Según la Organización Mundial de la Salud, el primer hombre trans embarazado del que se tiene conocimiento es Thomas Beatie, de Arizona en Estados Unidos. En 2008 tuvo su primer hijo y actualmente es padre de tres. En julio de 2016, 23 países de Europa incluían la esterilización entre los requerimiento para reconocer legalmente a una persona como trans. En Argentina desde el 2012 está vigente la Ley de Identidad de Género pero el artículo sanitario (11º) recién se regimentó en diciembre del año 2015.
En América Latina, hay un caso testigo. Diane Rodríguez y Fernando Machado es una pareja de personas trans de más alto perfil en América Latina. Recientemente tuvieron su primer hijo en Ecuador. "Todavía no tenemos un nombre. Tal vez sí, pero estamos esperando para anunciarlo", dice Diane mientras muestra una foto de su hijo.
Un dato a tener en cuenta es que no hace falta irse tan lejos para conocer desde cerca cuáles son los límites que tiene un hombre trans a la hora de decidir o no, ser padre.
La sanción de la Ley de Identidad puso sobre el tapete rediscutir absolutamente todo en materia de salud, se han hecho desde Guías de salud trans inclusivas hasta capacitaciones en el ámbito público, la mayoría fracasaron porque es escasa la información que se tiene así como sus estadísticas. Uno de los problemas principales que tiene esta guía es la de standarizar la salud de todas las personas sin tener en cuenta que cada persona debe contar con un tratamiento adecuado, en el caso de que la persona desee seguir adelante con un tratamiento hormonal, cirugía o ambos.
En los 12 años que duro el mandato kirchnerista no se implementó presupuesto para desarrollar estudios que atañan a la diversidad sexual, de hecho fue toda una pelea que se efectivice el artículo 11º de la Ley de Identidad que atañe a la parte sanitaria. Como informamos en La Izquierda Diario "mientras Alberto Fernández dice que no es un tema "urgente", en medio de la pandemia, las consecuencias de esta decisión se cuenta en un aumento exponencial de los embarazos no deseados, en muchos casos producto de violaciones que como denuncia el movimiento de mujeres, también aumentaron en el marco de la pandemia y el aislamiento obligatorio".
Un reclamo elemental
Marina Elichiry es médica recibida de la Universidad Nacional de Buenos Aires y explica su visión sobre el derecho a decidir. Para ella el aborto se tiene que legalizar "porque es un derecho y no una concesión que todes puedan decidir tener un embarazo o interrumpirlo, porque quiero que el sistema público ofrezca cada vez más garantías y no cada vez más restricciones y recortes como está ocurriendo. Porque quienes tienen los medios económicos abortan y quienes son pobres exponen su vida a un riesgo enorme. Porque no puede ser una bandera partidaria descartable para levantar con oportunismo, tiene que ser una política de estado indiscutible. Porque las mujeres cis, lesbianas y personas trans habitualmente son sometides a mayores riesgos y violencias en sus vidas y el aborto no debería ser otra violencia institucional que padecer".
La exigencia que siempre hacemos es integral. Se demanda anticoncepción gratuita, pedimos educación sexual integral y el derecho al aborto para decidir. No se puede escindir una cosa de la otra y menos en plena pandemia de coronavirus.
Como dijo Andrea D’Atri, fundadora de Pan y Rosas y dirigente del PTS en el Frente de Izquierda Unidad "es difícil calcular si el 2022 será el momento para los que negocian nuestros derechos en los pasillos del Congreso, porque habrá 127 integrantes nuevos de la Cámara de Diputados y se renovará un tercio del Senado, con resultados aún inciertos".
Para dejar de contabilizar muertes por clandestinidad, el momento es ahora: tiene que ser ley.
http://www.laizquierdadiario.com