedades e internaciones, que siempre, a pesar de los contratiempos y las confrontaciones, estuvo secundado por un entorno familiar permeable y amoroso. “Hay muchos compañeros y compañeras trans que los echan de la casa, que la familia los golpea. Hay muchas personas trans que caen en autolesiones, que se suicidan, que caen en consumos problemáticos, que el único recurso que tienen es la prostitución. Y es terrible. Qué privilegio la familia y el entorno que tengo”, agradece. Pero para llegar a esa comprensión, primero la infancia, el bullying y el trastorno de la conducta alimentaria. “Mi infancia fue difícil. A los tres años y medio empecé, y agradezco tanto a mi mamá que yo hoy en día le pregunto cómo me anotaste en teatro musical. Me acuerdo de que daba shows en el living de mi casa y les daba folletitos a todos para que vengan a verme y mi mamá me dijo ‘yo te vi con capacidades y vi que te gustaba, entonces te llevé’. Tenían un convenio con mi colegio, entonces empecé ahí a tomar las clases de comedia musical y me encantó”. —La infancia estuvo atravesada por el arte, la actuación, la música. —Todo el tiempo. —¿Eso fue un espacio que salvó en algún punto? —Sí. Porque yo desde muy chiquito no sentía que me encontrara cuando me miraba al espejo. Desde muy chiquito recibí mucho bullying en la escuela por mi peso. Yo de chiquito, no sé si lo podría diagnosticar por así decirlo como trastorno por atracón, pero comía mucho. Manejaba y regulaba mis emociones desde ese nivel. Y me acuerdo que recibí mucho, mucho bullying en la primaria y en el viaje de séptimo grado, que íbamos a Carlos Paz, me tenía que poner malla. Realmente no me encontraba en el espejo y odiaba cómo me veía. Y me acuerdo de que en ese momento empecé a comer menos, a restringir. Mi mamá se daba cuenta y me decía “pero esto es muy poco”. Por ahí comía solo, no me gustaba comer con nadie. —¿Ahí empezarían los trastornos de alimentación? —Se desató muy fuerte en el viaje de séptimo grado cuando yo sabía que me tenía que poner malla y empecé a comer menos, a comer menos, y veía que gente externa, no mi familia, me decía “qué flaca que estás, qué linda que estás”. Entonces lo tomaba como algo bueno, voy por buen camino. Está bien pasar hambre, restringirme, porque la gente me ve mejor. Me sentía más lindo. —¿Alguien en tu casa se daba cuenta de los ataques que estabas recibiendo? —No. Yo no contaba mucho tampoco. Me lo guardaba. Como es una enfermedad tan silenciosa y tan solitaria yo lo llevaba… Si mis papás se daban cuenta realmente lo que estaba pasando iba a tener que recuperarme y era algo que yo no quería porque sabía que eso conllevaba subir de peso y yo lo veía como lo peor que me podía pasar en la vida. Subir de peso era que volviera el bullying, volviera el odio al verme al espejo. —¿Se fue incrementando eso? —Mucho. —¿Qué pasó? —Lo que me pasaba en invierno es que también en ese momento de mi vida, en séptimo grado descubrí lo que eran las autolesiones. Dentro de todos los tipos de autolesiones yo en ese momento empecé a cortarme. Me pasaba que yo en invierno como podía usar ropa grande o ropa que no se notara mi cuerpo recurría a eso, a las autolesiones, para descargar todo el dolor. Es como un dolor que no tiene explicación. No lo podía explicar. Es como un dolor en el alma. Es lo peor que le puede pasar a un ser humano: sentir tanta angustia que te lleva a ese momento de desesperación, ese impulso que decís necesito sacar el dolor que tengo adentro para expresarlo en un dolor corporal. Necesitas dejar de sentir ese dolor interno que no te deja hacer nada: no te deja bañarte, no te deja lavarte los dientes, no te deja levantarte de la cama. El TCA (Trastornos de la conducta alimentaria) es una enfermedad muy solitaria también: no te querés juntar con gente porque siempre que te juntás significa compartir algún momento, comer algo, tomar unos mates, compartir unas facturas, salir a comer.
Por Mar Cambrollé Jurado 16 de diciembre de 2025
Un tribunal de Lima en Perù condenó este lunes a 17 años de prisión a cada uno de los tres policías que torturaron y violaron a una mujer trans en una comisaría en 2008, un caso por el que fue sancionado internacionalmente el Estado peruano. La sentencia fue leída durante la audiencia final del juicio oral iniciado en enero, y que fue transmitida por el canal del Poder Judicial. En abril de 2020, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Perú por la brutal agresión que sufrió Azul Rojas cuando tenía 34 años, tras ser detenida en una comisaría del norte de Perú. Dos años después, en un hecho histórico para la comunidad LGBT y Trans, el gobierno peruano pidió perdón a la víctima. Por pedido de la justicia interamericana, Perú siguió con las investigaciones contra los acusados, que respondían al juicio en libertad. Este lunes, el tercer juzgado penal dictó su sentencia por los delitos de tortura agravada y abuso sexual. «Se impone una condena de 17 años de prisión para los efectivos policiales Dino Ponce, Luis Quispe y Juan León», según el fallo. La justicia ordenó la reclusión inmediata de los tres condenados. Según pudo probar la fiscalía, los efectivos policiales detuvieron y agredieron a Azul Rojas en una comisaría de la localidad de Casa Grande, en la costa norte de Perú. Allí fue sometida a «maltratos físicos, psicológicos, violación sexual», indicó el Ministerio Público en un comunicado. https://elnuevodiario.com.do
Por ATA-Sylvia Rivera 12 de diciembre de 2025
Kenia Bonilla dejó en alto el nombre de Ecuador en el certamen de belleza Miss International Trans 2025, donde se coronó como la máxima ganadora. La oriunda de Santo Domingo de los Tsáchilas destacó en el evento desarrollado en Lima, Perú, el reciente sábado 6 de diciembre de 2025. Nueve candidatas, de diversos países, pugnaron por la corona. Kenia Bonilla irá a Países Bajos Durante la gala final del certamen, Kenia Bonilla ganó la corona absoluta. Mientras que la mexicana Mitchell Lagunes fue la primera finalista y la peruana Cirja Emiliana fue la segunda finalista. Tras la coronación, la ecuatoriana recibió como premios un iPhone 17, más de 3 mil dólares en productos de la marca Dior y pasajes de ida y vuelta para Países Bajos, donde se celebrará la edición 2026 del Miss International 2026. Cabe mencionar que Kenia recibió la corona de manos de su antecesora, la peruana Keyla Fernández. Por otra parte, la también ecuatoriana Ohanna Jiménez fue elegida como el Mejor Rostro del certamen. Deja huella en los certámenes Kenia Bonilla, nacida en Santo Domingo de los Tsáchilas, es una modelo profesional de 29 años y la primera mujer trans en competir en el Miss Universo Ecuador. Su participación en este 2025 marcó un hito de inclusión en el certamen, promoviendo la diversidad de género en Ecuador. En febrero de 2025, se postuló al casting de Miss Universo Ecuador, destacando su mensaje de autenticidad: “Soy la primera, pero no la última”. “Este no es solo un logro personal, es un paso hacia una sociedad más inclusiva, justa y representativa para todos”, dijo tras ser anunciada como candidata oficial. Entre las 20 candidatas oficiales, Bonilla brilló en la competencia preliminar en Cuenca, desfilando en trajes de baño y gala. Avanzó a las 10 semifinalistas en la final del 26 de julio en Guayaquil, aunque Nadia Mejía se coronó ganadora. Su visibilidad inspira a la comunidad LGBTI y refuerza las nuevas reglas inclusivas del concurso, sin límites de edad, estado civil o identidad de género. Cabe mencionar que en agosto de 2024 representó al país en el Miss International Queen en Tailandia, un concurso internacional para mujeres trans con participantes de 23 naciones. Sobre el Miss International Trans El certamen Miss International Trans es una “plataforma de inclusión social, visibilidad y respeto”, que trabaja con embajadoras de belleza trans a nivel mundial. Según informó la organización, esta tiene sede en Bélgica y organiza eventos de belleza LGBT en distintas naciones. La victoria de la ecuatoriana Kenia Bonilla marca un nuevo hito en la lucha de las mujeres trans del país por la igualdad y la tolerancia.
Por Mar Cambrollé Jurado 5 de diciembre de 2025
Un informe que celebra a los hombres cis que se someten a reducciones de senos “para sentirse bien” en sus cuerpos ha enojado a muchos que dicen que eso también es lo que quieren las personas trans. Un informe reciente que detalla la inmensa popularidad de la cirugía de reducción mamaria entre los hombres cis ha hecho estallar a los defensores de las personas trans por el hecho de que la atención de afirmación de género siempre ha sido celebrada para las personas cis pero demonizada para las personas trans. El Correo de Nueva York publicó un artículo el 3 de diciembre que explicaba que la cirugía de reducción mamaria es la cirugía plástica más popular entre los hombres cis del país. En algún momento de sus vidas, casi la mitad de los hombres experimentan una afección llamada ginecomastia, que es un aumento en el crecimiento de las glándulas mamarias debido a menudo a un desequilibrio hormonal. No es perjudicial para la salud física de un hombre y, por lo tanto, sólo debe “arreglarse” si hace que alguien se sienta cohibido.
Por ATA - Sylvia Rivera 4 de diciembre de 2025
El viernes, 28 de noviembre, se convirtió en un día histórico en materia de derechos, para los integrantes de la comunidad LGBT+ en Colombia. La registraduría implementó dos nuevos géneros en la cédula de ciudadanía, física y digital: la (T) para personas trans y las siglas (NB) para personas no binarias. Es la culminación de años de esfuerzo de la entidad por demostrar su “compromiso institucional de garantizar el derecho a la identificación de las personas trans y no binarias en el país”. “Desde la Casa LGBTI Sebastián Romero, en Bogotá, anunciamos el fortalecimiento de nuestra solución integral de registro civil e identificación, con la inclusión de las categorías ‘no binario’ (NB) y ‘trans’ (T) en el campo ‘sexo’ de los registros civiles y documentos de identidad. Un paso clave para reconocer y garantizar el derecho a la identificación de las personas con identidad de género diversa”, indicó la Registraduría en sus redes sociales. Ya se expidieron las primeras cédulas de personas trans y no binarias del país: Dos de las primeras personas en obtener sus cédulas con los identificadores de género T y NB fueron Tonny y Mike, precisamente, en el evento realizado en la Casa LGBTI Sebastián Romero. De acuerdo con la entidad, “el Registrador Nacional indicó que ya están listos los ajustes para que personas no binarias puedan realizar sus trámites en todas las oficinas, incluyendo la cédula digital, asegurando así acceso equitativo y eficiente a los servicios de identificación”. Un cambio que celebran Tony, Mike y el resto de personas de Colombia con identidades diversas. Y es que, de acuerdo con este último, “ha sido un camino de casi cinco años y hoy celebramos que ya somos reconocidos por el Estado". El cambio podrá realizarse en cédulas en físico y en su versión digital, en todos los puntos de la Registraduría, desde este viernes. https://www.noticiasrcn.com
Por ATA - Sylvia Rivera 1 de diciembre de 2025
La Corte Constitucional reiteró que ninguna persona trans puede ser excluida de su núcleo familiar por ejercer su derecho a la identidad de género. Esto sucedió tras fallar a favor de Fabiola, una mujer trans que acudió a la justicia tras ser rechazada y violentada por sus propios familiares. Y es que el alto tribunal reafirmó que el enfoque de género es una obligación para todas las autoridades que intervienen en controversias familiares y que, en el caso de la población trans, deben garantizarse condiciones que eviten cualquier forma de discriminación o desigualdad. Caso de Fabiola El pronunciamiento se dio tras estudiar la situación de Fabiola, quien recurrió a la tutela después de que la comisaría de familia encargada de su caso no aplicara adecuadamente este enfoque frente a episodios de violencia que ella denunció. La mujer acudió al mecanismo de amparo buscando protección frente a agresiones y malos tratos que recibía de su madre y de sus hermanos. Según ella, la entidad que debía brindar acompañamiento no aplicó el enfoque de género pese a tratarse de una persona trans, categoría que la Constitución reconoce como sujeta de especial protección. Con la tutela, el caso llegó a la Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional, que finalmente decidió amparar los derechos de la mujer, entre ellos la dignidad humana, la igualdad, el libre desarrollo de la personalidad, la identidad de género, el debido proceso y la vivienda digna. Pues en su decisión, la Corte recordó que todas las autoridades, y en especial las adscritas al sistema de justicia familiar, deben aplicar el enfoque de género de manera estricta. En el caso de personas trans, este deber se intensifica y exige evaluar cada situación, descartando cualquier trato discriminatorio o la reproducción de desigualdades históricas. El alto tribunal incluso formuló una nueva subregla, cuando una autoridad de familia no utiliza de forma correcta los enfoques diferenciales en casos que involucren personas LGBTIQ+, mujeres, adultos mayores o menores de edad, termina vulnerando los derechos fundamentales de quienes resultan afectados por esa omisión.
Por ATA - Sylvia Rivera 28 de noviembre de 2025
La drag queen favorita de la Madre Naturaleza, Pattie Gonia, lució deslumbrante en la alfombra roja el fin de semana, con un vestido hecho con la bandera trans que se vio colgada en el parque Yosemite a principios de este año. La activista y artista ambiental fue la comidilla de la Gala Out100 el domingo (23 de noviembre) después de aparecer vestida con una bandera trans de 66 pies de largo, que habían convertido en un vestido sin tirantes. Asistió a la ceremonia anual de premios junto con el ex guardaparque no binario de Yosemite Shannon “SJ” Joslin, quien supuestamente fue despedido de su trabajo en agosto después de que se izara la bandera en El Capitán, una formación rocosa en el parque nacional de California. “Estimada administración Trump: puede despedirnos, puede defender nuestros parques nacionales, puede decirnos que no somos válidos y que no deberíamos existir, y seguiremos convirtiendo su miedo y odio en amor y comunidad y ganaremos porque siempre lo hacemos”, dijo Joslin a los periodistas. Un grupo de escaladores, incluida Pattie Gonia, ayudaron a colocar la bandera en la pared de la roca como una forma de resaltar que las personas trans pertenecen “a la naturaleza, a la comunidad y a todas partes”. Un mes después, Joslin afirmó que su contrato había sido rescindido por supuestamente “no demostrar una conducta aceptable” a pesar de llevar a cabo la protesta “en mi tiempo libre, fuera de servicio, como ciudadano privado”. El ex guardabosques continuó diciendo: “Colgué una bandera trans en El Capitán. Ondeó durante un total de dos horas por la mañana y luego la quité”. Otras banderas fueron plantadas en el mismo lugar, señalaron. Cuando se le preguntó sobre su decisión de usar la bandera como vestido, Pattie dijo a la revista Out: “¿Qué mejor declaración de moda se puede hacer que decir que las personas trans son amadas? Y hacerlo mientras se ‘recicla’ algo que la administración Trump intenta demonizar”. Una semana antes, Pattie recurrió a Instagram para criticar al secretario de Guerra, Pete Hegseth, por su retórica anti-LGBTQ+, mientras realizaba más dominadas de las que se le había visto haciendo en un clip viral que resurgió recientemente. https://www.sentidog.com