El cortometraje son 15 minutos en los que pasan un montón de cosas. Se veía que daba para película, ¿ya estáis en ello?
Estamos en ello, estamos en ello. Nosotros hemos seguido rodando, ahora estamos pre-montando. No sé si volveremos a rodar, igual sí, igual no. Estamos desarrollándola, pero no dejamos de rodar. Hay una parte que hemos rodado ya, que para mí es la parte más heavy. Bueno, rodamos en Madrid en verano y luego nos fuimos a Chile a rodar y eso ha sido increíble. Estamos viendo a ver si de repente hay que volver a rodar aquí o no, todo depende de cómo vaya la vida y qué cosas vayan a pasar.
¿Habéis viajado a Chile?
En la película hemos seguido el avance de la búsqueda. No salgo solo yo, van a salir más hombres trans, y es todo un viaje continuo. En Chile vamos a contactar con mi familia y a cambiarme los papeles, el cambio de género. Yo hace mucho que no hablaba con ellos y hay momentos bastante potentes. Yo soy italo-chileno, no soy español, aunque ahí viene mi gran putada. Yo nunca me hice español, aunque llevo aquí muchos años, porque no hacía falta. En realidad, hasta que no se haga un brexit, que es raro, tienes los mismos derechos. Claro, tienes los mismos derechos hasta que transitas. En Italia es imposible, en España si no soy español no puedo. Para hacerme español tengo que renunciar a la nacionalidad italiana, pero mientras tanto yo necesito algún documento que diga que soy un hombre, porque ya estoy cambiando mucho. Entonces, lo más rápido era renovar todos mis papeles en Chile y hacerme el cambio ahí. En Chile, sorprendentemente, en políticas de género están mega avanzados. Luego la realidad social es otra. De hecho, allí existe el género no binario.
En este proceso tú has estado con Carolina, a la que defines como tu mejor amiga en los primeros momentos de cortometraje, ¿cómo ha sido para ti rodar junto a tu mejor amiga? ¿Esto ha permitido que te abras más, que sea más íntimo?
Si no estuviera Carol yo creo que no hubiese podido hacerlo. Ya partíamos de la confianza total y absoluta y hay partes que se ven en el corto y en la película. Nosotros cuando empezamos a grabar empezamos a grabar con una handycam pequeña que tengo yo. Estábamos los dos solos, con lo cual ahí, total confianza. Lo difícil fue cuando empezamos a rodar de verdad. Hicimos una selección del equipo técnico, que eran todos amigos míos de toda la vida de rodajes. Yo tenía que sentirme cómodo, porque al final era como: 'no solo me voy a desnudar físicamente, sino emocionalmente'. Tenía que ser un equipo reducido que entrase en una furgoneta, que es en lo que nos íbamos a ir a Portugal. Sin Carol yo no me hubiese sentido cómodo, no hubiese tenido esa confianza. Es la persona que me ha acompañado en todo el proceso y ha estado ahí siempre y yo siempre digo que si Carolina no se hubiese cruzado en mi vida, yo no me hubiese atrevido a ser yo.
Una de las cosas como importantes del corto, que saldrá de la peli, es que la transición no la puedes hacer solo. Necesitas una red de apoyo, necesitas una familia. En este caso, mi familia es Carolina. Si no tienes una familia consanguínea que te ayude, búscate a alguien, una amiga. Reivindicamos mucho la familia escogida, porque al final muchas personas del colectivo tenemos que recurrir a eso. Y es igual de válida que la otra. Una transición no se puede hacer solo, es algo colectivo.
¿A lo largo de qué periodo de tiempo habéis rodado el documental?
Empezamos a rodar la noche antes de ir a la primera cita del endocrino. Yo me fui a dormir a la casa de Carolina y justo habíamos comprado una 'steady' chiquitita para el iPhone y dijimos: 'bueno, vamos a grabarlo'. Empezamos a grabar esa misma noche, pero es cierto que nosotros somos muy pesados y desde que nos conocemos nos hemos grabado todo el rato, tenemos mogollón de horas haciendo el gilipollas. Por ejemplo, ese trozo de Maluma Baby no está hecho para el corto, eso somos nosotros de vacaciones, pero que ya venía desde hace mucho la cosa de 'yo quiero una barba'. Empezamos a buscar en nuestros discos duros, en nuestros iPhones, en nuestros teléfonos y salían cosas que bueno... Decidimos poner esa porque nos hizo mucha gracia. Yo empecé con hormonas en noviembre de 2022, en septiembre tenía la primera cita, con lo cual nosotros ese verano nos fuimos de vacaciones juntos pensando: 'Bueno, van a cambiar muchas cosas, vienen unos meses duros...'. Era como una cosa de despedida de la persona que era. De ahí viene un poco lo de la carta y este ritual. Pensamos en que iba a a ser el último verano en que iba a habitar esta corporalidad y este ser. Volvimos de vacaciones, tenía la cita en septiembre y esa misma noche empezamos a grabar de verdad.
La escena de la carta que has mencionado es muy emotiva y me gusta que hayáis dejado el plano en el que sale Carolina a abrazarte. Viendo escenas así, ¿este corto te ha servido un poco de terapia?
Es totalmente terapia. Carolina siempre dice que yo no estoy haciendo un corto o una peli, yo estoy haciendo terapia. Y es verdad. Vengo de una familia muy tradicional, muy católica, un poco fascista. Yo decía: 'no, yo no voy a terapia jamás'. Para mí la terapia ha sido hacer el corto y después la peli. Yo me he preparado para rodar como el que se prepara para las Olimpiadas. Soy una persona un poco obsesiva y pensaba: 'bueno, pues yo tengo que estar bien mentalmente para hacer esto'. Me tiré bastante tiempo que iba a trabajar, pero me costaba mucho salir de mi casa, ver a gente. Eso se ve en la peli, que estaba la mierda. El hecho de prepararme para rodar me ha ayudado a hacer una terapia porque yo quería estar bien. Empecé a entrenar, a cuidar mi cuerpo, mi alimentación, cosa que no había hecho en la vida. Entonces, sí, ha sido una terapia en general para todo.
También ha servido un poco para ponerte un reto, ¿no? Porque tu idea era quitarte el binder y meterte en el agua. ¿Por qué decidisteis que era la idea central? ¿Por qué empezar y terminar así el corto?
Justo rodamos esto después de verano. Antes de la transición iba siempre a nadar. Me levantaba a las 7 de la mañana antes de currar y me iba a nadar 20 minutos. Tengo mucha cosa con el mar, me flipa. Desde que yo empecé con hormonas no he vuelto a pisar la piscina. Cuando rodamos, yo estaba en ese momento de ser incapaz de desnudarme para meterme al mar, imagínate para tener una relación amorosa. El desnudarte para el mar representa muchas más cosas, el hecho de que no estaba nada a gusto con mi cuerpo, tenía muchísima disforia. Hay gente muy invasiva. Todo eso hace que la bola crezca y nos centramos en eso porque básicamente era lo que estaba viviendo en ese momento.
Hay una cosa que teníamos claro, que era que pasara lo que pasa delante de la cámara tenía que ser de verdad y luego que no se cortaba. Ya veríamos si lo montábamos o no. Antes de rodar, yo estaba con ataques de ansiedad, vomitando -que eso al final no lo montamos-, pero en el guion ponía que yo me tenía que meter. Yo quería meterme, estaba obsesionado. Carolina decía: 'no me vale que tú te metas y te quites una camiseta si luego no te vas a volver a bañar en una piscina el resto de tu vida. Si lo haces es porque hay algo en ti que ya se atreve a hacerlo'. Igual que la carta. La carta la escribí y todo el rato iba con el papelito hacia ella: 'necesito que la leas a ver si está bien o no'. Ella me decía: 'va a estar bien, es tu carta. Es tu verdad, va a estar perfecto'. Que no pudieras meterte en el mar casi que nos enseña más que si te hubieses metido. No te metiste, pero sigues en ello. Es como una lección.
Yo estoy ahí delante de la cámara sufriendo un poco, pero también soy director y guionista. Y dices: 'jo, yo he escrito un guion que yo quiero que pase'. De pequeño me hubiese gustado ver algo así. Joder, yo quiero ver una persona trans superando su miedo. Quiero ver mensajes en positivo.
El corto termina con una frase muy bonita, que es para quienes buscan su metro cuadrado de paz. ¿A quién dedicas el corto?
Esta frase salió en montaje. Durante el proceso hemos conocido a muchísima gente trans. A gente que está mejor, gente que está peor, hombres y mujeres trans. Al final te quedas con el mensaje de que da igual si eres un hombre, una mujer, cis o trans. Creo que lo universal que tiene el corto es que al final a todos nos pasan mierdas y todos tenemos nuestras pequeñas transiciones. Creo que el intentar buscar paz y ser feliz es muy valiente. Da igual el género que seas. En el confinamiento entré siendo Rafaella y salí siendo Rafael. Pasaron muchas cosas, porque mi padre murió en el COVID. Dices: 'es que la vida son dos días'. No voy a estar fingiendo algo que no soy. Desde ahí mi obsesión de querer estar bien y buscar paz. Creo que es algo maravilloso que deberíamos hacer todos.
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