Blog Post

¿Qué hay de los derechos reproductivos de las personas trans?

ATA - Sylvia Rivera • 28 de mayo de 2021

Hace un tiempo vemos como gran parte de nuestra sociedad empieza a movilizarse y luchar enérgicamente por los derechos de las personas trans, pero a menudo, observamos también, con que facilidad se convierten en objeto de confrontación política, quedando relegadas sus necesidades y seguridad a un segundo plano . Muchas veces, como colectivo, nos quedamos atrapados en un debate que bloquea el progreso como cuando nos paramos a analizar minuciosamente la letra pequeña del prospecto de un fármaco y acabamos por sentir miedo de tomarlo.

En España , por ejemplo, el borrador de la Ley Trans (conocido como Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans ) presentada al Congreso por Unidas Podemos , causó un acalorado debate en el seno del feminismo, en las calles y en el Gobierno de coalición y por el momento, no ha salido adelante por la abstención del Partido Socialista (PSOE), para disgusto de muchas personas. En Italia, la ley ZAN , aprobada ya en la Cámara de Diputados italiana pero a la espera de luz verde por parte de la Cámara Alta, fue promovida por el líder del socialdemócrata Partido Democrático, y concebida como la española, para defender y proteger los derechos de todas las personas, según su individualidad y subjetividad , trascendiendo los modelos normativos y binarios de siempre.

Cuando hablo de esa letra pequeña, hablo del momento en que finalmente contemplamos un montón de realidades sobre las que en general, todavía no hemos reflexionado. Es en ese momento en el que me hago siempre la siguiente pregunta: ¿qué pasa cuando nos topamos con imágenes que se escapan del canon, de la idea que nos hemos hecho con respecto a lo que erróneamente esperamos que sea la experiencia trans, la intersexual o la de las personas no binarias? Veo que esto ocurre, con frecuencia, en un particular ejemplo: cuando vemos a un hombre trans embarazado. Existen personas – que aunque sea en silencio – se hacen preguntas porque esta imagen no les cuadra con sus rígidas expectativas de género binarias, mientras otras nos damos cuenta de que aun no identificándose con el sexo femenino una persona ha decidido libremente usar sus órganos reproductivos para gestar y tener un hijo con su pareja. Y es que es algo maravilloso que alguien que desea concebir, tenga la capacidad física de hacerlo , a mi me hace pensar en cuando en los años 90 todos soñábamos con la idea de que los hombres algún día se pudieran quedar embarazados como le ocurría a Arnold Schwarzenegger en Junior (1994). De una forma u otra, ese futuro ya ha llegado.

Infrarrepresentación, falta de datos y capacitación

Sin embargo, lamentablemente, estas realidades, que aún no se encuentran suficientemente representadas, aún escapan de la idea que tienen muchas personas con esquemas tradicionales y por ello, en lugar de aceptarse con normalidad e integrarse, cuidarse y protegerse desde las instituciones, aún generan fricciones en el debate público, como si los derechos humanos fueran negociables. Pero, pensemos otra cosa: igual que hay hombres trans – y cada día vemos más ejemplos – que se quedan embarazados, los hay también que han tenido que practicarse abortos.

Ese tema es todavía más delicado si cabe porque afecta directamente a la salud de muchas personas y sin embargo, apenas oímos hablar de ello, el personal sanitario no siempre esta capacitado para enfrentar correctamente este escenario, apenas hay información o estadísticas y no se investiga suficiente al respecto . De hecho, no nos equivocamos si decimos que la falta de consideración de las especificidades sobre la salud y el bienestar de las personas trans es uno de los mayores obstáculos – y más complicados – que enfrentan al tener que practicarse un aborto.

Pero la preocupación por los derechos reproductivos de las personas trans no es nuevo: lleva años en el candelero en todo el mundo. En Argentina, ya en el año 2018, se escucharon, aunque minoritariamente, voces masculinas en el debate legislativo por la legalización y despenalización del aborto, según este artículo repleto de testimonios personales que publicó VICE. La primera persona no cis que intervino en el Congreso fue Diego Watkins de la asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTA) para afirmar:

Durante mucho tiempo se instaló la frase ‘nací en un cuerpo equivocado’ pero no era mi cuerpo el equivocado, era la sociedad. Los hombres trans podemos querer gestar y podemos necesitar abortar.

Reconociendo la realidad reproductiva de los hombres trans

Y es que por un descuido durante un encuentro sexual, por falta de información, o incluso porque han sido víctimas de una violación (incluso de esas horriblemente llamadas violeaciones “correctivas”) ciertamente existen cada día personas trans que se quedan embarazadas sin desearlo. ¿Cuántas personas trans se habrán practicado un aborto en España? ¿Y en Italia? ¿Y en Reino Unido? Lamentablemente no lo sabemos, porque no existen apenas datos al respecto, tampoco hoy en día. Lo primero que esto revela es una triste realidad y es que estamos frente a otro caso de discriminación y estigmatización del colectivo LGBTQIA+. Otro tabú inconfesable para muchas personas, otra realidad que no se concibe social ni institucionalmente y que parece que no existe porque no hay ni números para contabilizarlo, ni voces que hablan sobre estas experiencias, ni medios que cubren este tipo de noticias.

Entonces, ¿Cuál es la situación que enfrentan las personas trans al respecto de un tema tan delicado como este? En España, por ejemplo, la Ley Trans que no ha sido aprobada estudiaba poner al frente de sus prioridades que las personas trans tuvieran acceso al aborto y la reproducción asistida dentro de la cartera pública de servicios sanitarios , para contrarrestar fuertemente la frecuentes humillaciones e incomprensión a los que tienen que hacer frente en la mayoría de los casos en los que desean practicarse un aborto. Ahora mismo, los hombres trans que se realizan un aborto deben hacerlo de alguna manera confrontando una especie de doble tabú o haciéndolo, podríamos decirlo así, en una doble clandestinidad.

Como hemos comentado en anteriores ocasiones, existen muchos obstáculos, tanto accidentales como de otro tipo, que se pueden colocar entre una mujer y su derecho a elegir de forma independiente acerca de su salud reproductiva, y en el caso de otras personas con útero, por ejemplo hombres trans, ocurre exactamente lo mismo con el agravante de que su identidad resulta ser, en la mayoría de casos, un impedimento para que puedan sentirse seguras y tranquilas en el ejercicio de ese derecho sobre su vida y sobre sus cuerpos.

Por eso, es importante que los sistemas de salud se esfuercen por integrar la diversidad y la fluidez sexual y de género, que se desarrollen protocolos o guías de atención para hombres trans sobre temas de salud reproductiva y que exista, de ahora en adelante, más y más apertura hacia la idea y las necesidades de las trans masculinidades . Rompamos entre todos el silencio ante este tema y alentemos el debate al respecto para que sus realidades también sean tenidas en cuenta, y así puedan, como el resto de personas con capacidad gestante, acceder plena y cómodamente a los servicios sanitarios de salud reproductiva.

Elena G.

https://freedamedia.es

Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 14 de enero de 2025
Samanta Flores nació en el estado de Veracruz, pero pronto cambió la calma de los limoneros por las fiestas clandestinas del DF. Allí descubrió su verdadera identidad y su vocación solidaria. Mientras luchaba contra la pandemia del VIH se convirtió en una auténtica celebridad que incluso ha llamado la atención de las grandes marcas de moda. Si lo deshojamos de esa tonadilla mariachi que rinde pleitesía a la hermosura de las mujeres, al galanteo milenario, a la ronda de noche bajo el balcón de la novia de turno, México sigue siendo una caldera de machismos a punto de estallar. De enero a noviembre de 2024 se registraron en el país azteca 2.409 asesinatos violentos de mujeres. Por eso, el caso de Samanta Flores es una auténtica proeza en mitad de la pesadilla de balazos y cuchillos: a sus 93 años es tal vez la persona trans más longeva del mundo. Y lo es en un país donde las mujeres trans son víctimas de un odio de ida y vuelta, y donde en algunas zonas apenas alcanzan los 25 años de media. Desde bien niña, la vida de Samanta se ha ido abriendo paso entre las estadísticas, como un milagro, a raíz de su infancia feliz en la pequeña ciudad de Orizaba, en el estado de Veracruz, rodeada de guayabos y limoneros. «A mi padre ni siquiera le importó que cuando era niño quisiera hacer ballet. Así de maravilloso era mi padre», reconoce orgullosa. Sin embargo, las estrecheces del pueblo la obligaron a hacer las maletas y dejar sus orígenes atrás. «Estudié para contador público en la Escuela Bancaria y Comercial, pero aquello, lógico, no era lo mío», dice. Así que se mudó primero a Los Ángeles, donde regentó un bar gay y tomó contacto por vez primera con el colectivo, y más tarde a México DF, donde descubrió su verdadera identidad y hoy es una auténtica socialité. Así explica Samanta ese descubrimiento: «En el año 64, una amiga trans muy famosa en todo el país, Xóchitl, empezó a hacer fiestas en su casa, y la única condición era que nos vistiéramos de mujer. Ella era la reina y nosotras sus damas de honor, como su corte». Aquellas fiestas llenas de celebrities y gente bien, a caballo entre el cabaret clandestino y la libertad desaforada, fueron limando el personaje de Samanta. «Había que elegir un nombre, y yo había visto la película Alta sociedad, donde Grace Kelly interpretaba a Samantha, que tenía el doble juego de Sam, nombre masculino, y así decidí llamarme». Lo que ocurrió después es que los chicos, cuando le pedían una cita, siempre la preferían como Samanta -«me halagaba tanto»-, y lo que había comenzado como un juego de travestismos terminó por imponerse a la realidad. No fue hasta 2012, sin embargo, cuando en México se permitió el cambio de género registral. «Era mucha bronca, había que presentar dos exámenes carísimos, pero los pasé. Aunque yo ya llevaba mucho tiempo viviendo como una mujer». Una mujer que, a sus 93 años, nunca ha soltado la bandera de la solidaridad. Primero braceando contra la violencia hacia las mujeres y contra la pandemia del VIH en los años 80 -«cuando murió mi vigesimoquinto amigo dejé de contar, porque solo me atormentaba, pero debieron de ser más de 300 los que se quedaron en el camino», explica-, y más recientemente contra otra pandemia: la de la soledad del colectivo LGTBI. Fue así como fundó, en los preliminares de la pandemia, un centro para mayores del colectivo en el barrio de Álamos del DF. Bajo el nombre de Vida Alegre, este edificio pintado de azul cegador se convirtió en un refugio en el que combatir las soledades: «Al principio era para el colectivo, pero de pronto empezaron a venir también mayores heterosexuales que necesitaban compañía». Gracias al trabajo de los voluntarios y al empeño de la propia Samanta, que cada día pasaba revista, Vida Alegre se convirtió en bálsamo y motor de la vida del barrio. Hasta que el Covid les obligó a echar el cierre. Pero Samanta no se rinde, y mientras busca la oportunidad de reabrir y resucitar el espíritu del centro, sigue lanzando aquí y allí su mensaje «de empatía y convivencia». Y dejándose sorprender por la vida a cada momento. Como cuando hace un tiempo, en una fiesta, una chica se le acercó y le propuso ser imagen de una firma de moda. «Depende, dijo ella». Así se fraguó una colaboración con Gucci, nada menos, que elevó a Samanta a los altares de la alta costura. «Jamás pensé, ni en sueños, que una señora de mi edad, trans, iba a lograr algo tan grande en el país de los machos, donde nos matan. Pues lo he conseguido». https://www.elmundo.es
Por ATA - Sylvia Rivera 13 de enero de 2025
Una joven mujer trans, cuyo nombre es Sofía Larghi, de 27 años, logró un fallo judicial histórico que le permitirá congelar su esperma para poder ser madre en el futuro. La decisión, emitida por la Cámara Federal de La Plata, Buenos Aires, no solo amparó a Sofía, sino que también estableció jurisprudencia con perspectiva de género en el país. El deseo de maternidad y la interrupción de las hormonas Sofía comenzó su transición hace dos años, cambiando su nombre e iniciando una terapia hormonal. Sin embargo, tras siete meses de tratamiento, despertó en ella un fuerte deseo de ser madre. Según reveló el sitio TN.com en un documental hecho sobre su vida, una consulta médica le reveló que las hormonas podrían reducir o detener irreversiblemente la producción de espermatozoides, impidiéndole tener hijos biológicos en el futuro. Ante esta situación, Sofía tomó la decisión de interrumpir temporalmente su tratamiento hormonal para preservar su fertilidad. La batalla legal por la criopreservación Con el objetivo de preservar su fertilidad, Sofía solicitó a su obra social la cobertura para la criopreservación de espermatozoides, un procedimiento que le permitiría utilizar sus espermatozoides en el futuro mediante técnicas de reproducción asistida. Sin embargo, le rechazaron su pedido.
Por ATA - Sylvia Rivera 10 de enero de 2025
"Yo nena, yo princesa", balbuceó a los 2 años Luana, cuando su mamá le preguntó qué hacía jugando con unos vestidos de nena. "Hubo situaciones extremadamente violentas en el jardín de infantes en esos dos años", le dice a la BBC Gabriela Mansilla, la madre de Luana, quien desde 2009 acompaña en el proceso de afirmación de género a su hija. "El momento donde todo comenzó a cambiar fue cuando ella no solo me dijo que era una niña, sino que había elegido su propio nombre: Luana", recuerda la madre. Unos años más tarde, en 2013, Luana consiguió cambiar su nombre en su identificación personal (DNI), necesario para votar, casarse, conseguir un trabajo y para ser atendido por un médico. El hecho de haber conseguido su cambio de género, con solo 6 años de edad, la convirtió en una de las primeras niñas trans del mundo en tener una cédula oficial acorde a su identidad de género sin necesidad de que el trámite pasara por la justicia. "Mis recuerdos no son tan agradables ni alegres porque Luana sufrió mucho. No entendíamos lo que le pasaba cuando era pequeña. Los recuerdos que tengo son de su llanto incesante, de no poder dormir, de sus autolesiones, hasta que pudo ponerlo en palabras", recuerda su madre, Gabriela. Recién cuando Luana pudo decírselo, con solo 2 años, empezó a mejorar la situación para la pequeña. Gabriela se recrimina el hecho de no haber podido escuchar antes el mensaje que transmitía su hija. "No podía creer lo que estaba diciendo en ese momento", recuerda la madre de Luana sobre la etapa "difícil para la familia" en que la niña empezó a identificarse como mujer. Fue ahí que empezó un recorrido largo, que implicó la revisión de médicos, psiquiatras, psicólogos y neurólogos en un intento de reafirmar su masculinidad, consultas que empezaron a ser parte de su vida. Fue entonces cuando la niña finalmente dijo: "Mi nombre es Luana". Desde ese momento, hace más de 15 años, Gabriela buscó la manera de acompañar el recorrido de su hija como una niña trans. Es decir, una niña cuya identidad de género no coincidía con el sexo asignado al nacer. "Creo que lo que nos salvó fue simplemente escuchar a Luana y abrazarla. El amor que siento por mi hija fue lo único que salvó esta historia, porque dejé de escuchar a todos y comencé a escucharla a ella", sostiene.
Por ATA - Sylvia Rivera 9 de enero de 2025
Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha generado una intensa controversia con su reciente actualización de políticas de moderación. Estos cambios, introducidos bajo la dirección de su CEO, Mark Zuckerberg, han permitido que ciertos comentarios discriminatorios hacia personas homosexuales y trans, como llamarlos "enfermos mentales", ya no sean considerados como violaciones de las normas comunitarias. La decisión ha desatado un fuerte debate en torno a los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de las plataformas digitales. ¿Qué busca Zuckerberg con estos cambios? La decisión de flexibilizar las políticas de moderación de Meta surge en un contexto de tensiones políticas y estratégicas. Como señala Wired, Zuckerberg parece estar buscando un equilibrio entre satisfacer a los sectores más conservadores de Estados Unidos y mantener la base de usuarios más progresista que ha caracterizado a sus plataformas en los últimos años. La relación entre Zuckerberg y Donald Trump, el expresidente estadounidense, se ha vuelto un tema central en este debate. En 2021, Meta suspendió la cuenta de Trump tras los disturbios en el Capitolio, una decisión que generó una ruptura con los republicanos. Los recientes cambios en la moderación han sido interpretados por algunos analistas como un intento de reconciliarse con Trump y su base política, especialmente de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Sin embargo, esta decisión tiene implicaciones peligrosas. Permitir comentarios como "los homosexuales y las personas trans son enfermos mentales" normaliza un discurso de odio que puede fomentar la discriminación, el acoso y la violencia contra comunidades vulnerables. ¿En qué consisten los cambios en la moderación de contenidos? Meta ha revisado su política de conducta de odio, lo que permite ahora un margen más amplio para comentarios ofensivos bajo el argumento de fomentar la "libertad de expresión". Esto incluye declaraciones que previamente eran consideradas inaceptables en Facebook e Instagram, como llamar "enfermos mentales" a personas homosexuales o trans entre otras formas de lenguaje discriminatorio. Aunque Meta asegura que estas expresiones no se permitirán si están acompañadas de amenazas explícitas o incitaciones a la violencia, organizaciones defensoras de derechos humanos han señalado que esta distinción es ambigua y que, en la práctica, abrirá la puerta a más acoso y marginalización. El cambio ha provocado una reacción generalizada de rechazo. Activistas y grupos LGBTQ+ han denunciado que Meta está priorizando sus intereses políticos y comerciales sobre la seguridad de sus usuarios. Incluso empleados de Meta han expresado preocupaciones internas sobre el impacto de estas decisiones en la percepción pública de la compañía.
Por ATA - Sylvia Rivera 8 de enero de 2025
La actriz española trans Karla Sofía Gascón ganó reconocimiento internacional por su papel en la película "Emilia Pérez" y ahora por sus palabras llenas de empoderamiento durante la edición 82a de los Globos de Oro, celebrados este domingo 5 de enero. En la ceremonia, llevada a cabo en el Beverly Hilton Hotel de Beverly Hills, California, la cinta "Emilia Pérez" recibió el premio a la Mejor Película de Habla No Inglesa por su ficción sobre un personaje trans, por lo que el director Jacques Audiard cedió la palabra a Gascón. Vestida con un atuendo naranja de Saint Laurent, inspirado en los monjes budistas, Gascón expresó: "La luz siempre vence a la oscuridad" y alentó a la audiencia a levantar la voz y decir “Yo soy quien soy, no soy quien ustedes quieren que sea".
Por ATA - Sylvia Rivera 7 de enero de 2025
El asesinato de Kesaria Abramidze fue un mazazo para la comunidad LGTBIQ+ de Georgia. El pasado 18 de septiembre, la modelo y presentadora trans fue apuñalada repetidas veces. Los vecinos hallaron su cuerpo sin vida en medio de un charco de sangre. El autor confeso, detenido y que se enfrenta hasta a 20 años de cárcel, era su expareja, un joven de 26 años con el que —según había escrito la víctima en redes sociales unos meses antes— mantenía una “relación tóxica”. Si ella, una de las personalidades más famosas del país caucásico, no había podido evitar este fatídico final y —según escriben algunos medios locales— las fuerzas de seguridad no habían prestado atención a sus denuncias, ¿cómo van a sobrevivir los restantes miembros de la comunidad al creciente ambiente de odio que se abate sobre Georgia?, se preguntan activistas y gais, lesbianas, trans y el resto de la comunidad del país caucásico. Solo 24 horas antes del brutal crimen, el Parlamento georgiano había aprobado la “Ley de Valores Familiares y Protección de los Menores”, un texto draconiano que prohíbe toda manifestación pública de lo que pueda ser considerado “propaganda” LGTBIQ+. “Las políticas de odio tienen graves consecuencias: opresión, marginalización y violencia contra el colectivo. El asesinato de Kesaria Abramidze no se puede entender sin el pesado contexto que lo rodea”, denunció el Centro para la Justicia Social de Tbilisi. Pese a que la sociedad georgiana es mayoritariamente conservadora, la legislación liberal aprobada durante las últimas dos décadas había hecho florecer a la sociedad civil; decenas de grupos de derechos o implicados en diferentes cuestiones sociales habían surgido y echado raíces. Tbilisi se convirtió así en la capital libre de la región: un punto de reunión para los pacifistas de Armenia y Azerbaiyán; una residencia para los exiliados de las autocracias vecinas; un espacio seguro para lesbianas, gais, bisexuales y personas trans. “Aunque era lento, había progreso. Organizábamos festivales, conferencias. Las políticas estatales fueron actualizadas y se añadieron menciones a la diversidad sexual. Trabajábamos en la formación de policías”, rememora Mariami Kvaratskhelia, cofundadora de Tbilisi Pride y líder del grupo activista Queer Initiative: “Personas LGTBIQ+ de Irán, Líbano, Armenia, Azerbaiyán, Chechenia... venían a vivir aquí porque se sentían más libres, más seguras”. Ya no. Cientos han huido de Georgia en los últimos años y más van a hacerlo si se confirma en el poder el actual Gobierno del partido Sueño Georgiano tras las elecciones del pasado octubre, que la oposición se niega a reconocer porque las considera fraudulentas. La formación dirigida por el oligarca Bidzina Ivanishvili ha emprendido un giro ultraconservador copiado a Rusia y Hungría que ha puesto en la diana a las personas que se alejan de lo heteronormativo. “En 2021, los políticos y dirigentes ligeramente más progresistas abandonaron Sueño Georgiano y vimos un cambio hacia postulados y políticas derechistas. Y, a partir de 2023, se hicieron realmente radicales”, explica Kvaratskhelia. Hay diversas razones para este cambio, según a quien se pregunte: el acercamiento del Gobierno a la Rusia de Vladímir Putin, congeniarse con la influyente iglesia georgiana o -según la activista- cambiar el foco del debate hacia nuevas narrativas que le permitan mantenerse en el poder. La cuestión es que se empezó a hablar, día y noche, de la necesidad de proteger a las familias y niños de la “nociva propaganda LGTBI”. “Se retiraron las menciones a esta comunidad de todos los documentos de políticas públicas, se prohibieron nuestros actos y la policía dejó de protegernos”, afirma Kvaratskhelia. Ese año 2021, Tbilisi Pride y otras organizaciones convocaron una marcha del Orgullo en la céntrica Avenida Rustaveli. Pero fueron atacados por los militantes de Alt-Info, un canal de extrema derecha devenido formación política y al que se acusa de estar financiado por Rusia. Anna Tavadze, activista queer y miembro del movimiento Shame -otro de los organizadores- estaba allí: “Fue horrible, brutal. Empezaron a agredir a los periodistas, más de 30 resultaron heridos. Perseguían a los activistas de un lado a otro, y se marcharon a atacar las oficinas de Shame y de Tbilisi Pride. La policía no hizo nada por detenerlos”. El entonces primer ministro, Irakli Garibashvili, dijo que aquello era “inaceptable para la mayor parte de la sociedad” (la marcha del Orgullo, no el ataque). Así que al año siguiente el Orgullo se celebró en un recinto apartado del centro, bajo fuertes medidas de seguridad. En 2023, intentaron replicar el festival de 2022, incluso invitando a diplomáticos extranjeros como medida de seguridad: pero los matones de Alt-Info volvieron a aparecer, destrozando los escenarios y prendiendo fuego al material. “Los policías dejaron a la contramanifestación acercarse tanto que de repente empezaron a lanzarnos botellas y piedras y me dije, si no escapo me matan. La policía empezó a gritar que evacuásemos, así que nos dimos cuenta de que era un plan para permitir a Alt-Info atacar el festival”, sostiene Tavadze: “Ninguno de los implicados han sido juzgados, lo cual lanza el mensaje de que si agredes a la gente queer no recibirás ningún castigo”. Este año, los domicilios de numerosos activistas han sido atacados, entre ellos el de Kvaratskhelia. Un día de mayo, la puerta y todas las plantas de su edificio aparecieron cubiertos de carteles con su cara y su nombre, señalándola como “Activista LGTBI” y “Agente extranjera vendida”. “Además, mi novia y yo hemos sufrido campañas de acoso online y a mi padre, que está enfermo de cáncer, le han llamado varias veces para intimidarle y exigirle que deje mis actividades”, relata.
Por ATA - Sylvia Rivera 20 de diciembre de 2024
Linger es una joven trans que comenzó a tomar estrógenos cuando entró en la universidad. En 2022, sus padres la ingresaron en un psiquiátrico para que le practicaran "'prácticas de conversión'" que incluían sesiones de electroshock. Después de años de presiones y amenazas familiares, Linger aceptó en 2022 ingresar en el hospital psiquiátrico que le habían buscado sus padres en Qinhuangdao, en el norte de China. Los médicos le diagnosticaron trastorno de ansiedad y orientación sexual discordante. Le dijeron que la única forma de curarla era someterla a electroshock. Y que se trataba de "prácticas de conversión" habituales para personas como ella, una mujer trans. Linger, de 28 años, estuvo 97 días internada. En ese tiempo, pasó por hasta siete sesiones de electroshock que le dejaron muchas secuelas, tanto anímicas como físicas. Salió del hospital arrastrando una serie de patologías cardíacas que requieren medicación de por vida. Se encerró durante meses en la oscuridad de su habitación, desconectada de las redes sociales donde se había convertido en una popular influencer gracias a sus vídeos presentando cosméticos. El pasado verano, Linger sacó fuerzas para salir del pozo de depresión al que le habían arrojado. Se dio cuenta de que no estaba enferma, sino de que los que tenían un problema eran los que cuestionaban su identidad de género. Decidió entonces denunciar al hospital por violar sus derechos con las invasivas descargas eléctricas en el cerebro. Según la Ley de Salud Mental de China, nadie puede ser sometido a la fuerza a un tratamiento psiquiátrico, y menos con terapia de electroshock, a menos que el paciente represente una amenaza para su propia seguridad o la de los demás. Los médicos del hospital, cuando fueron llamados a declarar ante un tribunal, defendieron que el ingreso era necesario porque había serio riesgo de que los padres de Linger se suicidaran por el "trastorno de su hija". Hace unas semanas, el tribunal falló a favor de Linger y condenó al hospital a pagarle una indemnización de 60.000 yuanes, que al cambio son alrededor de 7.900 euros. Es la primera vez en China que una persona trans gana un recurso legal contra el uso de prácticas de conversión mediante electroshock. La comunidad LGTB+ del gigante asiático lo ha celebrado como una victoria histórica. Linger comenzó a tomar estrógenos al comenzar la universidad, cuando comentó a sus amigos que ahorraría dinero para someterse a una cirugía de reasignación de sexo, después de la cual, en base a las regulaciones chinas, ya podría cambiar de género tanto en los registros oficiales, como en el documento de identidad. En el país asiático, este tipo de cirugías, aunque quien las solicite sea mayor de edad, requieren un consentimiento por escrito de los padres. Los de Linger nunca lo dieron. Ella pensó que cambiarían de opinión si finalmente acudía a un hospital y los médicos certificaban que no padecía ningún trastorno. Nunca pensó que lo primero que harían sería ingresarla a la fuerza. "Me ataron a una cama con cuerdas y me estuvieron dando descargas eléctricas durante muchos días", denunció en sus redes sociales tras salir del hospital. Entre la comunidad LGTB+ de China circulan con frecuencia informes de grupos de derechos humanos sobre cómo muchas personas homosexuales y trans son sometidas en clínicas públicas y privadas a las llamadas terapias de conversión, que van desde las sesiones de electroshock hasta la hipnosis. https://www.msn.com
Por ATA - Sylvia Rivera 19 de diciembre de 2024
La nueva serie de Pixar, En la victoria o en la derrota, programada para llegar a Disney+ el 19 de febrero de 2025, ha captado la atención por motivos más allá de su innovador enfoque narrativo. En el centro de la polémica se encuentra la eliminación de una trama que incluía a un personaje trans, una decisión tomada por Disney que ha despertado tanto sorpresa como críticas en redes sociales. A pesar de que la serie promete explorar diversas perspectivas dentro de un equipo mixto de softball, esta modificación plantea interrogantes sobre el compromiso del estudio con la representación inclusiva y las razones detrás del cambio. De hecho, ha encendido un debate en las redes sociales donde se acusa a la casa del ratón de censurar a la comunidad LGTBQ+. La serie, que sigue las experiencias de un equipo mixto de softball juvenil, pretende explorar perspectivas variadas, desde jugadores hasta entrenadores y árbitros. Originalmente, uno de los episodios abordaría la experiencia de un personaje trans, interpretado por la actriz trans Chanel Stewart. Sin embargo, Disney informó a Stewart que su personaje sería representado ahora como una chica cis, dejando fuera la narrativa trans que ella consideraba crucial para dar visibilidad y empoderar a jóvenes trans. No es la primera vez que Disney toma una decisión controvertida Esta decisión ha reavivado las críticas hacia Disney, que en el pasado ha enfrentado reacciones por su manejo de contenido LGBTQ+. Películas como Lightyear y Mundo extraño generaron polémica por incluir relaciones del mismo sexo, mientras que otros proyectos animados han sido modificados o postergados para evitar conflictos con audiencias conservadoras o mercados internacionales con restricciones en este tipo de contenidos. Por otro lado, en Del revés 2, Pixar optó por suavizar una trama que inicialmente insinuaba una atracción entre Riley y Valentina, limitándose a una relación de fascinación platónica. En ambos casos, Disney justificó estas decisiones como una manera de mantener su contenido accesible para audiencias globales, especialmente en mercados donde la representación LGBTQ+ enfrenta restricciones o rechazo. Disney se explica En esta ocasión, Disney declaró que su decisión de eliminar referencias a la identidad de género en En la victoria o en la derrota fue tomada hace meses, según recoge Variety. Según un portavoz de la compañía, “Cuando se trata de contenido animado para un público más joven, reconocemos que muchos padres prefieren discutir ciertos temas con sus hijos en sus propios términos y cuando lo consideren apropiado”. Este argumento, aunque destinado a tranquilizar a audiencias conservadoras, ha sido recibido con escepticismo por quienes consideran que refleja un retroceso en la inclusión. Por su parte, Chanel Stewart, quien fue seleccionada para el papel a los 14 años, expresó su desilusión ante la decisión de Disney. "Las historias trans importan y merecen ser contadas", comentó en una entrevista con Deadline. Su madre, Keisha, también se mostró crítica, argumentando que la exclusión de la trama era un retroceso para la representación LGBTQ+ en los medios. "El mundo en el que vivimos necesita reflejar a todas las personas", subrayó. https://vandal.elespanol.com
Por ATA - Sylvia Rivera 18 de diciembre de 2024
Los críticos afirman que el informe científico en el que se basa la prohibición, en vigor a partir del 1 de enero de 2025, está sesgado ideológicamente y no incorpora testimonios de niños y adolescentes trans. Reino Unido ha prohibido los bloqueadores de pubertad para niños y adolescentes menores de 18 años, lo que lo convierte en el último país europeo en limitar el acceso al tratamiento para los menores trans. La norma prohíbe temporalmente la venta y el suministro de estos medicamentos, que retrasan los cambios físicos asociados con la pubertad como el crecimiento del pecho, los testículos o el vello corporal. Está prevista que entre en vigor el 1 de enero de 2025. La decisión se basa en un estudio científico que ha sido criticada por su sesgo. Hilary Cass, la investigadora detrás de esta revisión, no tenía experiencia profesional trabajando con jóvenes trans y consultó activamente a políticos contrarios a los derechos trans durante su investigación. Unos investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU) hicieron una crítica detallada y cuantitativa del informe, revelando que Cass no había incorporado a personas trans en su proyecto y había omitdo información crucial en su informe basándose en una metodología poco profesional. Los bloqueadores se ofrecen a los niños que manifestan sentirse identificados con el sexo opuesto al que les fue asignado al nacer, en correspondencia con sus características sexuales primarias, con el objetivo de que consideren su identidad de género. Más tarde, los adolescentes pueden comenzar a tomar hormonas como estrógenos o testosterona para desarrollar el género con el que se identifican, u optar por cirugías cuando alcanzan la mayoría de edad. Un puñado de países europeos como Suecia, Dinamarca y Francia también han decidido limitar su uso en medio de un intenso debate médico sobre cómo cuidar al creciente número de niños y adolescentes que se identifican con un género opuesto al asignado. ¿Ha cambiado el debate público sobre los derechos trans? Existe un aparente cambio de rumbo con respecto al llamado “protocolo neerlandés”, que durante años se consideró el estándar para la atención médica de las infancias y adolescencias trans. En la década de 1990, las clínicas de Países Bajos comenzaron a ofrecer bloqueadores de pubertad y tratamientos hormonales a niños y adolescentes, que antes tenían que esperar hasta la edad adulta para acceder a este tratamiento. En un estudio publicado en 2014, unos investigadores neerlandeses informaron que el acceso a estos tratamientos había mejorado la salud mental de los pacientes y frenado su "disforia de género", que es cuando alguien experimenta angustia porque su identidad de género no coincide con su sexo asignado al nacer. ¿Cómo abordan los países europeos los bloqueadores? Hay que diferenciar de nuevo entre la legislación para los bloqueadores de pubertad, puesta ahora en cuestión por Reino Unido, y la de las hormonas, que efectúa mayores cambios corporales. La web Trans Health Map 2024 muestra en sus datos abiertos los nueve países de la Unión Europea donde los bloqueadores no están disponibles: Irlanda, Letonia, Lituania, Chipre, Luxemburgo, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. El caso de España es particular: solamente en Cantabria, Extremadura, Andalucía, Aragón, Cataluña y Baleares se puede acceder a los bloqueadores, debido a la descentralización de las competencias en Sanidad de las Comunidades Autónomas. Respecto al tratamiento hormonal, según los datos de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, solamente Portugal, Italia, Austria, Croacia y Lituana no permiten que los adolescentes accedan a un tratamiento hormonal hasta los 18 años. Algunos países priorizan los servicios de asesoramiento y apoyo sobre las intervenciones médicas para jóvenes trans. En Noruega los bloqueadores de la pubertad se limitan a los ensayos clínicos. Las autoridades suecas afirman que los riesgos superan los beneficios de los bloqueadores de pubertad, pero que el tratamiento se puede ofrecer en casos "excepcionales" a los adolescentes. Francia adopta un enfoque más abierto. La academia médica francesa permite que los bloqueadores de pubertad estén disponibles a cualquier edad con el consentimiento de los padres, pero alienta "la mayor cautela" en su uso dados los posibles efectos secundarios a largo plazo. En Finlandia, se pueden administrar tratamientos hormonales a los adolescentes si está claro que su identidad de otro género es de "naturaleza permanente y causa una disforia grave". Y en España y los Países Bajos están disponibles a través de atención especializada. Otras partes de Europa están tomando medidas para restringir la atención médica para personas trans. En Georgia, por ejemplo, el Parlamento -donde el partido gobernante prorruso tiene mayoría- aprobó una prohibición de toda la atención médica para personas trans en un intento de preservar los "valores familiares". En otros lugares de Occidente, como Estados Unidos, el retroceso continúa. 'Human Rights Campaign', la mayor organización de Estados Unidos de defensa de los derechos LGBT, ha recopilado más de 525 proyectos de leyes anti-LGBT presentados, de los cuales 70 han sido convertidos en leyes y 220 dirigidos contra las personas trans. https://es.euronews.com
Por ATA - Sylvia Rivera 16 de diciembre de 2024
La identidad de género es un derecho humano fundamental que debe ser respetado en todos los ámbitos, incluida la política. Recientemente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), reafirmó este compromiso, en una sentencia que asegura a las mujeres trans participar en la política y acceder a cargos de elección popular sin que su identidad de género sea vista como un obstáculo para cumplir con el principio de paridad[1]. Contexto El caso surgió a partir de la asignación de regidurías en el Ayuntamiento de Zamora, Michoacán, donde una candidata trans fue registrada como mujer. Sin embargo, la Sala Regional Toluca modificó la asignación de regidurías por considerar que la inclusión de una candidata trans en una cuota destinada a mujeres afectaba el principio de paridad. Ante esto, la Sala Superior del TEPJF corrigió esta decisión, aclarando que la identidad de género de las mujeres trans debe ser reconocida, por lo que, su participación en las listas de candidaturas mujeres no vulnera la paridad de género (recurso de reconsideración SUP-REC-1182/2024). El TEPJF sostuvo que las mujeres trans, al autoadscribirse como tales, deben ser reconocidas en los procesos electorales en igualdad de condiciones que las demás mujeres. Interpretación armónica de la paridad y la identidad de género El principio de paridad de género no solo se trata de equilibrar numéricamente a hombres y mujeres, sino de garantizar el derecho de cada persona a ser reconocida según su identidad de género. Al respetar la autodeterminación de una mujer trans, se sigue cumpliendo con el objetivo de tener una representación igualitaria de mujeres en los cargos de elección popular. Por el contrario, excluir a las mujeres sería una interpretación restrictiva del principio de paridad que contradice los avances en materia de derechos humanos. Línea jurisprudencial La decisión se sustenta no solo en el marco jurídico mexicano y en compromisos internacionales, sino también ha sido la línea jurisprudencial del TEPJF. Casos como el SUP-JDC-304/2018, conocido como el Caso Muxes, el TEPJF asentó el criterio de que la autoadscripción debe ser respetada sin que pueda ser utilizada de manera fraudulenta. Asimismo, en el SUP-JDC-74/2022, se ratificó que las mujeres trans tienen pleno derecho a ocupar espacios reservados para mujeres, y su inclusión no afecta el principio de paridad. Conclusión La inclusión y la paridad pueden y deben coexistir. El principio de paridad es un mandato flexible e incluyente, que garantiza que todas las personas, con independencia de su identidad de género, accedan a cargos de representación política en condiciones de igualdad. Con este fallo el TEPJF no establece nuevos derechos, sino que reafirma su compromiso con la inclusión y la diversidad, abriendo paso a una democracia más amplia, en la que las mujeres cis y trans puedan compartir y disputar espacios, enriqueciendo el debate y participación política. https://lasillarota.com
Más entradas
Share by: