Abolir el género

ATA - Sylvia Rivera • 16 de enero de 2020

¿Qué significa abolir el género para el feminismo? ¿Cómo encajamos esta idea con las necesidades de las personas trans? La autora plantea una premisa para empezar: abolir el género no es abolir las diferencias, sino las estructuras de poder asociadas a ellas.

A Erik le gusta jugar con muñecas y también el fútbol. Es un chico trans. Ha hecho su transición, pero no termina de encajar en el estereotipo masculino. Esto es habitual, lo cuentan desde la Asociación de Familias de Menores Transexuales del País Vasco, Naizen . Al principio, los niños y las niñas trans suelen cumplir con estereotipos de género para que se les reconozca como lo que son, pero una vez que se les acepta, ya no sienten esa necesidad.

Las feministas ya lo sabemos, ser mujer no se nace, se hace. Nacemos con un determinado sexo, que se entiende como natural en función de los genitales. Éste es el que nos toca, y los roles asociados a él no son naturales sino culturales. Esos roles, que conforman el género mujer, nos someten, por un lado, desde el patriarcado, y por otro, desde el capital, que se sirve de esas opresiones para reforzar la estructura de clases sociales y de explotación. En esta línea, desde un amplio sector del feminismo vemos la necesidad de abolir el géneros .

«La posmodernidad cuestiona todo aquello que se da por natural cuando es cultural e impuesto»

Podríamos decir que esta línea de pensamiento, que cuestiona todo aquello que se da por natural cuando es cultural e impuesto, se ha desarrollado hasta desembocar en un grupo de discursos que se entienden por postmodernos. Es decir, cuestionan lo natural o real, quién lo decide y para qué. Según expone Terry Eagleton en su libro La idea de Cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales (2007), el desarrollo de estas teorías postmodernas ha derivado –no siempre, diría yo, pero sí en algunos casos- en “una tecnocracia triunfalista que cree poder vencer a todo excepto a la mortalidad”. La idea de fondo es que un amplio dominio de la tecnología y de la ciencia nos puede emancipar por completo de la biología. Si hacemos una breve retrospectiva, está bien recordar que la idea de dominar la biología, y en especial las tecnologías de la reproducción, fue central en el tecnofeminismo de los años 70 de Estados Unidos y Gran Bretaña, con exponentes del feminismo radical como Shulamith Firestone. El ejemplo más paradigmático y cercano es el derecho al aborto.

Eagleton no parece tener presentes en su discurso las teorías tecnofeministas, y obvia que, para quienes no controlamos los procesos discursivos o tecnológicos, deconstruirlos para crear los nuestros es esencial. Aun así, hace una crítica muy acertada a una serie teorías que se resisten a aceptar los límites materiales que la realidad impone a los discursos y que resume en una frase que me gusta: “La muerte es el límite del discurso, no un producto de él” . Para él, estas teorías, llegadas sobre todo de Estados Unidos, caen en lo que él llama “síndrome de California”. Aunque no menciona a Judith Butler, considero que la autora es en la actualidad un exponente paradigmático de este síndrome.

Lenguaje, sexo y género

A Judith Butler se le critica que siempre que dice que va a hablar de los cuerpos, termina hablando del lenguaje . Es decir, culmina en un discurso autorreferencial en el que decir cosas es hacer cosas, lo que ella llama performance o lenguaje performativo. Describe que tanto el sexo como el género son categorías culturales naturalizadas a través de los actos de habla: mediante repeticiones en el tiempo hemos creado un hábito normativo que debe ser deconstruido. Para Butler no solo el género es un constructo cultural, también lo es el sexo. Si quisiéramos entender esto desde una base material que la autora no menciona, podríamos aludir a los estudios que dicen que el sexo es un espectro , y que el binarismo macho-hembra es la forma impuesta social, que requiere de hombres y mujeres normativos, dejando a todo lo que sale de esa fórmula en el campo de la anomalía. Cómo esto sostiene la idea de familia tradicional que refuerza el patriarcado, la propiedad privada y es nuclear en el capitalismo, da para otro artículo.

Volviendo a Butler, a partir de su idea de lo performativo desarrolla la teoría queer o, como le gusta llamarla a un sector del feminismo que la desprecia, la ideología queer o queerismo. La expresión ideología queer recuerda, desafortunadamente, a la de ideología de género con el que los sectores conservadores rechazan las teorías feministas. Aquí es donde un cierto sector del feminismo cierra filas: se están mezclando sexo, género e identidad ; esta mezcla es una hecatombe, la idea de mujer se vacía de contenido, el sujeto político del feminismo se desdibuja, la socialización como hembra-mujer es distinta de las demás, permitir que el género sea una identidad supone esencializar y fomentar los roles de género; si transfobia es abolir el género, pues somos tránsfobas, asumen. Además, añaden, ellas no hablan desde sentimientos como la empatía que puedan sentir por las personas trans, sino que hablan desde la razón, porque no dejan que lo empático nuble lo racional.

«El poder necesita ocultar los términos en los que se basa su discurso para esconder que son creados aunque se hayan naturalizado»

El problema, dicen las antiqueeristas más moderadas, no está tanto en las personas transexuales que se someten a una intervención quirúrgica, sino en aquellas que no quieren hacerlo. Si admitimos que el género es un rol impuesto culturalmente que oprime especialmente a las mujeres, el hecho de que haya personas que reivindiquen tener ese género oprimido cuando no tienen el cuerpo de una hembra supondría reafirmar la existencia de ese género que queremos abolir. Suena lógico, pero la navaja de Ockham no suele funcionar: la explicación más sencilla casi nunca es la más adecuada. Yo estoy más con Wendy Brown cuando afirma que la teoría debe permanecer en movimiento. La política, o el poder, están en desacuerdo con el proyecto de creación de sentido , porque necesita ocultar los términos en los que se ha forjado su discurso para esconder que son términos creados, aunque se hayan naturalizado. Es decir, cierto sector del feminismo pretende obviar que el objetivo de abolir el género, tal y como la formulábamos, nos ha servido hasta cierto momento, pero el diálogo con las personas trans pide que revisemos su significado. Negarlo es querer afianzarnos en un poder discursivo que nos permite seguir con nuestro discurso sin moverle ni una coma. Resulta que, al final, quienes dicen criticar el queerismo postmoderno caen en la trampa. Porque acaban creyendo que su discurso es la verdad, y que la realidad no lo limita. Es decir, si una realidad que desconocía o no tenía en cuenta viene a trastocar mi razonamiento, prefiero negar dicha realidad a replantear mis razones.

El queerismo, dice cierto sector del feminismo, introduce, no en la teoría sino en la práctica política, un reforzamiento de las propuestas rígidas que propone el patriarcado. La teoría queer, dicen, hierra al proponer que estar conforme con el sexo implica estar conforme con los mandatos de género. Y por eso, cisexual sería una categoría tramposa y antifeminista . Si se supone que la mujer cis es la que está conforme con su género, sería lo contrario a la mujer feminista. Pero no es tan sencillo. Las mujeres trans no es que no estén conformes con el género masculino que se les asignó al nacer, es que su identidad sexual es mujer . Como mujer feminista cis, no tengo un problema con mi identidad de género, no necesito que se me reconozca otro género; mi problema es con los roles de género. Y eso puede pasarle también a una mujer trans: quiere ser reconocida como mujer, pero no cargar con dichos roles. La realidad está imponiendo un límite a nuestro discurso por mucho que lo repitamos y suene razonable, y tenemos que replantearnos la cuestión del género. Sigamos cuestionando la idea de que lo trans viene a reforzar los conceptos patriarcales del género. Si hay una persona nacida con genitales de hombre, que sabe que es mujer y decide no someterse a una intervención quirúrgica, ¿afianza el rol de género? ¿Cómo? ¿Por llevar pendientes, tacones, falda o pintándose los labios? ¿Y si no los lleva? ¿Hablamos de eso cuando hablamos de estar conforme con los mandatos del género? Y si, como Erik y tantos niños y niñas trans no cumple con los estereotipos de su género, ¿qué es? ¿Es menos trans, es menos niño o es menos peligroso? Y si, como mujer trans, lucha contra los rolles de género que padece y que a Ana Patricia Botín casi ni le rozan, ¿quién afianza o abole el qué?

Porque éste es el miedo de ese sector que habla de ideología queer. Que se nos cuelen los hombres vestidos con faldas. Sorprende ver que algunas de esas mismas detractoras sigan llevando pendientes y maquillaje, cumpliendo con el estereotipo de mujer. Es verdad que otras tienen el pelo corto y van con la cara lavada. Ah, entonces, ¿ya han abolido el género? ¿Es que era tan fácil? ¿O es que estamos confundiendo los estereotipos estéticos –que también pueden y deben cuestionarse- con el género como forma de opresión? ¿El síntoma con la enfermedad? ¿La identidad de género con sus roles? Como feminista radical y marxista pensaba que el problema de los roles de género era de raíz , estructural y material. Monique Wittig explica muy bien la asociación entre género y clase. Ésta se ancla en el menor acceso al trabajo, en los salarios más bajos, en los roles de cuidado no valorados, en las violencias que padecemos por el hecho de ser mujeres, mayoritariamente a manos de hombres cis y en función de la violencia patriarcal. El género no es solo una cuestión performativa, es una cuestión de poder . Es fundamentalmente una cuestión de clase, más que de estética o de discurso. Y ahí, en esa opresión que hace al género, las personas trans tienen algo que decir. ¿O vamos a pensar que no han sido personas a las que no se ha aceptado desde la infancia, cuando no se les ha maltratado directamente?

Por si alguien tiene alguna duda, los datos. Según recogen Rosa Maria Garcia , Andy AF y Artizar en el libro Feminismos. Miradas desde la diversidad (2019) : “Alrededor de un 35% de las personas trans están desempleadas. Un 48% de las mujeres trans ha ejercido la prostitución en algún momento de su vida , en su mayoría motivadas por la falta de acceso a cirugías y/o tratamientos hormonales, y más aún por simple supervivencia, al no poder acceder a un puesto laboral. Una mujer trans tiene 49 veces más probabilidades de contraer el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual. El 60% de las mujeres trans ha sufrido depresión en algún punto de su vida debido a la agresión constante por su identidad. La tasa de intentos de suicidio es del 41% frente al 1,6% de la población general. Existen muchas más probabilidades de ser asesinadas por ser mujeres trans; las cifras no están contabilizadas pues la mayoría de las veces se registra como asesinatos a hombres y/o se considera asesinato homófobo. Las tasas de alcoholismo y la drogodependencia son muy superiores a las de la población general. Mientras, la esperanza de vida es de tan solo 35 años en América Latina (estimamos que de 50 en España) debido a la exclusión social”.

La ley y la política del miedo

Si hay un sitio donde el lenguaje hace cosas por excelencia, es en el derecho, donde las palabras dejan de ser teoría, dejan de tener movimiento y quedan selladas –aunque sabemos de sobra que la ley, sin recursos materiales para que se cumpla, es papel mojado-. El meollo es qué se entiende por identidad de género en un texto legal cuando no ha habido una reasignación genital y si lo que queremos es despatologizar. Despatologizar pasa por no tener necesidad de diagnosticar. Así lo recoge la modificación de 2019 a la ley por los derechos de las personas trans en el País Vasco . El problema del que alerta cierto sector del feminismo es que, al reformular así la ley, el género se define entonces como identidad sentida. Esto supone que, en vez de ser una categoría atribuida de forma colectiva, algo que se asigna, pasa a ser subjetiva e individual, lo cual puede llevar al problema que siempre citan: en México, el colectivo Muxe de Oaxaca denunció que varios hombres se habían declarado transgénero para registrarse como candidatos en cuotas destinadas para las mujeres.

Bea Sever , presidenta de Naizen, dice que todas las personas tenemos un género subjetivo asignado, no solo las trans, pero nadie lo pone en duda porque concuerda con nuestro sexo. Siguiendo con el tema legal, argumentar que existe un grupo de hombres que utilizó la ley en su beneficio parece más bien el discurso de trinchera , porque ya sabemos que hecha la ley hecha la trampa, y no por eso cuestionamos todas las leyes. Desde la izquierda, al menos, no cuestionamos las ayudas sociales, aunque sepamos que siempre va a haber quien se aproveche de ellas; tampoco la ley de violencia de género aunque sepamos que existen las denuncias falsas. En cualquier caso, pedimos que esas leyes se mejoren , pero no negamos su necesidad con base en quienes las utilizan de forma fraudulenta.

«Todas las personas tenemos tenemos un género subjetivo asignado, no solo las trans»

Estoy de acuerdo con hacer crítica y con observar qué podría pasar con otras leyes al introducir un cambio en un texto. Pero defender que hablar de cuerpos gestantes –término que reconozco que no me convence por esconder la categoría mujer– abre las puertas a la gestación subrogada, supone desvirtuar el debate. Porque la gestación subrogada sigue dando los mismos problemas independientemente del cuerpo que se alquile. Tampoco debería suponer un problema hablar, cuando se dé, de hombre gestante en el caso de que un hombre trans se quede embarazado. En cualquier caso, no podemos amparar discursos que niegan a otras la posibilidad de despatologización, en los que, compañeras oprimidas, ven de nuevo su lucha relegada a un segundo plano; en los que se acusa a otras de impedirnos abolir el género, con lo bien que cuadraba esto en nuestra cabeza antes de fijarnos en que ellas también estaban. ¿Qué vamos a hacer? ¿Parapetarnos en nuestros logros a costa de obviar otra parte de la realidad? Ese tipo de discursos son racionales, pero sí parten de un sentimiento: el miedo . Miedo a perder esa pequeña cuota de poder afianzada en conceptos que se han naturalizado. Todos los discursos siempre nacen de algún sentimiento, la clave está en cuál escogemos al ponernos a teorizar. Porque en el caso de que hubiera hombres fingiendo ser mujeres para aprovecharse de la ley, tendríamos que pensar fórmulas legales para evitar las trampas pero que no patologicen a las personas trans.

El género se da por supuesto desde la subjetividad compartida y debido a un hábito que asocia sexo y género, y se espera que cada cual cumpla con determinados estereotipos que lo demuestren, y que se someta a sus roles asociados. Para romper con ese hábito y no esencializar los géneros a través de estereotipos simples, podemos proclamar, como las xenofeministas , que hay tantos géneros como personas . Y, sobre todo, abolir el género no es abolir las diferencias ni las identidades, sino las estructuras de poder asociadas a ellas, sus roles . Esta lucha pasa por disputar el discurso sobre nuestros cuerpos. Y ahí, el feminismo arrebatando la potestad médica sobre las técnicas de reproducción y las trans exigiendo el fin del diagnóstico, estamos todas juntas. Las xenofeministas nos han dado el lema en su manifiesto de 2015 : “Si la naturaleza es injusta, ¡cambiemos la naturaleza!”.

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Noticias

Por ATA - Sylvia Rivera 17 de septiembre de 2025
La Cámara Contencioso Administrativo Federal N°5 ordenó la reincorporación de cinco trabajadorxs trans que habían sido despedidos del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y exigió al Gobierno cumplir con la Ley de Cupo laboral Travesti Trans (27.636). La decisión judicial había sido firmada a mediados de mayo, pero fue necesario que exigir su cumplimiento e intimar al presidente del INCAA, Carlos Pirovano, para que dé cumplimiento al fallo judicial. Con ese objetivo, el viernes pasado sectores de estatales, referentes de la cultura y del cine, acompañaron a los trabajadores con un "abrazo colectivo" al edificio del instituto del cine. "En el INCAA el ajuste del Gobierno y Carlos Pirovano dejaron tierra arrasada con los despidos masivos", denunciaron desde la Asociación de Trabajadores del Estado. Desde el inicio del gobierno de Javier Milei, el colectivo trans-travesti representó el 10 por ciento de los trabajadores estatales despedidos por la administración nacional, a pesar de la vigencia de la Ley 27.636. Por su parte, el colectivo de documentalistas argentinos DOCA denunció que el Poder Ejecutivo está desviando los fondos del Fondo de Fomento Cinematográfico a inversiones especulativas y pidió la destitución del presidente del INCAA, Carlos Pirovano. En un breve video, los documentalistas recuperaron las declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su exposición ante la Cámara de Diputados en la que confirmó que el fondo del INCAA tiene superávit y que un total de 37 mil millones de pesos fueron colocados en bonos y plazos fijos. https://www.pagina12.com.ar
Por ATA - Sylvia Rivera 16 de septiembre de 2025
Vivian Wilson, la hija de Elon Musk, ha debutado en la Semana de la Moda de Nueva York. La joven de 21 años no solo desfiló, sino que también aprovechó la pasarela para criticar las políticas agresivas de la administración Trump, especialmente aquellas que limitan los derechos de la comunidad trans. Debut Tras aparecer en varias portadas, Vivian debutó en la Semana de la Moda de Nueva York. Para el desfile de Alexis Bittar, lució un vestido rojo acompañado de una cinta brillante con la inscripción “Miss South Carolina”. El desfile El diseñador recuperó el estilo de los concursos de belleza de los años noventa, incorporando un giro surrealista y una crítica a los estereotipos de género. Inspirado en películas como Terciopelo azul, Carrie y Las vírgenes suicidas, el desfile buscaba criticar la misoginia, los depredadores descontrolados y la cosificación, al mismo tiempo que defendía los derechos de las personas transgéneros, según explicó el diseñador en Instagram. Además de Carolina del Norte, el desfile incluyó representaciones de Virginia Occidental, Florida, Utah, Tennessee, Alabama y Luisiana. «Elegí deliberadamente a cada candidata para representar a un estado norteamericano en el que los derechos de las personas trans están amenazados», dijo el diseñador. Vivian Wilson La estudiante neoyorquina, ya había expresado su interés por incursionar en el mundo de la moda. “Me ponía muy nerviosa que me malinterpretaran o que pensaran que no valía para esto”, declaró a The Cut tras su sesión de fotos para Teen Vogue. En junio, cumplió otro de sus sueños al participar en el espectáculo drag benéfico de Pattie Gonia bajo el nombre artístico de Vivllainous. Desde 2022, cuando solicitó legalmente su cambio de nombre e identidad de género tras iniciar su transición a los 16 años con el apoyo de su madre, Vivian se ha distanciado de su padre. Actualmente, vive en Los Ángeles, en un piso compartido y asegura no recibir ayuda económica del empresario. Con su debut en la Semana de la Moda de Nueva York, Vivian Wilson reafirma su compromiso con la moda y los derechos de la comunidad trans, demostrando que su camino va más allá de su apellido. https://www.elliberal.cat
Por ATA - Sylvia Rivera 15 de septiembre de 2025
Psicólogo, análisis de sangre, visitas al endocrino, hormonas, pruebas y cirugías. Estos son todos los pasos por los que tienen que pasar las personas trans que opten por completar su cambio físico en la sanidad pública española. Este colectivo tiene que superar una serie de barreras hasta lograr su transición deseada debido a que soportan amplias listas de espera. Aunque los tiempos varían mucho entre comunidades autónomas, los relatos de varias personas trans a este periódico arrojan que de media esperan para una cirugía de vaginoplastia o una faloplastia hasta tres años. Y la hormonación no se queda atrás. Desde que una persona solicita una cita hasta que consigue los medicamentos puede pasar hasta un año. De hecho, en algunos casos sólo conseguir una cita con el endocrino puede llevarles un tiempo de espera de hasta más de un año. Antón (Galicia) tiene 20 años y ha vivido las eternas listas de espera para completar su transición. De hecho, aún lo vive. Con 18 decidió dar el paso y empezar el cambio. Lo primero fue el registro civil, donde, con la nueva ley, tardó ocho meses en hacer todo el proceso y cambiar su documento nacional de identidad (DNI). Después de eso, solicitó el cambio de nombre en los centros de estudio, la seguridad social, el banco o la tarjeta de médico. Y aunque no fue fácil, explica a este periódico que todo lo peor vino después. Ha estado hasta dos años esperando para poder recibir la hormonación. Una depresión, causada por no sentirse bien consigo mismo, hizo que se retrasara aún más ese proceso. Además, aclara que ve al endocrino sólo una vez al año. Cuando debería ser necesario, al menos una, cada tres meses. "Fui varias veces al médico a insistir si podían ponerme la cita, pero se ve que las personas trans no somos prioridad. Estamos al fondo en las listas", cuenta. La primera cita con el endocrino llegó con 19 años, es decir, esperó 365 días para ver por primera vez a este especialista. Luego, se hizo los primeros análisis de sangre y hasta un año después no volvió a verlo para conseguir la hormonación. Retraso en la hormonación Unas pruebas que no sirvieron de nada, ya que tras retrasar el tiempo de hormomación tuvo que volver a repetirlas. "No me querían dar las hormonas porque afectaban a la depresión y a mis cambios de humor. Pero yo repetí y repetí que tenía esa enfermedad mental causada por no verme bien a mí mismo. Y quería cuanto antes tomar la medicación", relata el momento. Así que hasta que no pasó un tiempo no pudo. Ya con 20, tuvo la segunda cita con el endocrino. "Esto ha sido en marzo de este 2025, porque tuve que volver a hacerme otros análisis de sangre y esperar cinco meses hasta que empecé al fin a hormonarme", cuenta. Como relata a este periódico, una vez que una persona trans empieza tomar la medicación para comenzar con su cambio, debe visitar al endocrino, al menos, cada dos o tres meses para ver si tu cuerpo está aceptando correctamente las hormonas. Sin embargo, desde que Antón las recibió no ha vuelto a pisar el endocrino desde entonces. "Se supone que estoy en lista de espera, sólo para que me den la cita, es decir, llevo desde abril con hormonas y siguen sin dármela". Para completar su cambio le gustaría hacerse la mastectomía, pero ya se da por vencido para hacerse la cirugía por la sanidad pública. Optará por el área privada, porque no quiere esperar cinco años (el tiempo de espera medio que hay en su zona) para sentirse bien consigo mismo. Años para la cirugía Amanda (nombre ficticio) tiene también 20 años y está en lista de espera para realizarse una vaginoplastia. Su camino tampoco ha sido fácil. Ella vive en Madrid y en la capital, las listas de espera para cambiarse el nombre y hacer una simple visita al endocrino son todo un calvario. En un primer momento, para visitar el endocrino le dieron cita para un año. "Quieren estar seguros de si quieres hacer el cambio, por eso no eres la prioridad. Pero mis padres insistieron y, en lugar del año que me daban, tuve que esperar tres meses para ver por primera al endocrino", cuenta. Y cuando llegó al endocrino, al igual que Antón, tuvo que esperar para luego tener que volver a esperar, ya que primero se tenía que hacer unos análisis de sangre. "En total tardé un año y medio hasta recibir por primera vez la medicación", añade. Ahora, se encuentra en lista de espera para poder hacerse una vaginoplastia. Y es necesario pasar por varios procesos para la cirugía. Entre ellos, hay varias fases en la que los especialistas se ponen en contacto con la persona para que confirme si está segura de realizarse esta operación. "Cuando llevas un año con hormonas, te derivan a una cita para hacerte las operaciones. En mi caso, he tenido que hacerme previamente una colonoscopia antes de la cirugía. Para esto pasaron seis meses y ahora me han dicho que tengo que esperar, al menos, tres años más", relata. Aunque está siendo un proceso lento, Amanda cuenta que uno de los procesos más duros fue el cambio de nombre. Empezó con la anterior ley y, cuando ya estaba casi todo listo en el registro civil, entró la nueva norma (en marzo de 2023). El proceso se ralentizó. "Me dijeron que tenían que volver a empezar y al final tardé más de ocho meses sólo en hacer el cambio", termina. Por otro lado, la joven denuncia a este medio el desconocimiento que hay por parte de la sanidad pública del colectivo trans. "Cuando le conté todo por primera vez a mi médica de cabecera, me dijo que no sabía qué hacer: 'Me leeré unos papeles y te digo algo la semana que viene'. Es increíble". Transición con 57 años Juana empezó su transición con 57. Y aunque el tiempo de espera también ha sido largo, reconoce que por su edad se ha acelerado el proceso. Tardó unos cinco meses para visitar por primera vez el endocrino. Ella vive en Canarias, y allí las revisiones con el especialista las hace cada seis meses. "Al principio, solicité sólo una extirpación de testículos porque creía que con eso ya me iba a ver bien. Pero luego, al mirarme al espejo por las mañanas, me di cuenta de que no: necesitaba la vaginoplastia completa. Ahora, estoy en lista de espera para ella y me han dicho que como mínimo tengo que estar tres años de espera porque aquí en Canarias no se hace esta cirugía", cuenta. Para ella, lo más duro de su transición ha sido que tuvo que dejar, por un tiempo, el tratamiento de hormonación debido a que le encontraron un bulto en una de sus mamas. "Al final, todo se quedó en un susto. Fue una ginecomastia (crecen los pechos) por el aumento de fármacos hormonales. Pero para mí esos meses fueron una montaña rusa de emociones. Porque yo tenía antecedentes en la familia de cáncer y pensaba que tenía que dejarlo definitivamente", continúa. Después de todo lo que ha pasado y, aunque, la espera no está siendo fácil. Reconoce que para ella fue mucho más duro tener que estar 57 años atrapada en una identidad que no le correspondía. "No era yo. Después de tanto, ahora estoy empezando a disfrutar de mí misma", concluye. https://www.elespanol.com
Por ATA - Sylvia Rivera 12 de septiembre de 2025
La árbitra israelí Sapir Berman sonríe radiante al recordar el momento en el que su "sueño se hizo realidad", cuando se convirtió este año en la primera mujer trans en dirigir un partido de fútbol internacional. "Siempre quise ser una mujer y siempre quise ser árbitra de fútbol, y ambas cosas llegaron juntas y se fusionaron en un solo sueño que detonó con alegría", confesó a la AFP la mujer de 31 años. "Es una sensación inspiradora y poderosa: sentir que estoy haciendo lo correcto, que me estoy eligiendo a mí misma, que estoy mostrando al mundo que es posible". "Desde que tenía cinco años recuerdo que quería ser mujer, que quería ser una niña. Y cuando empecé a jugar a fútbol me di cuenta de que el sueño de ser mujer y jugar a fútbol no iban de la mano", relata. "Así que decidí esconder quien era y seguir jugando a fútbol. Me escondí a mí misma durante casi 26 años". Berman creció en medio de una familia amante del fútbol. Jugó como defensa en su infancia y juventud, pero cuando se dio cuenta de que nunca llegaría a ser profesional, se unió a la asociación de árbitros y trabajó hasta oficiar en partidos de la Premier League masculina de Israel. Pero Berman sentía que estaba ocultando su secreto más íntimo. Fue durante la pandemia de covid-19, en medio del confinamiento, cuando Berman comenzó a reflexionar sobre su futuro. "Me pregunté: ¿esto es vida? ¿es éste el camino?", recuerda. "Decidí revelarme a mi misma". Berman temió inicialmente que su carrera hubiese concluido, pero su hermano le convenció para que tratase de continuar. La inglesa Lucy Clark se convirtió en la primera mujer trans en el mundo en arbitrar un partido, en 2018 en la semiprofesional English league, pero nunca dirigió un partido internacional. Cuando Berman arbitró el partido de clasificación para la Eurocopa femenina sub-17 entre Irlanda del Norte y Montenegro en Belfast en marzo de este año, fue un hecho inédito, según la UEFA. Berman asegura que el camino no siempre fue fácil a pesar del gran apoyo que recibió de la asociación de árbitros de Israel. "Hubo muchas preguntas y muchos momentos en los que me decían que no sabían qué hacer. Yo tampoco sabía qué esperar o cómo acabaría el proceso". Berman comentó que cuando comenzó con la terapia hormonal como parte de su transición, al principio se sintió frustrada y resentida con su cuerpo. "Fuera del terreno de juego me sentía fantástica, dentro sentía que había destruido mi carrera". No pasó las pruebas físicas y descendió de categoría, pero con la ayuda de un psicólogo deportivo y con muchos "intentos y errores", logró regresar. Berman se convirtió en árbitra internacional a comienzos de este año y sueña con dirigir un partido de Liga de Campeones, de la Eurocopa o del Mundial. Apoyo de jugadores y aficionados La participación de las personas trans se ha convertido en un tema de actualidad a medida que los diferentes deportes tratan de conjugar la inclusión con la equidad competitiva. A comienzos de este año, la Federación Inglesa (FA) anunció que las mujeres trans no pueden jugar en el fútbol femenino. Berman espera que las instancias deportivas encuentren la manera de "integrar, unir, diversificar" y recordó que el rendimiento de un deportista también puede verse afectado por factores emocionales, económicos, geográficos o familiares. Berman afirma haber recibido muestras de apoyo tanto de jugadores como de aficionados. "Los aficionados siguen insultándome, sólo que ahora lo hacen en femenino", sonríe, añadiendo que para ella supone "un sello de aprobación, de que me ven exactamente como soy". Y en la calle, jóvenes le han contado que su historia les ha dado esperanza. "Eso me llena, me da muchísima fuerza para seguir adelante y hacer lo que hago, porque a fin de cuentas, me elegí a mí misma". https://www.t13.cl
Por ATA - Sylvia Rivera 11 de septiembre de 2025
En la primera mitad del año se registraron 102 delitos de odio, un 70% más que en 2024. Hubo 17 personas que murieron a causa de su orientación sexual o identidad y 85 sufrieron lesiones a su integridad física. Durante el primer semestre de 2025 se registraron 102 crímenes de odio contra personas LGBT+. Es un indicador preocupante ya que implica un 70% más que los delitos cometidos durante el 2024 (60 casos) y muestra un aumento de actos homofóbicos, lesbofóbicos y transfóbicos, según el informe semestral 2025, del Observatorio de Crímenes de Odio LGBT+, motivados por discriminación, orientación sexual, expresión e identidad de género. “Esta cifra es alarmante no solo por su magnitud, sino por su carácter histórico: representa un aumento del 70% en comparación con el mismo período del año anterior, en el que se habían contabilizado 60 casos. Pero, además, en tan solo seis meses, se alcanzó el 72% del total registrado durante todo el año 2024, que cerró con 140 casos. La evolución histórica refuerza esta tendencia: en todo 2023 se registraron 133 casos, en 2022 la cifra fue similar, y en 2021 se habían contabilizado 129”, enmarca el Observatorio.
Por ATA - Sylvia Rivera 9 de septiembre de 2025
La polémica comenzó cuando una trabajadora trans de una tienda Marks & Spencer (M&S) en el Reino Unido ofreció ayudar a una chica de 14 años en la sección de lencería. Un gesto cotidiano que, según la madre de la menor, resultó molesto para su hija. M&S respondió con una disculpa y ofreció que fuera atendida por una empleada cis si lo preferían. La situación fue corregida. Un portavoz de Marks & Spencer en una entrevista para un medio de comunicación explicó que: «Queremos que nuestras tiendas sean lugares inclusivos y acogedores para nuestros colegas y clientes». La marca defiende la inclusividad y asegura que los clientes pueden elegir ser atendidos por el empleado que deseen. El boicot impulsado por una ideología excluyente J.K. Rowling, conocida por su postura TERF (feminismo radical excluyente), aprovechó el episodio para llamar a un boicot público contra M&S. En su mensaje en redes escribió: “Es hora de que las mujeres voten con su cartera” y sugirió que boicotear a la empresa era “apropiado” si continuaba permitiendo que mujeres trans accedieran a espacios para mujeres. La respuesta de M&S
Por ATA-Sylvia Rivera 4 de septiembre de 2025
El abogado general de la Unión Europea (UE) consideró este jueves que una persona trans no tiene que demostrar haberse sometido a un tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo para que su país reconozca jurídicamente «su identidad de género vivida» y lo reflejen también sus documentos de identidad. La opinión del abogado general Richard de la Tour, que no es vinculante pero orienta al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para su futura sentencia, apunta a que el derecho europeo se opone a una norma nacional que impida a una persona trans disfrutar del derecho a obtener «un documento de identidad que le permita ejercer libremente su derecho a circular y residir en el territorio de los Estados miembros». El caso llegó a los tribunales europeos por la demanda de una mujer búlgara que al nacer fue inscrita como una persona de sexo masculino y que posteriormente siguió un tratamiento hormonal. Pese a ello, los tribunales de su país le han negado la modificación de este dato en el registro civil, algo que le ha causado inconvenientes, especialmente a la hora de buscar trabajo. «El derecho de la UE se opone a una normativa nacional que no permite el reconocimiento jurídico del cambio de identidad de género de sus nacionales, incluso sin tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo, y el cambio de su nombre y número de identificación personal», señala el TJUE en un comunicado. Para el abogado general francés asignado a este caso, la finalidad del documento de identidad «consiste en permitir la identificación del titular sin que pueda cuestionarse la autenticidad de los documentos que presenta o la veracidad de los datos contenidos en ellos», y restringir su derecho a tenerlo «sólo puede justificarse por consideraciones objetivas y proporcionadas». «El ejercicio por parte de una persona trans de su derecho a inscribir en el registro civil su condición de persona trans, a fin de obtener un documento de identidad o un pasaporte que se corresponda con su identidad de género, no debe supeditarse a la aportación de pruebas de un tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo», señala el comunicado. Por tanto, el abogado general cree que el registro civil debe efectuar los cambios «con independencia de cualquier tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo», ya que esta exigencia menoscaba «el derecho a la integridad de la persona y el derecho al respeto de la vida privada y familiar». https://efe.com/
Por ATA-Sylvia Rivera 2 de septiembre de 2025
Mariana Morales Ospina, representante de Bogotá en Miss Universe Colombia, a sus 27 años es psicóloga, modelo, actriz y activista Lgbt+. Ella no solo sería la primera colombiana, sino también la primera latina trans en representar a su país. Esta es su primera participación en un concurso de proyección internacional, en el que busca demostrar que la belleza es diversa y cada historia personal aporta a la construcción de identidad. “Representar a Colombia significa representar a las mujeres trans y demostrar la diversidad de Colombia. Su propósito es abrir caminos hacia la inclusión real, con impacto en la educación y en las políticas públicas”. Con bellos atributos físicos e intelectuales, extrovertida y empática, Mariana cuenta que con su participación busca, además, abrir caminos para la inclusión, mostrar que las mujeres trans también forman parte de la representación nacional en espacios de gran visibilidad. Actualmente, la representante trabaja con una fundación para niñas que no tienen hogar y que han estado en vulnerabilidad por abuso sexual. “Yo soy quien les ayuda a gestionar sus emociones, a reconocer su cuerpo, entre otras cosas”, ha comentado a la prensa. Su proyecto social, ha contado, nace de su propia historia, “nace de darme cuenta de que estoy representando no solo las mujeres trans, sino también mujeres que hemos sido silenciadas, que hemos estado por fuera de espacios en donde nos juzgan, nos señalan por nuestra identidad, por nuestros cuerpos, por nuestras discapacidades también”. Con su participación pretende abrir puertas y visibilizar a las mujeres trans, como “mujeres naturales y orgánicas y empoderadas. No hay diferencia entre las mujeres cis y nosotras, las mujeres trans”. Para ella, el país no está preparado para una representante trans, “me estoy metiendo con susceptibilidades como religión, como estructuras sociales que han estado establecidas. Pero si no lo hago yo, nunca va a pasar a la normalización. Siempre tiene que haber una primera mujer trans en todo, que venga a revolucionar tipos de pensamientos, así como certámenes de belleza o programas de televisión con nuestra participación y desenvolvimiento. No necesito quedarme en Miss Universo, necesito estar ahí”. Para el momento en que las candidatas tuvieron un primer encuentro, ninguna sabía que Mariana es una mujer trans. Cuando ya tuvieron una clase de pasarela en la que contaron sus historias de vida y su principal motivación para participar, fue que la representante bogotana pensó que era mejor ser sincera, por honestidad, incluso, consigo misma. “Lo recibieron muy bien. Entonces, no hubo ningún lío”. Para ella el reto más grande lo vivió antes, durante su proceso de transición, debido a que tuvo que enfrentarse a las críticas sociales. Pero contó con el apoyo de su familia, en especial de su mamá, quien permaneció a su lado en la cirugía de cambio de sexo y en los procesos hormonales. Durante el reality, que transmite el Canal RCN, en el espacio de MasterChef Celebrity los fines de semana, Mariana detalló que se ha preparado con creces para esta prueba que es el concurso, con el mismo empeño como lo ha hecho durante su vida: “Cayendo y volviéndome a levantar”. Eso sí, Mariana aclara que no se siente una representante de todas las mujeres trans, “eso sería limitar, porque algunas mujeres trans pueden estar de acuerdo con el tipo de pensamiento que se va a ver reflejado en lo que yo dije en Miss Universo y otras, no”. Ella asegura que representa claramente a “una mujer que ha estado silenciada mucho tiempo”. www.elpais.com.co
Por ATA - Sylvia Rivera 29 de agosto de 2025
La Comisión Europea ha aprobado la comercialización de lenacapavir, un medicamento que protege contra el VIH durante seis meses. Según ha informado la compañía Gilead en un comunicado, el fármaco estará disponible en Europa bajo el nombre de Yeytuo. Hace solo un mes la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya recomendó la inyección de lenacapavir dos veces al año como una nueva opción de profilaxis previa a la infección del virus. El medicamento de Gilead se presenta como “una medida histórica que podría ayudar a remodelar la respuesta global al VIH” y “un avance transformativo para proteger a las personas en riesgo de VIH”. El fármaco estará disponible para los 27 países miembros de la Unión Europea, incluyendo Noruega, Islandia y Liechtenstein. Gilead aún debe establecer el precio de lenacapavir con los sistemas de salud de cada país. Además, la compañía planea junto con el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria suministrar el medicamento a hasta dos millones de personas en países de bajos ingresos durante tres años, mientras los fabricantes de medicamentos genéricos preparan la producción bajo los acuerdos libres de regalías, según informa Reuters. Hasta la fecha, lenacapavir es lo más cercano que la ciencia ha estado de poner fin a la epidemia de una enfermedad que ya ha acabado con la vida de más de 40 millones de personas en todo el mundo. Aunque no se trata de una vacuna, actúa de forma parecida. En julio de 2024, Gilead presentó en el Congreso Internacional del Sida celebrado en Múnich (Alemania) los resultados de unos ensayos clínicos que mostraban una eficacia muy cercana al 100%. Ninguna de las mujeres de Uganda y Sudáfrica (dos de los países más afectados por el VIH y donde se realizaron los experimentos) que recibieron las inyecciones de lenacapavir se infectaron. “Para los jóvenes, la decisión diaria de tomar una pastilla o usar un condón o tomar una pastilla en el momento de la relación sexual puede ser un gran desafío. Para una mujer joven que lucha por conseguir una cita en una clínica de una ciudad o que no puede conseguir pastillas sin enfrentarse al estigma o la violencia, una inyección solo dos veces al año es la opción que podría mantenerla libre del VIH”, aclara la doctora Linda-Gail Bekker, líder de la lucha contra el VIH en el África austral y una de las principales desarrolladoras del medicamento. Los datos del VIH en España Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, en el año 2023 se diagnosticaron 3.196 infecciones por VIH en España. Se estima que actualmente viven con la enfermedad entre 136.000 y 162.000 personas, lo que representa una prevalencia del 0,31 % respecto al total de población española. De todas ellas, el 7 % desconoce su estado. El Plan Estratégico de Prevención y Control de la infección por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual 2021-2030 está alineado con los objetivos de ONUSIDA 95-95-95 para el año 2030, fecha en la que los estados miembros de Naciones Unidas se han comprometido a erradicar la enfermedad. https://www.infobae.com
Por ATA - Sylvia Rivera 28 de agosto de 2025
El nombramiento de Charlotte Schneider Callejas como la nueva viceministra para la Mujer en Colombia ha generado un amplio impacto a nivel nacional. Esta designación no solo resalta su trayectoria profesional, sino también su historia personal como mujer trans de origen cubano, que ahora es nacionalizada colombiana. Su llegada al cargo representa un importante paso hacia la inclusión y representa una voz para diversas comunidades marginadas. Una historia destacada en la lucha por los derechos humanos Charlotte Schneider es bioquímica formada en la Universidad de La Habana y posee una especialización en Estudios Feministas y de Género por la Universidad Nacional de Colombia. Desde su llegada a Colombia en el año 2000, Schneider ha trabajado incansablemente por los derechos de las mujeres, así como por los de la comunidad LGBTIQ+. Como directora regional del Departamento para la Prosperidad Social ha liderado proyectos que promueven la equidad y apoyan a las personas más vulnerables.