El pasado mes de junio, no solo celebramos el Orgullo de una forma un tanto atípica a causa de las restricciones derivadas de la pandemia, sino que la lucha también se mezcló con la del racismo, con protestas que empezaron en Estados Unidos y que se han acabado extendiendo por todo el mundo. Por eso, conocer las historias de aquellas personas que lucharon por los derechos de las comunidades que, históricamente, han sufrido el abuso y la discriminación, es fundamental: solo así podremos comprender lo mucho que hemos avanzado y también el largo camino que aún nos queda por recorrer
. Hoy queremos hablar de la historia de una activista afroamericana y trans, presente en los disturbios de Stonewall que dieron origen al movimiento por los derechos LGBTQ+
y luchadora incansable contra la desigualdad a lo largo de toda su vida: Marsha P. Johnson
.
Marsha fue un ícono de la comunidad lgtb y de los disturbios de Stonewall
. De ella se ha vuelto a hablar a menudo en los últimos años, en buena medida a raíz del documental que indaga sobre su muerte (según la policía se suicidó, pero según amigos cercanos y familiares, el caso se archivó demasiado rápido sin una investigación adecuada) y del monumento que se anunció que ella y la activista trans Sylvia Rivera tendrían en Nueva York. Sobre la necesidad de recordar el compromiso fundamental de estas dos activistas, Alex Schmider –representante de la organización activista GLAAD– dijo:
Una instalación permanente en su honor, no solo sirve como recuerdo de la existencia y resistencia de las mujeres trans de color, sino que también envía un mensaje de reverencia hacia la historia y el legado de las pioneras de nuestra comunidad
, sin las cuales no seríamos quienes somos hoy.
Pero empecemos por el principio. Marsha P. Johnson nació en Nueva Jersey en 1945.
Creció en una familia de clase obrera muy religiosa y, como se contaba en el documental de 2012 Pay it no mind
de Michael Kasino, que reconstruye su historia, desde pequeña comenzó a llevar vestidos, algo que le causó problemas tanto familiares como vecinales (en una entrevista
contó que fue víctima de violencia sexual por parte de un adolescente). En cuanto terminó el instituto, dejó su casa y se fue a vivir a Nueva York, donde comenzó a trabajar como camarera. Fue aquí donde, por fin, tuvo la oportunidad de vivir como quería. Se bautizó a sí misma como Marsha P. Johnson
(Black Marsha fue su primer nombre artístico, Johnson provenía del restaurante Howard Johnson donde trabajaba y la P, según ella, venía de “ pay it no mind
“, o lo que es lo mismo, “no hagas ni caso”) y, poco a poco, comenzó a introducirse en la escena drag
, formando parte de varios grupos que hacían shows en bares y teatros.
En los años 60, en Nueva York, los bares y discotecas eran los únicos lugares donde los homosexuales, lesbianas, bisexuales y trans podían expresarse libremente y, por esta razón, también eran lugares en los que eran frecuentes las redadas policiales, que pretendían castigar estos comportamientos considerados indecentes. En la calle Christopher del Greenwich Village, había un pequeño bar llamado Stonewall Inn, que estaba en el punto de mira de la policía
y donde acudían hombres gays, pero también mujeres, trans, drags
y prostitutas. Marsha afirmaba que fue una de las primeras drag queens
en frecuentar este bar
(en un momento en el que no era fácil ser una drag
, puesto que la policía a menudo las arrestaba sin razón) y que estuvo allí la noche del viernes 27 al sábado 28 de junio de 1969, cuando los agentes irrumpieron en Stonewall Inn y se desató la revuelta al grito de “ Gay Power!
“
. La reconstrucción de los disturbios de aquella noche no está clara, pero hay quien afirma que Marsha estuvo en primera línea junto a otros habituales del lugar, contribuyendo al ahora célebre levantamiento de Stonewall
, que daría lugar al movimiento de liberación LGBTQ en Estados Unidos. Un año después, se celebraría el primer Orgullo de la historia
.
Junto a su amiga, la activista latina Sylvia Rivera, Marsha fundó la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR)
–que se centraba en atender a los miembros más vulnerables de la comunidad LGBTQ, especialmente a personas de color y migrantes, y también a las trabajadoras sexuales–, se unió al Frente de Liberación Gay y se convirtió en una activista presente en todas las manifestaciones
. Además, fue una figura muy conocida en la escena artística del Nueva York de la época
: formó parte de Hot Peaches, una compañía de drag queens
, conoció a Andy Warhol (que la inmortalizó en un famoso retrato
), se convirtió en activista para la prevención del sida y, junto a Sylvia Rivera, fundó la STAR House, un refugio para jóvenes gays y trans
. Sin embargo, en los años sucesivos, Marsha fue arrestada repetidamente por prostitución, algo que no fue bien recibido dentro del movimiento gay, en el que las figuras incómodas y en los márgenes, como lo eran Johnson y Rivera, no eran bienvenidas.
Johnson continuó con su activismo y se convirtió en una presencia muy conocida y querida en el Village, hasta tal punto que llegó a ser apodada “alcalde de Christopher Street”. Pero en 1992, a los 46 años, su cuerpo fue encontrado sin vida en el río Hudson. La policía cerró rápidamente el caso como un suicidio, pero los familiares y amigos cercanos no creyeron esta hipótesis, quejándose de la falta de pruebas y de que no se investigara adecuadamente el caso
. El documental de David France sirvió para llamar la atención a nivel internacional sobre la figura de Johnson, reconstruyendo su historia y los momentos previos a su muerte gracias al trabajo de Victoria Cruz
, activista del Anti-Violence Project de Nueva York, que se refiere a Marsha como “la Rosa Parks del movimiento LGBTQ”. Además del documental, el año pasado se anunció que Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson tendrían un monumento
en el corazón del Greenwich Village en 2021. Será uno de los primeros monumentos en todo el mundo dedicado a personas trans y el primero en la ciudad de Nueva York
, y servirá para volver a llamar la atención sobre la vida de estas dos figuras cruciales en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ.
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