Luana, la adolescente argentina que a los 6 años se convirtió en una de las personas más jóvenes del mundo en cambiar legalmente su identidad


A medida que Luana crecía, Gabriela notaba las dificultades que enfrentaba su hija en el proceso.
Por ejemplo, el día que vio a Luana vestida de bailarina con tutú, pero en el colegio la obligaron a actuar de mono en una obra de teatro porque todos los niños hacían de mono y las niñas de bailarinas.
"Ella me dijo: mamá, yo soy bailarina porque soy nena". Pero en el colegio todavía la veían como un niño. Cuando llegó a su casa, Luana se quitó el disfraz de mono y se vistió de bailarina.
"Nunca la había visto tan feliz", recuerda Gabriela.
También, Gabriela recuerda cuando Luana tuvo que enfrentar la situación de que en clínicas u hospitales no quisieron atenderla porque en el documento de identidad decía que era varón y Luana ya tenía todos los rasgos estereotípicos de género femenino.
"Lo que necesitaba como madre era que Luana tuviera un DNI para que pudiera ser atendida y que no muriera sin oxígeno en urgencias cuando tuviera ataques de asma", dice. Hasta que finalmente el cambio de género quedó plasmado en los papeles.
El desafío en los documentos
A mediados de 2015, la explosión del movimiento feminista demostró que era la presencia de las mujeres en las calles, con la primera marcha de "Ni una menos" en Argentina, lo que estaba empujando un cambio en las instituciones del país.
Tres años antes, el Senado había anunciado la aprobación de una nueva ley que les permitiría a las personas cambiar su nombre y género en documentos oficiales sin ningún procedimiento médico previo ni la aprobación de un juez.
La nueva ley, que fue aprobada a pesar de la oposición de la Iglesia y distintos sectores sociales conservadores, significó que las personas trans no requerían procedimientos médicos para cambiar su género en la cédula personal.

Pero la situación no fue simple para Luana.
Cuando se aprobó la ley, Gabriela decidió solicitar un nuevo documento de identidad para Luana, pero el trámite fracasó.
Primero, las autoridades no le permitieron el cambio debido a su edad. Luana en aquel momento tenía solo 5 años.
Pero Gabriela no se detuvo. Fue ahí cuando decidió hacer campaña para ampliar los derechos a las infancias trans.
Inspiradas en las activistas trans que la habían precedido, como Diana Sacayan, una de las primeras mujeres trans en recibir un nuevo DNI, Gabriela hizo campaña durante un año para conseguir el reconocimiento legal de su hija.
Finalmente, en octubre de 2013, Gabriela recibió una llamada telefónica desde la provincia de Buenos Aires.
Era para decirle que iban a cambiar el certificado de nacimiento de Luana y que le iban a entregar su nueva cédula.
Desde que se introdujo la ley de Identidad de Género en Argentina, más de 16.000 personas cambiaron de género gracias a la legislación, incluidos más de 1.500 menores.
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